Las empresas de Costa Rica deben mantener y reforzar las acciones para incorporar los conceptos de sostenibilidad en sus modelos y estrategias empresariales, ya que la forma tradicional de hacer negocios está obsoleta.
Hace 25 años, en agosto de 1997, Walter Kissling Gam (qdDg), mi padre, convocó a un encuentro de personas y empresas bajo el llamado “Nuestro rol en la construcción del futuro”. En ese momento, 34 empresas nacionales y multinacionales se asociaron y fundaron la que hoy conocemos como Alianza Empresarial para el Desarrollo (AED).
Hoy AED es una alianza de 106 empresas que busca colaborar para crear una sociedad próspera, inclusiva, digna y en armonía con el ambiente; sin embargo, para llegar a eso se requiere todo un sector empresarial consciente, articulado y comprometido.
Se trata de una apuesta de ‘juntos somos más’. Cada empresa cuenta y suma, para lo cual su forma de hacer negocios debe incorporar, en igualdad de importancia, las consideraciones, riesgos e impactos sociales, ambientales y económicos, en un nuevo estilo de gobernanza para sus estrategias. Es fundamental que ese cambio de paradigma empresarial impulse a la vez una transformación sectorial, para que todos los actores de cada actividad económica en el país logren reformas a gran escala, que haya así una transformación ecosistémica.
Las 106 empresas que estamos en AED somos pocas y seguimos aprendiendo día a día a hacer las cosas cada vez mejor, con estrategias que midan nuestros impactos económicos, sociales y ambientales, para minimizar nuestras huellas y potenciar nuestras contribuciones al desarrollo sostenible.
A esto le llamamos gestión sostenible de negocios o conducta empresarial responsable. El accionar de cada empresa no se agota ahí, por eso desde AED buscamos articular y orientar el trabajo de las empresas alrededor de temas específicos, en sectores concretos de actividad económica y también en zonas geográficas determinadas. El estar asociadas y aliadas, permite detonar un aprendizaje colectivo, reducir la curva de aprendizaje y con eso acelerar el ritmo de implementación. Por eso es que necesitamos cada vez más empresas en esta alianza.
Actualmente estamos trabajando actualmente en varias áreas. En Pride Connection, las empresas se comprometen con espacios inclusivos para las personas LGBTIQ+. En Movilidad Sostenible buscamos avanzar en el desarrollo de planes de movilidad empresarial sostenible y las acciones relacionadas dentro del Programa Bandera Azul Ecológica.
En Gobernanza y Anticorrupción, insistimos en la capacitación e intercambio de experiencias para prácticas de buen gobierno corporativo. En Empresas por la Igualdad de Género procuramos el intercambio, formación y articulación de buenas prácticas de empresas comprometidas con la igualdad de género. En Alineamiento Estratégico para la Sostenibilidad centramos el impulso del pilar de gestión sostenible de negocio.
Hay muchos más temas en los que queremos diseñar iniciativas colaborativas de impacto, así como buscamos maximizar la contribución de estos espacios mencionados. Necesitamos más empresas, más organizaciones aliadas, más compromiso individual y más esfuerzos conjuntos.
Entendemos que las empresas pueden y deben contribuir a generar cambios a gran escala en Costa Rica pero esto solo es posible uniendo esfuerzos con otros sectores como el Estado, organizaciones de la sociedad civil y la academia, para detonar soluciones a los retos prioritarios para el país.
Cuatro ámbitos de incidencia nos tienen trabajando actualmente:
- Educación.
- Empoderamiento económico de las mujeres.
- Empleo y emprendimiento.
- Acción por el clima.
Antes de concluir este artículo, no puedo dejar de mencionar nuevamente a mi papá. Hoy, renuevo compromisos con la herencia que él me dejó, y hago un llamado al empresariado del país. Tanto yo como toda la junta directiva de AED queremos dialogar con ustedes. Solo así, 25 años después de muchos y buenos cambios, podrá haber otros más fuertes, más profundos, porque Costa Rica lo necesita más que nunca.
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