Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, ha hecho temblar al sector bancario. Este martes anunciaba la creación de un impuesto para las grandes entidades financieras con el que pretende recaudar 7.000 millones de euros en dos años. Sánchez justifica este impuesto por los “beneficios extraordinarios” que obtendrán debido a la subida de tipos que el Banco Central Europeo comenzará el 21 de julio.
La banca rechaza este impuesto porque explican que se ha anunciado sin hablar con el sector, sin la concreción necesaria y sin tener en cuenta que la subida de tipos no es algo extraordinario, sino que es el negocio de la banca “comprar y vender dinero”, apuntan fuentes del sector. “El sector no ha sido consultado ni informado a pesar de mantener un diálogo permanente con el Gobierno”, ha destacado José Luis Martínez, portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB).
Asimismo, ha añadido que la eventual subida de tipos de interés del BCE no asegura necesariamente una mejora de la rentabilidad de los bancos, “ni se traduce en beneficios extraordinarios, sino que responde a la subida de la inflación y puede provocar una menor actividad económica”. Fuentes del sector recalcan que lo extraordinario han sido los tipos de interés negativos durante muchos años e insisten en que el negocio de los bancos depende del valor del dinero.
Además, apuntan a que no se puede medir cuál es el beneficio extraordinario que se va a obtener por la política monetaria, ya que los bancos también van a sufrir los costes de la inflación y recuerdan que unos tipos más altos suponen unos créditos más caros, que pueden provocar que la tasa de morosidad aumente y que los bancos tengan que hacer mayores provisiones. “El crédito se va a moderar y además se va a encarecer, lo que supone una situación muy difícil”, explican fuentes del sector.
Con todo esto, el sector considera que el Ejecutivo tendría que haberse sentado primero con ellos para tratar el tema y asegura que el anuncio sin ningún tipo de concreción es “dañino”. No obstante, fuentes consultadas reconocen que el anuncio de este martes ha sido un gesto político para contentar a los socios del gobierno y al electorado, pero “nos ha cogido por sorpresa”. Un impuesto que consideran “injusto” y recuerdan que ya existe el impuesto de sociedades.
Desde la AEB aseguran que la banca paga muchos impuestos, superiores a los de otros sectores. “Y una medida dirigida a un sector va en contra del principio de igualdad y distorsiona el mercado”, añade su portavoz y recuerda que tampoco se conocen ejemplos de una medida así en los principales países europeos.
El sector no ha sido consultado ni informado a pesar de mantener un diálogo permanente con el Gobierno
AEB
Para la creación de este impuesto, Pedro Sánchez ha señalado que los bancos han ganado mucho dinero en el último año por lo que considera que “las grandes entidades financieras tienen que arrimar el hombro”. Además, considera que la subida de tipos les beneficiará todavía más.
Sin embargo, la banca ha echado de menos una explicación de cómo se va a poner en marcha y también han echado en falta que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, explicará después algún detalle más. Desde el Gobierno apuntan que todavía no está definido el impuesto, que lo están creando. No obstante, la ministra ha apuntado que el impuesto será para las entidades que facturen más de 1.000 millones de euros.
Pérdidas de 5.000 millones
El anuncio de Sánchez provocó un hundimiento de los cinco bancos que cotizan en el Ibex, con caídas importantes. En total, este nuevo impuesto ya ha costado a la banca 5.321 millones de euros. CaixaBank ha sido la más perjudicada, con una caída del 8,6%. En este punto hay que recordar que el Estado cuenta con un 16% de las acciones de la entidad, que después del anuncio cuestan 320 millones de euros menos.
Fuentes del sector recuerdan que los inversores de los bancos no son solo grandes fondos, sino que cuentan con millones de pequeños ahorradores que tienen su dinero en las entidades españolas. Por ejemplo, Banco Santander cuenta con 4 millones de accionistas; BBVA, con un millón; CaixaBank tiene unos 750.000 accionistas; Bankinter, unos 56.706; y Banco Sabadell, unos 245.000. “Entre ellos hay muchos particulares que han perdido mucho dinero con el anuncio”, apuntan.
José Luis Martínez señala que esos accionistas, muchos de ellos ahorradores, “han sufrido ya un castigo en Bolsa por este anuncio, que refleja la improvisación jurídica en que opera un sector tan importante para la economía y la sociedad”.