México: necesidad; EUA: intereses.
El día de ayer se reunió el presidente Biden con nuestro presidente AMLO y seguramente hubo mucho protocolo y seguirá habiendo una actitud externa de conciliación, de amistad, de mutua necesidad y de intereses comunes, pero en el fondo todos esos adjetivos son sobrepasados por las diferencias económicas fundamentales y de intereses divergentes.
Los presidentes mexicanos, y AMLO no es el primero, presumen siempre su independencia ante USA y yo no olvido los discursos de Echeverría y de López Portillo, que transmitían una grande emoción cuando hablaban en las Naciones Unidas y mencionaban las palabras independencia, cultura, intereses comunes, pero respeto a la soberanía y a la autonomía nacional.
Pero todo eso quedaba borrado por las diferencias económicas y la imposibilidad de tener soberanía nacional si no hay autosuficiencia, generación científica, educación semejante, energía común y disminución de la violencia del narcotráfico, así como arreglo migratorio y acuerdo para disminuir el tráfico de armas, que dificulta el tratamiento contra la violencia, en donde México está inmerso, cada vez peor y eso sí afecta al país vecino.
AMLO va con buenas propuestas, que no han funcionado en México. Entre ellas está la de la migración, que ha aumentado en forma importante el número de mexicanos capturados, en comparación de años pasados y propone visas de trabajo; o sea, un regreso al bracerismo, que ya pasó a la historia hace muchos años.
Estados Unidos, por más que aparente bondad su presidente, requiere cuidar sus intereses y el tema de la energía, además de que el desprecio de no haber asistido a la Cumbre de las Américas, pega duro en el corazón de la historia norteamericana, que está inmersa en una lucha permanente entre republicanos y demócratas, por la reelección, que para ellos sí es un tema prioritario, porque sus grandes prohombres manejaron esa temática como antídoto de la dictadura e incertidumbre para cumplir los discursos electorales.
Además, las diferencias en investigación científica son enormes. Mientras allá hay cerca de 40 mil patentes anuales, México produce 200 y genera muy poco valor agregado por lo que, quiérase o no, depende de las inversiones extranjeras. Y si los mecanismos políticos cierran la oportunidad de un buen comercio exterior bilateral, los que sufriremos seremos los mexicanos, porque con historia, identidad cultural y un discurso lleno de nacionalismo, no vamos a resolver los problemas fundamentales que provienen de la economía.
De ahí que la autodeterminación solo es factible cuando hay capacidad de incorporar esta nueva época a la globalización, los intereses comunes, el avance en las tecnologías de la información, de la robótica y de la cibernética, para poder estar a tono con el sistema internacional, que ha invadido al mundo.
Yo, como mexicano, deseo que esta reunión tenga ventajas para nuestro país; que se resuelva el tema de los migrantes, que ya no nos vendan armas, que nos ayuden a evitar la violencia que sufrimos y que inviertan en México, para lo cual nosotros tenemos que enseñar cartas blancas en la energía, así como en los temas prioritarios de carácter mundial, para realmente dialogar con la nación que ha demostrado, a lo largo de su historia, que no tiene muchos amigos, pero sí defiende férreamente sus intereses.
Descartes: Pienso, luego existo… Espero que el presidente AMLO abra bien los ojos, conserve su ideario, pero se adapte a la realidad. Que vuelva con buenas noticias, no solo en el verbo, sino en el hecho.
Luis Eugenio Todd