El mercado bajista o de osos (en inglés, bear market) es un mar de melancolía. Quienes están apenas dando sus primeros pasos en Bitcoin ven banderas rojas por todos lados. Sin embargo, estos mercados dejan un ecosistema más limpio y libre de estafas y proyectos que no aportan valor.
Bitcoin ha transitado, por lo menos, por tres grandes mercados bajistas. He podido vivir en carne propia dos de ellos (el de 2018 y el actual, en 2022). En cada uno de estos períodos se observan ciertos tipos de patrones o ciclos que terminan dejando un ecosistema de Bitcoin más fortalecido y limpio.
Vale la pena tener en cuenta que Bitcoin es la criptomoneda que mayor estabilidad ha ofrecido en el mercado, y no me estoy refiriendo a su precio, sino a lo que significa su tecnología y protocolo.
Los ciclos bajistas en el precio de bitcoin parecen guardar ciertos patrones. En la cúspide del máximo histórico (o ATH, siglas en inglés de all time high), al ecosistema de las criptomonedas llegan múltiples proyectos que prometen cambiar al mundo. En su punto más bajo, estos prácticamente desaparecen.
Antes de iniciar este mercado bajista, las finanzas descentralizadas (DeFi), los tokens no fungibles (NFT), los juegos P2E (play to earn o juega para ganar), los metaversos y las stablecoins, crearon un mercado sobredemandado insostenible.
El punto de quiebre de esta «burbuja» fue la caída de Terra USD (UST), una stablecoin que finalmente perdió su paridad y no pudo recuperarse.
Dando un vistazo al pasado, este ciclo de proyectos ambiciosos que prometían cambiar al mundo, guarda mucha relación con las ofertas iniciales de moneda o ICO que fueron tendencia en 2017. Así se denomina a las preventas de criptoactivos, antes de su listado en exchanges.
En alguna ocasión, llegué a leer que uno de los proyectos, prometía «ser mejor que Bitcoin». No obstante, pocos de ellos llegaron a tener un uso masivo y solo quedaron como una criptomoneda más. O, incluso, sirvieron como una herramienta de estafa, como fue el caso de Bitconnect.
Bitcoin sale bien parado de los mercados bajistas
En 2018 ocurre la segunda gran «debacle» de bitcoin (la primera fue en 2013): el mercado se viene a pique. El precio de bitcoin pasa de los casi USD 20.000 a rozar los USD 3.000, una caída del 85%. Tal situación le dio mucho para hablar a los detractores de bitcoin, que consideraron que la criptomoneda había muerto.
El tiempo de recuperación del precio fue lento. Sin embargo, la tecnología siguió creciendo mientras tanto. Por ejemplo, para el año 2018, nacen las primeras wallets ligeras de la red Lightning. Eran wallets que podías instalar en tu teléfono celular y utilizar en ellas la red Lightning para pagos inmediatos con bitcoin, como lo fue Eclair.
Para el momento, era una tecnología súper complicada, debido a la cantidad de pasos que se debían dar para utilizar la red Lightning, pero fue un acontecimiento importante, que curiosamente se dio dentro de un mercado bajista. Actualmente, hay muchas carteras de la red Lightning de Bitcoin, muy amigables con el usuario, con mínimas configuraciones de uso, pero que mantienen la misma seguridad.
Un ciclo que parece volver a repetirse
En el último mercado alcista de bitcoin y las criptomonedas fueron varios los booms que se dieron en el ecosistema. La industria de los NFT y juegos P2E fueron los que más «humo» y esperanzas vendieron a la comunidad.
Tal como ocurrió con las ya mencionadas ICO de 2017, pocos son los los juegos P2E que aún logran conservar una masa importante de usuarios activos al día. Axie Infinity es el mayor ejemplo de ellos, del cual, sus desarrolladores aún se encuentran mejorando su juego.
Ahora, en un mercado bajista, el interés por muchas de las nuevas «tecnologías» ha ido desapareciendo. Tal parece que es un proceso de modas donde no existe ningún tipo real de innovación, sino solo una forma de vender la fórmula de hacerse rico fácilmente con criptomonedas. Esto termina decayendo, dejando solo lo realmente útil.
En Bitcoin, por ejemplo, actualmente los desarrolladores se han abocado a traer a la mesa de debate el tema de las comisiones, como es el caso de la BIP-119, así como también el desarrollo de nuevas implementaciones gracias a la llegada de Taproot que añade mejoras de privacidad.
El mercado y el ecosistema se encuentra en fase de desintoxicación. El mercado bajista tiene poco tiempo, y aún quedan proyectos vacíos, que no ofrecen nada de interés, rondando dentro del ecosistema, y el cual sigue atrayendo a nuevos usuarios. Por ahora, solo queda esperar.
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