A pesar de las reglas comerciales que se fijaron en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) algunas de ellas no se implementan porque el tema comercial se mezcló con temas políticos como lo puede ser la migración y aspectos laborales, coincidieron especialistas.
Durante la mesa de análisis de Cartera de EL UNIVERSAL, el exsocio fundador de RRH Consultores, especialista en comercio exterior y extitular del Órgano de Apelación de la OMC, Ricardo Ramírez Hernández y el exjefe técnico del equipo negociador del T-MEC, socio de Agon, Economía, Derecho, Estrategia, Kenneth Smith Ramos y el exsubsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, Juan Carlos Baker, hablaron sobre los retos a futuro de ese tratado.
Por una parte, Ramírez Hernández dijo que el comercio se mezcla con otros temas lo que provoca que se diluya el cumplimiento de reglas al comercio.
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“La tendencia es que el comercio se está mezclando con otros temas y eso lo está complicando. Empezamos con temas de seguridad nacional, el primero que saca el tema de seguridad nacional como un tema de seguridad económica es Estados Unidos cuando dice yo puedo poner aranceles al acero porque es un tema de seguridad nacional”, añadió.
Recordó que Estados Unidos amenazó a México de que le subirá aranceles si no arregla el tema migratorio, su pusieron compromisos laborales y ambientales en el T-MEC.
“Lo que está pasando es que el cumplimiento de las reglas laborales se está diluyendo junto con el cumplimiento de otras y a mí lo que me preocupa es que empieza a haber un desdén a las reglas de comercio, las reglas de comercio empiezan a jugar un papel segundario en el entorno de un cumplimiento de derecho público”, expuso.
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Los países del T-MEC tienen que pensar en una unión aduanero porque los países están actuando unilateralmente, la Unión Europea va a imponer sus reglas para que los productos de importación se produzcan bajo condiciones de protección al medio ambiente, de lo contrario les impondrán aranceles y Estados Unidos también impondrá sus propias reglas.
Smith Ramos añadió que “del lado de Estados Unidos lo que han tratado de hacer, con poco éxito, es manejar una estrategia muy cautelosa con México para garantizar que siga el diálogo en materia de migración y seguridad, que continúe la cooperación en esos temas y no quieren generar disrupción en esos dos rubros con disputas comerciales”.
El que Estados Unidos proceda con mucha cautela y México también lo que “puede ser preocupante porque a México le beneficia más que haya cumplimiento del tratado”, no podemos apostarle a que el gobierno estadounidense mantenga su postura “suave diplomática” de no empezar casos en temas como el petrolero, eléctrico y agropecuario, entre otros, porque en algún.
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Hay un disgusto de los empresarios estadounidenses porque no hay un seguimiento de su gobierno al cumplimiento de los tratados ni de su política comercial.
“Se está acercando un momento en el que Estados Unidos tiene que decidir si va a seguir con esa política suave respecto al cumplimiento del T-MEC por parte de México porque, en realidad no le ha funcionado mucho”, porque el tema migratorio y de seguridad tampoco se han arreglado.
La verdad es que la política comercial de Estados Unidos está paralizada por el sentimiento proteccionista que hay en el Congreso de ese país.
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Añadió que hay otros temas en los que México tampoco ha levantado la voz como son los temas de acuerdos de suspensión de investigaciones en jitomate y azúcar.
Por su parte, en un video mensaje, Baker afirmó que México se consolidó como un proveedor de Estados Unidos, al rebasarse los niveles de comercio previos a la pandemia, sin embargo, dijo que a pesar de los éxitos hay temas que pueden generar irritantes comerciales en la relación trilateral como son: energía, laboral y cumplimiento del Tratado.
“En el tema energético existe una preocupación muy marcada por las decisiones que se están tomando en México, el tema laboral de cumplimiento del capítulo 23 del T-MEC sobre la legitimación de los contratos colectivos de trabajo, algo que se tiene que tener el 1 de mayo de 2023 y no se tiene el avance deseado y tercero el cumplimiento irrestricto del tratado”.
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Comentó que hay otros temas que han sido irritantes en la relación como la posibilidad de que el Congreso estadounidense diera incentivos fiscales a los autos eléctricos armados en Estados Unidos.
Baker recordó que América del Norte estuvo cerca de enfrentar un colapso comercial hace cuatro años, y añadió que para el 2026 se tendrá que revisar exhaustivamente el Tratado, como se acordó en el texto, por lo que tendrá que trabajar en documentarse el éxito de dicho acuerdo.
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