Definitivamente, 2022 es el año de los 14: Rafa Nadal ha ganado décimo cuarto Roland Garros, el Real Madrid consigue su Champions número 14 y el Bitcoin cumplirá 14 años en agosto. Sí, has leído bien, el universo de las criptomonedas tiene ya tantos años como tu sobrina adolescente y tú todavía no te has enterado bien de cómo funciona. Por eso, a continuación, te damos las claves para entender qué es este mundo de las monedas virtuales. Así, si te planteas invertir tu dinero, quizá te animes a innovar en este nuevo ecosistema.
¿Qué son?
Para empezar, hay que decir que, aunque las llamemos ‘monedas’, no se corresponden con una moneda física regulada por algún organismo supervisor que establezca su valor de cambio, sino que es una moneda electrónica que se intercambia a través de medios digitales.
Ese intercambio se produce sin necesidad de intermediarios (aunque los hay) y por el momento apenas hay regulación al respecto. Las criptomonedas permanecen en la red como dato electrónico.
Precisamente ese es uno de los valores diferenciales con respecto a un mercado de inversiones tradicional, la posibilidad de intercambios directos, además de que utiliza un sistema seguro y con un proceso que tiene trazabilidad.
Las criptomonedas más conocidas y que imperan en el mercado son Bitcoin y Ether, pero existen más de 10 000, según lo que refleja Coin Market Cap, portal de referencia de información de ese mercado.
Más que como moneda, este mercado se parece más a una bolsa de valores pero en versión digital, donde cada criptomoneda es como una empresa en la que puedes invertir, y cuyo valor es muy variable y puede despegar como un cohete o caer estrepitosamente en cuestión de horas.
De hecho, al igual que las empresas, desde que nació el Bitcoin, la primera criptomoneda, han surgido y desaparecido muchas de ellas. Y lo seguirán haciendo hasta que se consolide este todavía joven mercado y unas pocas se hagan fuertes, explicar Javier Molina, portavoz de la plataforma bróker financiera Etoro: “Si se quedan diez ya me parecen muchas”, añade.
Me interesa invertir mis dinerillos: ¿dónde las compro?
Aunque parte de la filosofía de este mercado es la posibilidad de comprar sin intermediarios (como quien compra online, puedes acceder a la web de cada moneda), si acabas de llegar a este mundo quizá sí es recomendable hacer uso de uno. En España hay varios y en Estados Unidos hay un gigante, Coinday, que incluso cotiza en la bolsa tradicional.
Si eliges esa opción, hay que asegurarse de que la entidad esté regulada, es decir, que sea una empresa registrada o inscrita en la Comisión Nacional del Mercado de Valores. En cualquier caso, explica Molina, aunque vayamos por libre, hay que informarse bien y ver qué hay detrás de cada proyecto: “Hay que hacer una mínima búsqueda, buscar el equipo que hay detrás, para qué sirve ese proyecto…”. En definitiva, y al igual que en el mundo analógico, será más fiable invertir en una moneda que tenga una actividad real detrás y no mera especulación.
Una vez decidido, te abres una cuenta (una cartera si usamos el lenguaje de las inversiones) en un exchange o plataforma de intercambio (hay que aprender inglés además de economía, como ves), compras y luego te llevas esos activos digitales a un medio físico. Este último paso es muy importante.
¿Dónde se guardan las criptomonedas?
Para guardar las criptomonedas de forma segura hace falta un medio físico finalmente. Aunque hay varios métodos (puedes guardarlas hasta en un disco duro) lo más recomendable, dicen los expertos, son los llamados wallets fríos, una especie de monedero fuera de la red de internet donde se guardarán tus claves privadas.
Ahí, tus activos digitales estarán más protegidos frente a robos o hackeos. También quedarán fuera de entidades bancarias, una de las ventajas que más destacan los más favorables a este mercado.
Luego están los hot wallets o monederos calientes, los cuales sí están conectados a internet y en los que no se recomienda depositar mucho dinero.
Comparándolo con la vida real, el monedero caliente sería como la cartera que llevamos encima (más disponible pero más vulnerable), mientras que el wallet frío se parece más a una caja fuerte o una cuenta bancaria, porque ahí guardamos lo más valioso o las grandes cantidades.
Situación actual: ¿es un mercado arriesgado o seguro?
Las comparaciones de las criptomonedas con divisas como el oro han generado una confusión sobre la estabilidad de este mercado. Este es un mercado volátil, es decir, que sube y baja rápidamente, y así se ha puesto de manifiesto en las semanas pasadas con lo que se ha llamado el cripto-crash, una caída fuerte del mercado causado por el desplome de la moneda Terra.
Por eso, seas o no novata o novato en el tema, Molina recomienda no invertir más del 5% de tu capital: “Hay que hacerlo con conocimiento y juicio. Puedes perder el 100%”.
Teniendo en cuenta esto, los expertos del ramo sí consideran al Bitcoin como un valor refugio “contra la inflación tan agresiva que estamos viviendo”, explica Javier Montes, de Material Bitcoin, una tarjeta física que funciona como monedero frío. Por ello, si no se conoce bien el mercado, el Bitcoin puede ser una apuesta más segura.
En esto también hay estafas: cómo evitarlas
Al ser un mercado en tendencia alcista, a veces el mensaje que cala es que es una manera de conseguir dinero fácil. Pero no hay que dejarse llevar por ello, pues podemos caer fácilmente en una estafa. Se han conocido casos hasta de sectas destinadas a captar jóvenes para invertir en criptomonedas. Nada que no hayamos conocido en el mundo físico, solo que ahora los más jóvenes, un público especialmente vulnerable, también tiene acceso a las inversiones.
“El problema de las estafas en criptomonedas es la falta de educación financiera”, explica Montes; por ello, aconseja seguir estos sencillos criterios para evitar ser víctima de una estafa con criptomonedas:
- Fórmate y consulta con expertos verificados.
- Aplica el sentido común.
- Nadie da duros a cuatros pesetas.
Al igual que para abrir una cuenta bancaria, para invertir en criptomonedas nos van a pedir documentación. Esta es la primera señal para evitar estafas: “Si abres una cuenta y no te piden nada es que algo está pasando“, explica Molina.