La teniente coronel Josefina Patlán Rodarte tiene más de 30 años de servir a las fuerzas Armadas mexicanas. Ella es casco azul y hoy tiene ya casi siete meses en la Misión de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental (MINURSO).
Originaria de la Ciudad de México, Josefina Patlán nos cuenta que a los 15 años decidió ingresar a la milicia porque tenía muchas ganas de estudiar y lo vio como una excelente oportunidad para desarrollarse.
“Antes la difusión de los planteles militares en México no es como es hoy a través de los medios sociales, sino que era de persona en persona. Los militares iban a la mayor cantidad de escuelas y pues en el Ejército ya es bien sabido que ingresan muchas personas con escasos recursos, pero con muchas ganas de superación. Entonces ese era mi caso y lo vi como una muy buena opción de vida para mí”, cuenta a Noticias ONU con motivo del Día Internacional del Personal de Paz de la ONU.
Después de un tiempo de estar en el ejército, Josefina tuvo la oportunidad de viajar a Estados Unidos y ahí aprendió el idioma inglés. Esto fue lo que le abrió las puertas para ser integrante de los cascos azules.
“Comenzaron a mandarme a hacer algunos cursos y conocí ya lo que eran los cascos azules. Entonces a mí me interesó mucho, ya enrollada en esa situación, y con muchos de los requisitos que pedían, me convertí en una candidata ideal para venir y cuando se me presentó la oportunidad, pues obviamente acepté porque el venir a los cascos azules es netamente voluntario”.
Primera mujer mexicana como jefa de la sección de adiestramiento
Hoy la teniente coronel está desde hace seis meses en su primera misión. Se encuentra en la Misión de Naciones Unidas para el Sahara Occidental (MINURSO).
Ahí, ha estado desplegada en el desierto, aunque actualmente se encuentra en el Cuartel General de la Misión como jefa de la Sección de Adiestramiento.
“Es la primera vez que México toma la cabeza de una de las secciones principales aquí en la misión, en el Cuartel General participé y me gané este derecho con otros tenientes coroneles. A mí me dieron el puesto tengo aquí apenas escasos 20 días que me sacaron del desierto y me trajeron para acá”.
Su labor ahí es asegurarse de que el personal militar que llega cubra con los requisitos indispensables para poder ser desplegados en el desierto. Verificar que puedan llevar a cabo el patrullaje, que cuenten con las habilidades necesarias en cuestiones de manejo, que tengan el nivel indispensable de inglés y asegurarse de que conocen la misión.
Ser casco azul es maravilloso
Para la teniente coronel, ser casco azul es maravilloso y explica que su labor es de suma importancia.
“La verdad es que a veces en nuestros países de origen ni siquiera nos imaginamos los problemas o las situaciones a las que se enfrentan en otras partes del mundo. La verdad es que no alcanzamos a entender el problema, entonces los cascos azules realizan una función maravillosa”.
También recuerda y explica que los cascos azules son tanto militares como civiles. Los civiles tienen unas actividades, los militares tienen otras.
“Los militares nos encargamos hasta cierto punto de asegurarnos de que los acuerdos a los que se llega cuando se autoriza una misión de paz, se respeten. Nosotros damos seguridad, entonces es una situación muy especial, muy enriquecedora, y es entender que en otras partes del mundo también se sufre, que necesitan apoyo y que sin la ayuda de la otra parte del mundo no pueden salir y desarrollarse”.
Mexicanas y mexicanos destacan en MINURSO
En la misión donde se encuentra Josefina hay cuatro personas en total originarias de México. Hay un teniente coronel que se llama Norberto, que es el Spanish Speaker.
“También tenemos a otra compañera que está desplegada en el desierto, porque ella va llegando, pero también es una excelente oficial. Y hay un compañero de la Marina de la Armada de México, que también está como segundo comandante. O sea que los mexicanos ahorita estamos bien empeñados aquí en la misión, somos cuatro”.
El poder de las alianzas
El Día Internacional del Personal de Paz de la ONU, que se celebra el 29 de mayo, nos ofrece la oportunidad de agradecer con todo nuestro respeto la valiosa contribución que realiza el personal civil y uniformado con su trabajo en la Organización al tiempo que se nos permite rendir homenaje a las cerca de 4200 personas que se han encargado de mantener la paz y han dado sus vidas defendiendo la insigne bandera de la ONU desde 1948, entre ellas se incluyen las vidas de 135 personas, este último año.
Este año, el tema del Día es: “Personas. Paz. Desarrollo. El poder de las alianzas”.
En este sentido Josefina explica que, en su labor, las alianzas son indispensables. “Nosotros aquí, dentro del ámbito militar, el trabajar en conjunto todos nosotros de diferentes países y entender que si nos unimos en verdad podemos hacer cosas grandes y maravillosas por la gente que en verdad necesita. Simplemente necesitamos entendernos y trabajar juntos y hacemos un trabajo maravilloso, Entonces yo sí creo que sin las alianzas definitivamente uno no puede avanzar”.
La teniente coronel estará todavía cinco meses más en la misión. “La verdad es que para mí ha sido una experiencia maravillosa el venir aquí, demostrarme a mí misma que somos capaces de mucho y que los mexicanos en verdad podemos sobresalir en donde sea. Nada más necesitamos un poquito de empuje. Y este fue mi caso, el venir aquí y demostrarme a mí misma que puedo con muchas cosas y que soy capaces de muchas cosas”.