Se acerca la fusión de Ethereum, evento en el que la versión actual de la red quedará obsoleta y se pasará a utilizar únicamente la versión 2.0. En el «nuevo Ethereum» no existirá la minería y quienes ejercen esta actividad lo saben. Ya están haciendo planes de vender sus equipos o migrar a otras redes. ¿Qué pasaría si todos desconectaran sus equipos antes de que se produzca la fusión?
Tal situación sería peligrosa porque el poder de cómputo de la red descendería. Eso haría que Ethereum se volviera vulnerable a diversos tipos de ataques y, además, podría haber problemas para validar las transacciones.
El equipo de desarrolladores de la Fundación Ethereum está al tanto de los riesgos y tienen elaborado un plan de contingencia en caso de que algo así ocurriera. En una reciente sesión AMA (siglas en inglés de «pregúntame cualquier cosa»), se les consultó por el tema.
Danny Ryan, investigador de la Fundación, fue el encargado de dar la respuesta. Según explicó, en caso de que algo así ocurra podría efectuarse una «fusión de emergencia». Es decir, el cambio de prueba de trabajo a prueba de participación se haría de manera anticipada y lo más rápido posible.
Eso iría en contra del modo de trabajo habitual, que consiste en no avanzar con actualizaciones hasta que no se tiene casi total certeza de que serán exitosas. De todos modos, en un caso como el que se plantea, la relación riesgo-beneficio, hace que tal medida se considere necesaria.
¿Y cuánto sería «lo más rápido posible»? Ryan lo explica: «sospecho que esto tomaría un mínimo de entre 48 y 72 horas para lograrlo, pero sería necesario dado que ya no podríamos confiar en la estabilidad de la cadena».
Si no es necesaria una fusión de emergencia y todo marcha de acuerdo con lo planeado, la fusión y el consecuente paso a Ethereum 2.0 debería ocurrir antes de que termine el año en curso, tal como ha reportado CriptoNoticias.