Posterior a la crisis por el Covid 19, El Foro Mundial de Davos, que se realiza cada año en Suiza, regresa y el tema Real Estate entra de lleno a la agenda política.
El foro, que inició actividades desde el día de ayer, y que culminará el 26 de mayo, será el primero presencial tras dos años y será escenario para presentar los objetivos de descarbonización de las mayores ciudades en el mundo, el cual contempla los estándares, políticas e informes de emisiones de edificios a nivel mundial.
En Davos participarán más de 1,250 líderes del sector privado, junto con 100 dirigentes de empresas emergentes, pioneras tecnológicas y comerciales a escala global. La sociedad civil estará representada por más de 200 líderes de ONG, emprendedores sociales, académicos, organizaciones laborales, grupos religiosos y basados en la fe, y más de 400 líderes de los medios de comunicación y prensa.
Como es del dominio público, el Gobierno Federal en México no cuenta con planes para abordar las emisiones de carbono en edificios o no reciben suficiente atención.
Pero en la agenda global, para ofrecer un plan de descarbonización holístico y eficaz para los edificios, la participación de asociaciones, propietarios, inversores, desarrolladores y ocupantes serán fundamentales.
Sin embargo, existe una brecha significativa entre las políticas promulgadas en los municipios, el impacto de la industria inmobiliaria y la ciencia del clima que indica la necesidad de alcanzar el máximo de emisiones para limitar el calentamiento global.
La investigación que realizó JLL, identificó que las ciudades más exitosas para avanzar en la descarbonización serán aquellas que equilibren la regulación, los incentivos, la innovación y los aceleradores de estos espacios.
“Las alianzas entre sector privado y gobiernos locales son fundamentales en la descarbonización de la economía, en particular en el Norte Global, donde se requiere más modernización en el parque de edificios existente; Si esto no sucede, los gobiernos locales introducirán fuertes regulaciones y sanciones en los estándares de construcción: habrá ganadores y perdedores a medida que las ciudades busquen llega a cero emisiones”, destacó Guy Grainger, Director Global de Servicios de Sostenibilidad y ESG para JLL.
Varias ciudades fueron destacadas por sus enfoques innovadores para reducir las emisiones de los edificios, incluida la ciudad de Nueva York con una serie de leyes locales que se encuentran entre las más estrictas a nivel mundial.
Además, se expondrán los avances en Singapur y Vancouver, que han establecido enfoques holísticos para la ecologización de sus edificios; París y Ámsterdam, que están tomando la delantera en la consideración del carbono incorporado; Londres y Los Ángeles, que están marcando el ritmo de la biodiversidad; y el programa cap-and-trade de Tokio que incentiva a los propietarios de edificios a reducir las emisiones.
Uno de los mayores retos es la ecologización de las redes de energía, un desafío sobre el que las empresas no tienen control directo y que a menudo requiere una mayor colaboración a nivel nacional o de varias ciudades, para el cual, “las ciudades deberán colaborar con los gobiernos locales, estatales y nacionales vecinos para desarrollar una infraestructura de almacenamiento y energía renovable a gran escala”, muy contrario a las políticas que desarrolla el actual gobierno federal en México, donde todas sus baterías están concentradas en refinar petróleo e inhibir las energías limpias.
El estudio señala que, en las ciudades desarrolladas, el 80% del parque de edificios estará construido en 2050. Para cumplir los objetivos de 2050, las tasas de modernización deberán superar el 3% anual (actualmente se sitúan entre el 1 y el 2 %), lo que hace que el intercambio de conocimientos sobre prácticas sostenibles entre gobiernos y entidades grandes y pequeñas será fundamental para mantener el ritmo.
La investigación destacó una amplia gama de regulaciones que están implementando los gobiernos, y diferentes métricas y definiciones que se están adoptando. Se necesitará colaboración transfronteriza, especialmente para ayudar a mitigar los peores impactos del cambio climático para el planeta y, en particular, para las ciudades más vulnerables del Sur Global, o los países menos desarrollados.