Noticias relacionadas
La Fórmula 1 está atravesando una etapa de esas que, con el tiempo, tendrá que estudiarse. El ‘Gran Circo’ gira más que nunca y está inmerso en un proceso de expansión sin precedentes. Sigue siendo un negocio altamente rentable y por ello, tanto la FIA como Liberty Media quieren estirar el chicle todo lo que se pueda. Sin embargo, hay un extremo por el que la goma puede llegar a romperse.
Para que el negocio siga creciendo de manera exponencial, es muy necesario que todos los actores y agentes implicados estén contentos. Especialmente aquellos que son la clave que hace que todo su universo siga girando sin parar. Y esos son los pilotos. Por ello, la última guerra que se encuentra abierta, la de los salarios, amenaza con suponer un antes y un después realmente significativo. No es descabellado pensar que este cisma puede cambiarlo todo.
La reforma del ‘techo salarial’, que antes o después terminará llegando, es un tema que se lleva debatiendo bastante tiempo. No es nuevo ni mucho menos, pero es verdad que ha ganado fuerza en las últimas semanas. Ya fue la comidilla del paddock en Mónaco y ahora lo está siendo también en Bakú. Es eso lo que tiene intranquilos a los corredores porque bien es sabido que en la F1, cuando el río suena, suele llevar agua casi siempre.
La introducción del límite
Liberty Media y la FIA tienen unos tentáculos muy alargados y nadie duda de que han sido ellos quienes han lanzado el rumor hacia la prensa más cercana al Mundial para que esto empiece a estar en boca de todos. El propósito no es otro que, cuando se haga realidad, nadie pueda decir que le ha pillado por sorpresa.
La cifra que se tiene en mente, y que va en relación con la reducción presupuestaria progresiva que se va a ir aplicando a los equipos cada año, es de 30 millones de euros. Mientras los fondos generales han caído hasta los 140 en 2022, y seguirán descendiendo en el futuro, el nuevo ‘techo salarial’ para los sueldos de los corredores no podrá pasar de esos polémicos 30 ‘kilos’. Para la pareja en su conjunto. Una cantidad que, por ejemplo, es menor de lo que cobran ahora mismo pilotos como Lewis Hamilton o Max Verstappen.
Cierto es que cuando entre en vigor se respetarán los contratos ya firmados. Pero no hay que olvidar que el crecimiento de la Fórmula 1 avanza al ritmo que brilla una nueva generación de grandes talentos formada por los Verstappen, Leclerc, Norris, Russell y compañía. Y si todo sube, lo que no comparten es que sus salarios bajen. Además, esto puede dar pie a una caída del nivel de los propios pilotos, ya que consideran que, si hay que pagar un gran salario para una estrella, no quedará margen para contratar a otro piloto de nivel.
Esto quiere decir que será casi imposible ver parejas de corredores de tanta calidad como las que hay ahora mismo en el ‘Gran Circo’ y que son la base de la competitividad que tanto se disfruta. Solo hay que echar un vistazo a combinaciones como Leclerc – Sainz, Alonso – Ocon, Hamilton – Russell, Verstappen – ‘Checo’ Pérez o Norris – Ricciardo. Auténticos galácticos y aspirantes al título compartiendo garaje. Pero con ese margen salarial de solo 30 millones se antoja complicado que se pueda repetir.
¿Cómo se van a encajar estos salarios dentro de ese marco? Es una buena pregunta, ya lo que todos piensan ahora mismo es que se encontrará una manera aunque parezca imposible. Eso sí, requerirá de una cierta manga ancha por parte de Liberty Media. Las vías más factibles son los pagos a través de bonus o a través de sponsors que completen los salarios originales de los pilotos. Es decir, en lugar de que Red Bull dé a Verstappen 40 millones de euros, que pueda contabilizar como salario solo 20 y que realice, a través de un patrocinador, otro pago de los 20 restantes. Trucos para escapar de lo evidente.
Rebelión en la parrilla
Lewis Hamilton, uno de los pilotos que más cobra del campeonato, ya se quejó amargamente de esta medida hace unas semanas. Y el británico recibió el respaldo de un Fernando Alonso que no entiende cómo cada vez se les pide más implicación en la expansión de la Fórmula 1 si les quiere recortar su retribución.
En Bakú, otros como Max Verstappen han seguido una línea muy similar a los dos veteranos campeones: “Desde mi punto de vista, es completamente equivocado, porque creo que en este momento, la F1 se está volviendo cada vez más popular y todos están ganando cada vez más dinero, incluidos los equipos y la FOM. Todos se están beneficiando”.
“Entonces, ¿por qué se limita a los conductores con sus derechos de propiedad intelectual si son las estrellas del show y ponen sus vidas en riesgo? Porque lo hacemos, eventualmente. Así que para mí, está completamente mal”.
‘Mad Max’ es de la opinión de que cada uno reciba lo que sean capaces de generar, ya no solo con sus manos y su talento, sino con su valor de marca, su figura y su repercusión, algo que va en favor del crecimiento de la propia F1. Y ese crecimiento se traduce en cientos de millones de euros para todos.
Además, el neerlandés apunta con acierto a un conflicto con los patrocinadores para jóvenes estrellas. Una de las excusas que ha puesto la Fórmula 1 es que se debe recortar desde arriba para poder dar más dinero a la base y al fomento de nuevos talentos: “En todas las categorías, en junio muchos pilotos tienen un patrocinador, que eventualmente tendrá un cierto porcentaje de sus ingresos cuando el joven llegue a la F1, por lo que creo que eso lo limitaría mucho, porque nunca obtendrán su retorno sobre el dinero”.
Junto a Max, otros pilotos como Lando Norris han apuntado también a que ponerle límites a un negocio tan próspero hará que este pierda interés y, por consiguiente, patrocinadores y fuentes de ingresos: “Ya es suficientemente difícil entrar en la Fórmula 1, incluso teniendo un sponsor. Si se limita lo que puede ganar un piloto será mucho más difícil o interesará a menos gente invertir en esos pilotos jóvenes porque tendrán menos oportunidades de entrar en la Fórmula 1”. Todo es un efecto dominó que va tumbando sus piezas hacia el desastre.
Otro campeón que se ha pronunciado sobre el tema es Sebastian Vettel, quien lejos de lanzar una crítica directa, ha dejado otra pelota botando sobre la mesa de negociaciones: “¿No es una coincidencia graciosa que sea la primera vez que los equipos pueden ganar dinero con las carreras en la F1 y aparece algo así como el tope salarial para los pilotos? Solo estoy pensando… ¿no es gracioso?”. El alemán, con gran experiencia en el ‘Gran Circo’, sabe de lo que habla.
Así es como se encuentra ahora mismo un asunto que tiene preocupado a un sector importante de la Fórmula 1. El ‘techo salarial’ amenaza con abrir una gran grieta en la deteriorada relación entre la dirección y la parrilla. Y todo en mitad de un enorme proyecto de expansión liderado por el equipo de Stefano Domenicali que sueña con Mundiales de 30 carreras y la conquista de zonas como Estados Unidos, África o la India. Y sin los pilotos de su lado eso es imposible.
[Más información: El dilema ético de la nueva Fórmula 1: el valor económico de un accidente pesa más que el personal]