La tecnología será un aliciente para que México detone sus niveles de competitividad dentro del sector de construcción; se estima que en el país alrededor de 90 por ciento de los proyectos de construcción no terminan en los tiempos estimados y alrededor de 35 por ciento generan sobrecostos.
De acuerdo con el Global Infrastructure Hub, México es uno de los países de Latinoamérica donde es más rápido abrir un negocio; sin embargo, en el sector infraestructura, una vez abierto, obtener los permisos y cumplir con todos los requerimientos, resulta ser un proceso muy largo.
De ahí que el costo de emprender un proyecto de esta naturaleza equivale, en promedio, a 17.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita del país, uno de los más costosos de la región tomando en cuenta permisos, licencias y adquisiciones.
“Existen diversas áreas de oportunidad para fomentar el crecimiento y la competitividad del país en temas de infraestructura en sus tres niveles, federal, estatal y municipal, y así poder incrementar la productividad y la competitividad. El marco normativo ha mejorado. La Ley de Asociaciones Público Privadas (APP), que busca propiciar mayores niveles de inversión, abre el espectro para que las empresas privadas puedan plantear propuestas no solicitadas y así contribuir al desarrollo con base en su experiencia”, indica la consultora Deloitte.
En entrevista con MILENIO, Carlos Jiménez, director de Edificación Virtual, indicó que para terminar con problemáticas de este tipo es preciso que se implementen soluciones de acuerdo al Building Information Modeling (BIM) y otras, con el fin de potenciar al sector.
El especialista indicó que en proyectos de edificación vertical hay un sobrecosto de 10 y hasta 20 por ciento de lo planificado.
“La manera en la que presupuestamos y planificamos es tan corta de tiempo que la equivocación no va en vano, tenemos muy poco tiempo de planificar. La tecnología nos da tiempo de planificar y empezar a virtualizar un edificio e identificar errores, la vuelve más rápida y colaborativa”, expresó.
Jiménez expuso que en países como España la transición hacia la implementación de tecnología en los procesos de construcción tomó entre 10 y 12 años.
México empezó este proceso en 2016, algo que el directivo calificó como positivo pues aseguró, que se ha podido aprender de los errores en países como Alemania, lo que permite transpolar los modelos con un uso más maduro.
En Latinoamérica, Chile es el país más avanzado en cuanto a la publicación de los estándares. Brasil, Perú, Colombia y Argentina ya tienen avances en cuanto al estándar.
“En el tema de regulación en México a habido un sinfín de esfuerzos, ahora hay una organización un poco más profunda, en donde ya hay un lineamiento de la Secretaría de Hacienda que expidió hace un año y medio o dos. Se está trabajando el anteproyecto de norma, el cual implica la parte del modelado y la construcción, pero integra todo lo que es la comunicación de los proyectos, de las especialidades; el cómo poder digitalizar muchos de los procesos que hoy son análogos y que tienen fallas, que repercuten en tiempo y costos”, indicó.
Para que está estrategia genere rendimientos, afirmó que ha sido necesario contar con anexos para ciertos nichos en particular, un tema en el que es necesaria la participación de especialistas, con el fin de entender hasta donde es posible regular.
KL