“Un petit frère”, de la directora francesa Léonor Serraille, penúltima película a examen este viernes en el Festival de Cannes, pasa a examen de nuevo la familia y la integración migratoria, a través de la historia de una madre africana y sus dos hijos.
Rosa llega en los años 1980 de Costa de Marfil a Francia con ganas de respirar libertad y dos hijos pequeños, Jean y Ernest, a cuestas.
La madre trabaja y exige a sus hijos cumplir en la escuela, pero también quiere tener sus aventuras, empezar de nuevo. Jean y Ernest tan solo quieren darle un sentido al desarraigo y a una situación familiar que no han elegido.
Léonor Serraille ganó la Cámara de Oro (mejor opera prima) en Cannes en 2017 por “Une jeune femme”, una película que también abordaba el tema de las segundas oportunidades.
“Un petit frère” se basa en la historia personal de su novio. La historia es presentada en tres episodios, para cada uno de los personajes.
“Esta historia explica cosas de mi país que no han sido aún explicadas, que han sido interiorizadas”, explicó la directora a la AFP.
Rosa y sus hijos son “personajes que faltan en el cine”, cree esta joven directora. Annabelle Lengronne destaca como madre pero también como mujer que busca su emancipación.
A medida que el espectador acompaña su evolución, Francia cambia también poco a poco. La situación de seguridad se degrada, la inmigración deja de ser un tema neutro, el racismo y la xenofobia se exhiben.
El actor Stéphane Bak interpreta a Jean cuando ya es un joven adulto.
“Hay un montón de historias por explicar en Francia, es un bonito testimonio de lo que puede ocurrir en el futuro”, dijo a la AFP.
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