Las historias bursátiles dan mucho para contar. Una de ellas refiere a un pueblo llamado Quincy, del norte de Florida, Estados Unidos, que vivió una época de luces al ser denominado la localidad más “rica” del país norteamericano. El pueblo, que en su último censo registra 7.972 habitantes, tiene un antecedente que le dio a muchos habitantes la posibilidad de convertirse en millonarios, gracias a Coca-Cola y a un banquero.
El responsable Mark Welch Munroe, también conocido como Mr. Pat o Daddy Pat. Se trataba de un banquero local que decidió invertir en Coca Cola cuando salió a bolsa en 1919, a un precio de 40 dólares por acción.
Poco después, por un conflicto con sus proveedores de azúcar, los títulos de la gaseosa cayeron a menos de la mitad, 19 dólares. Pero eso no frenó a Pat, que siguió invirtiendo.
La clave de esta historia de éxito vino poco después, en 1922. Tras una gran cosecha de tabaco, principal cultivo de la zona, Munroe aconsejó a los granjeros y vecinos que invirtieran en títulos de la compañía. Incluso llegó a prestar dinero si el objetivo era comprar acciones de Coca-Cola. Además, les aconsejó que nunca los vendieran. Y muchos siguieron el consejo, y durante años siguieron invirtiendo, igual que el propio Pat.
El banquero se dio cuenta de que en plena Gran Depresión (1929), muchos inversores se rebuscaban en los bolsillos en busca de las últimas monedas para conseguir una Coca-Cola para aliviar las penas de su ruina.
Antes de la II Guerra Mundial, Quincy lograba ser el pueblo con mayor riqueza per cápita, todo gracias a las acciones y los dividendos de la empresa fabricante del refresco más famoso del mundo.
Los herederos de Munroe
La historia es muy real, pero con los años se ha ido adornando de leyendas por confirmar. Llamada la ciudad de los millonarios de la Coca-Cola, muchos herederos no quieren hablar del tema, y los herederos de Munroe hace años que muestran su cansancio tras haber contado cientos de veces su historia.
Por ejemplo, es difícil estimar el número real de millonarios, oscila entre 25 y casi 70 según distintos medios, lo que en cualquier caso hace del pueblo uno de los que tiene más ricos por habitante.
Coca-Cola al rescate de Quincy
Lo que sí está claro es que los dividendos de la Coca-Cola han ayudado en muchas ocasiones a Quincy a superar problemas económicos.
En los años 60, por ejemplo, cuando la crisis de la industria del tabaco disparó el desempleo en el pueblo hasta el 38%. Pero los ricos de la Coca-Cola salieron al rescate de sus vecinos, pagando facturas e incluso encargándose de los regalos para los niños en Navidad.