Casi sin darnos cuenta, la conexión a Internet y el acceso a la información en tiempo real ha cambiado nuestra forma de acceder a los productos y servicios tradicionales. Sectores como el bancario o el comercio se han transformado gracias a la tecnología, y otros como el agrario ya están en camino.
A mediados de la década del 90, el canadiense y experto en finanzas Don Tapscott escribió ‘La Economía Digital’, un libro en el que avisaba sobre cómo la aparición de Internet y la digitalización de la información podrían cambiar la forma de hacer negocios en el futuro. El tiempo le ha dado la razón al autor hasta tal punto que hoy esas innovaciones tecnológicas están muy presentes en las actividades comerciales, tanto de las grandes y pequeñas empresas como de las finanzas personales.
En concreto, la economía digital se refiere al uso de las tecnologías de la información en los procesos de producción de bienes y servicios, así como en su comercialización y consumo. Este término pone de manifiesto cómo la industria crea productos y servicios nuevos o transforma los existentes, aprovechando la tecnología. La banca digital, el comercio electrónico, la educación virtual, las aplicaciones móviles, las plataformas colaborativas, entre otras, son algunos ejemplos.