La inmigración ilegal en el siglo XXI plantea un serio dilema para el planeta y los gobiernos de prácticamente todas las regiones del mundo parecen no saber cómo abordar las dos dimensiones centrales del asunto.
De acuerdo a los especialistas en demografía global, como Joseph Chamie, la primera dimensión son las continuas olas de inmigración ilegal que llegan diariamente a las fronteras internacionales. La segunda dimensión del dilema es la presencia de millones de hombres, mujeres y niños que residen ilegalmente dentro de los países.
Hace un par de semanas tuvo lugar el primer Foro de Revisión de la Migración Internacional de las Naciones Unidas.
El resultado principal del Foro fue una Declaración de Progreso acordada de forma intergubernamental, que incluye un llamado a los gobiernos a intensificar los esfuerzos para una migración segura y ordenada, tomar medidas enérgicas contra el tráfico y la trata de personas, y garantizar que los migrantes sean respetados y reciban atención médica y otros servicios.
Sin embargo, la declaración de 13 páginas no presentó lineamientos explícitos ni acciones coercitivas que efectivamente resolvieran el dilema de la inmigración ilegal.
Tres aspectos fundamentales del asunto de la inmigración ilegal involucran la demografía, los derechos humanos y las ganancias.
En primer lugar, el aspecto demográfico muestra claramente que la oferta de personas que desean migrar en gran parte de los países en desarrollo supera con creces la demanda de inmigrantes en los países desarrollados.
Como resultado de ese desequilibrio demográfico y a pesar de los costos y riesgos, millones de hombres, mujeres y niños están recurriendo a la migración ilegal para residir en otro país, que generalmente son naciones desarrolladas ricas.
Si bien a más de mil millones de personas les gustaría mudarse permanentemente a otro país, el número actual de inmigrantes de varios millones por año es solo una pequeña fracción de los que desean emigrar.
El número de personas que intentan migrar ilegalmente está alcanzando niveles récord. En Estados Unidos, por ejemplo, el número de personas encontradas, es decir, arrestadas o aprehendidas, en la frontera entre Estados Unidos y México en abril alcanzó el nivel más alto registrado, de 234.088 personas.
El segundo aspecto fundamental del dilema de la migración ilegal involucra la asimetría de los derechos humanos en relación con la migración internacional.
El artículo 13 de la Declaración Internacional de Derechos Humanos establece que toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluido el propio, y regresar a su país de origen. Sin embargo, no existe un derecho humano para el ingreso a otro país sin la autorización de dicho país.
La pobreza, el desempleo, los problemas domésticos, el cambio climático y la mala gobernanza generalmente no son considerados motivos legítimos para otorgar asilo.
El tercer aspecto fundamental del tema de la migración ilegal está referido a las ganancias obtenidas. Cobrando altas tarifas por sus servicios, los traficantes obtienen grandes ganancias al promover, facilitar y alentar la migración ilegal de hombres, mujeres y niños a través de las fronteras internacionales.
Una vez que los inmigrantes ilegales están establecidos en el destino deseado, muchos negocios y empresas se benefician de su trabajo. Dada su situación precaria, los inmigrantes ilegales no solo están dispuestos a trabajar por salarios inferiores a los normales, sino que también son reacios a denunciar abusos en el lugar de trabajo, ya que eso puede conducir a su despido, arresto y repatriación.
Parece que es poco probable que los gobiernos puedan resolver el dilema de la inmigración ilegal en el corto plazo. De hecho, es probable que el problema se agrave con el incremento de la inmigración ilegal a causa del aumento de la población, el empeoramiento de las condiciones de vida y los efectos del cambio climático en los países de origen de los migrantes.