En 2017, los desarrolladores de software canadienses Matt Hall y John Watkinson, debutaron en lo que se convertiría en un proyecto histórico para el criptoarte: los CryptoPunks. Lanzados a través de su compañía Larva Labs, los CryptoPunks consistían en 10.000 personajes coleccionables y únicos, cuyo título de propiedad se trazó sobre Ethereum (la segunda criptomoneda más popular después del Bitcoin).
Cada punk es un avatar de 24 por 24 píxeles, cuyos rasgos individuales se generan algorítmicamente. Y se convirtieron en un boom: en junio de este año, un solo punk alienígena se vendió en Sotheby’s por 11,75 millones de dólares. Meses antes, Christie’s había rematado obras digitales por 16,8 millones de dólares. Se incluía obras digitales del artista Pak: el récord hasta el momento lo tiene Mike Winkelmann, más conocido Beeple, con us$ 69,3 millones con su obra “Everydays: The First 5000 Days”. Así el mundo descubría, y se sumergía velozmente, en la locura de los NFT.
Qué son
NFT, esas tres letras designan a los tokens no fungibles (“non-fungible tokens”), certificados de autenticidad inviolables (no se pueden hackear) que permiten al comprador de un objeto de arte digital, sea un dibujo, una animación, una foto, video, u obra músical, estar seguro de que es el propietario universal. Y el trade de NFT de ha convertido en el último grito, tanto en el arte como en las finanzas.
La compra-venta de NFT muestra la vitalidad de un mercado que genera a diario más de 10 millones de dólares en transacciones en plataformas digitales como Nifty Gateway y OpenSea. Según el sitio especializado NonFungible.com, en el primer trimestre de 2021 cambiaron de manos obras digitales por 2.000 millones de dólares.
Y el boom de los NFT no se puede entender sin el boom del blockchain, la tecnología sobre la que ya se basan las criptomonedas. Pero en el caso del arte, sirven por un lado para autenticar una obra digital (permite vender archivos, como por ejemplo una imagen JPG a un coleccionista); y por otro para incorporar royalties de uso o de reventa, para que el artista pueda recibir, igual que lo hacen actores o músicos, incentivos por el negocio que se genera alrededor de sus obras.
La movida incluye hoy a personalidades tanto del arte como de la tecnología: el célebre artista callejero británico Banksy remató la versión digital de una pintura suya incinerada por casi u$s400.000 después de tres días de pujas entre 70 postores. Y Jack Dorsey, CEO y cofundador de Twitter, subastó el primer tuit de la historia, que él mismo publicó el 21 de marzo de 2006: lo vendió por 2,4 millones de euros a Sina Estavi, CEO de Oracle. Incluso The New York Times creó una columna titulada “¡Compra esta columna en Blockchain!” y la vendió a través de una subasta en Internet por más de 500.000 dólares.
Artistas
La tecnología abre para miles de artistas una posibilidad de financiarse más allá de los canales tradicionales, incluyendo a los fans a la ecuación: la obra se particiona en tantos tokens como se emitan. Algo así como acciones de una obra artística. Algo que celebran tanto bandas independientes como cineasteas. Incluso algunos muy reconocidos, como en el caso de Quentin Tarantino, que se sumó al boom de las NFT con cortes inéditos de Pulp Fiction.
Siete piezas con imágenes de uno de sus films más icónicos (Mejor Guión Original en los premios Oscar de 1995) vivirán en Secret Network: a diferencia de la mayoría de las NFT, estos tokens no se acuñarán en Ethereum, pero a través de esta plataforma que se especializa en contratos inteligentes que preservan la privacidad. Eso significa que el contenido de cada token solo será visible para el propietario, y los datos de la transacción, como el comprador y el precio de cada artículo, no serán públicos.
“Estoy emocionado de presentar estas escenas exclusivas de Pulp Fiction a los fans. Secret Network y Secret NFT brindan un mundo completamente nuevo para conectar fanáticos y artistas, y estoy encantado de ser parte de eso”, expresó el director. Y Tarantino no es el primer pope de Hollywood en el espacio NFT. David Lynch acuñó siete piezas audiovisuales sobre Ethereum. Y Warner Bros. desarrolló una serie de monedas digitales para celebrar el estreno de “The Matrix: Resurrections”.
Potencial
“Los NFT tienen el potencial de ser una parte de nuestra cartera global de productos y experiencias para los fans”, marcó Pam Lifford, presidenta de WarnerMedia Global Brands and Experiences. En Argentina. El auge de los NFT alcanza también con fuerza a la música, con trabajos de Eminem, Jay-Z, Kings of Leon, Linkin Park, Bjork, Pussy Riot y Maroon5, entre otros muchos.
“Esta tecnología acelera esa facilidad de encontrar el nicho para muchas bandas, y a los consagrados los ayuda a efectivizar el vínculo con el fan”, explica Moni Bega de Ozono Producciones, empresa que acaba de presentar localmente su equipo de creadores “NFT Music Project Argentina” (integrado por Sofia Berardi, Yohana Jaureguiberry, Maia Sorokin y Guido Carmona), y una pieza animada en After Effects de 50 segundos.
“A nosotros nos llegó porque la industria de la música se sumo muy fuertemente a partir de febrero. Y nos pusimos investigar y a convocar artistas para ir aprendiendo en conjunto en el mundo de las NFT. Lo más disruptivo en la música es la cuestión de los contratos inteligentes que se generan una vez que subís, y permiten cosas que son inéditas”, explica Bega desde Ozono Producciones, la productora detrás de Fuerza Bruta y músicos de la talla de Charly García, Calamaro, Divididos y Fito Páez.
En la misma línea, los Babasónicos anunciaron que estarán lanzando su propio proyecto de NFT en colaboración con Enigma. “Vamos a sacar con una plataforma una serie de cuatro versiones”, refrendaba Adrián Dárgelos. Además, José Delbo, un ilustrador argentino que trabajó para Marvel y DC en los 70 y los 80 ya vendió sus dibujos por 1,8 millones de dólares aprovechando la veta de las cripto.
Y San Lorenzo se apuntó para ser el primer club del país con el que llegan a un acuerdo con una plataforma virtual que desarrolla NFT: los token del Ciclón recorrerán los hitos más importantes de la historia del club, como la obtención de la Copa Libertadores 2014 y la vuelta a Boedo. Apenas algunos ejemplos en un universo de infinitas posibilidades que acaba de nacer.