En la cena que el presidente Joe Biden ofreció a los presidentes y representantes de gobierno que asistieron la semana pasada a la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, durante su mensaje el mandatario recordó lo que en alguna ocasión le dijo al ex presidente Barack Obama, que “todo en política es personal”, en el sentido de que conocerse mejor marca la diferencia.
Definitivamente, Biden hacía referencia a quienes desairaron su invitación a la reunión. El mensaje posiblemente estaba dirigido a todos los que se negaron a ir, pero iba directamente con remitente de la Casa Blanca y con un destinatario especial al Palacio Nacional en la Ciudad de México, desde donde se encabezó la ‘revuelta’ de rechazo a la Cumbre por no invitar a todos los países del continente.
La ausencia de las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela fue el argumento base para que el presidente López Obrador no asistiera. Y el reclamo -como se esperaba- tuvo eco dentro de la misma Cumbre, cuando el presidente de Argentina tomó el liderazgo -que el mandatario mexicano debió haber tenido en el seno de la reunión si hubiera asistido- cuando dijo “Ser país anfitrión no otorga la capacidad de imponer un derecho de admisión. Lamento que no hayamos podido estar presentes todos los que deberíamos estar”.
En el remolino de posiciones, Ivan Duque, presidente de Colombia, salió en defensa de Joe Biden al señalar que “Aquí no hay exclusiones ideológicas, aquí hay un rechazo contundente a cualquier tipo de dictadura y atentado en contra de las estructuras de nuestras naciones. No caigamos en las falsas narrativas. Nuestra región no se divide entre izquierda y derecha, ni entre progresistas y conservadores, aquí hay una clara diferenciación entre quienes somos demócratas y quienes son autócratas. Aquí hay una clara diferencia entre quienes creemos que en democracia se ventilan las diferencias al sentir de las mayorías en las elecciones y la imposición violenta y arbitraria”.
Al final, con los asistentes y los ausentes, no solamente quedaron separados los países con dictadura de las democracias y quienes se adhirieron al pronunciamiento de López Obrador, sino que entre los países pluralistas surgieron las diferencias de postura que dejan una sensación de desintegración de ideas y conceptos que dejan lejos los objetivos de la Cumbre en cuanto a su unificación.
Y no solamente eso, las conclusiones de la reunión dan la sensación de que la tarea quedó incompleta sin haberse llegado a los grandes acuerdos. Inmigracion, cambio climático y salud fue la promesa, pero con proyectos a largo plazo.
La promesa de financiamiento estadounidense para la seguridad alimentaria de 300 millones de dólares, la nueva asociación climática que ayudará a los países de la zona a acceder a fuentes de energía bajas en carbono, el programa para capacitar a medio millón de trabajadores de la salud durante los próximos cinco años y las inversiones millonarias para fomentar el desarrollo evitando la emigración a los Estados Unidos, son apenas proyectos.
En el caso concreto de la migración, además de que no hay una solución inmediata, los comentarios de Juan Gonzalez, principal asesor del presidente Joe Biden para Latinoamérica, confunden aún más. “No queremos parar la inmigracion”, dijo en una entrevista con el diario español El País. Agregó que “tenemos que ver el tema migratorio como un reto compartido, en donde nosotros tenemos que responder a los temas fundamentales que motivan a personas a emigrar: la economía, la inseguridad y falta de acceso a la educación”. Sin embargo, los comentarios parece que invitan a continuar viajando los migrantes con destino a Estados Unidos y el tema de responsabilidad compartida, los mandatarios de México y del Triángulo del Norte -Honduras, El Salvador y Guatemala- que es de donde se genera el mayor porcentaje de inmigrantes, no asistieron.
Al final de cuentas, López Obrador se ganó una bronca ‘personal’ con el presidente Biden, su argumento y bandera de defender la integración americana se la ganaron otros en la tribuna de la Cumbre y la reunión apenas cumplió con el compromiso de congregar a los que quisieron ir, pero no concluyó con los acuerdos trascendentes que requiere la región, simple y sencillamente porque Estados Unidos ha estado mucho tiempo alejado de un continente que se ha dividido y distanciado de los intereses de Washington.
¿Usted, qué opina?