El pasado 11 de marzo veía la luz El Instante Perfecto, primer largo del trío asturiano MalaTesta. Su rock alternativo cargado de buenas melodías no debería pasar desapercibido.
Si MalaTesta no suenan en su debut El Instante Perfecto (Music Garden) como una banda primeriza es porque en realidad no lo son. Marcos Munguía (bajo y voz), Guillermo Mariño (guitarra y coros) y Marco Álvarez (batería y coros), además de haber ganado experiencia dos décadas atrás en grupos como Avalanch o [Biotech], ya habían hecho un primer intento de tirar adelante una nueva banda diez años antes. Por motivos profesionales aquello no cuajó, pero en 2019 el destino volvió a unirles, y ahora están decididos a ir hasta al final.
Desde luego, su determinación se nota tanto en el mimo que le ponen a cada canción, como en el hecho de que decidieran grabar en los estudios Cube de Madrid con Alberto Seara y Carlos Escobedo de Sôber como productores. Hace unas semanas charlábamos largo y tendido con Marcos y Guillermo sobre su vuelta al ruedo. El próximo 10 de junio estarán presentando el disco en Gijón en la sala Ángeles Y Demonios (antigua Memphis) con Malverde como banda invitada. Puedes conseguir tus entradas en este enlace.
Una de las mayores dificultades para los grupos hoy en día, ya no es tanto hacer música, sino que la gente la llegue a escuchar. Ahora grabar un disco, en el fondo, es un punto de partida relativamente sencillo, pero lo que cuesta más es darse a conocer entre tanta oferta. Como músicos ¿cómo lleváis eso?
GUILLERMO MARIÑO “Estamos en ello ahora mismo. Es exactamente lo que lo que comentas, porque esta vez fuimos al estudio, pero en realidad si te lo propones con medios más de tipo casero y un poquitín de ayuda, puedes sacar cosas bastante decentes. Pero ahora estamos intentando precisamente lo que dices, que se conozca porque estamos bastante contentos con cómo quedó el disco y creemos que le puede molar a la peña. Así que intentando que pueda llegar a toda la gente con los medios que tenemos al alcance. Salió hace un mes, y bueno, desde RockZone nos echasteis una mano cuando estrenamos el videoclip y se notó bastante, sí, se notó bastante. Ahora lo estamos moviendo más por redes sociales, y en breve empezaremos a movernos más a nivel de directo, ya de forma más orgánica y más de verdad”.
Esa es la otra. Muchos grupos sacan el disco, igual tocan en su ciudad y en Madrid o donde sea, pero ahí se acaba todo. Realmente tienes que tener muy claro que vas a necesitar hacer una inversión para ir a tocar a los sitios, aunque vaya poca gente, pero creo que es la única manera, al menos para una banda de rock.
GUILLERMO “Esa es la idea más o menos. No lo vamos a hacer para ahora mismo porque, las salas están súper saturadas, pero sí que estamos preparando una serie de bolos en Madrid y Barcelona y ciudades que quedan entre de camino para aprovechar el camino. Pero sí, la idea es hacer las cosas un poco a la vieja usanza”.
MARCO ÁLVAREZ “Sí, porque si ya era complicado, ahora con el tema de la pandemia las salas están muy solicitadas y hay pocos huecos para para los próximos meses. Ya a la dificultad de por sí de poder presentar el disco, se suma el problema del parón que hubo, es complicado”.
Sí, la verdad es que está complicado, y se nota en la asistencia a los conciertos. La oferta es brutal y el dinero no llega para todo. Pero bueno, contadnos cómo empieza MalaTesta porque veníais de historias más metaleras. ¿Cómo ha sido el proceso hasta llegar al sonido de esta banda?
MARCO “En realidad hay una primera andadura que tuvo lugar hace más de una década, en 2008 o así. Veníamos de otras bandas diferentes que habían terminado y queríamos juntarnos simplemente para tocar y probar también lo que era volver a empezar de cero. Poder tener un poco de libertad a la hora de componer y a la hora de de ver qué salía y dejarnos llevar por eso. Nos juntamos con Marco, el batería, que también buscaba lo mismo. Así que esa primera andadura en la que hicimos algunos temas, y hicimos muy pocos conciertos, y luego por motivos laborales estuvimos separados, pues no sé cuánto tiempo, 10 años prácticamente. Yo me fui a trabajar fuera, también se fue Guillermo, y ahí la historia se paró. Yo venía de vacaciones y me juntaba con Guillermo y tocábamos, pero sabíamos que no podíamos mantener una banda a distancia, era más por placer. Pero pasado ese tiempo, los tres volvimos a coincidir aquí en Asturias y surgió otra vez la oportunidad de juntarnos. Eso fue en 2019, justo antes de la pandemia. Empezamos a tocar los temas viejos, y luego a componer temas nuevos y ahí empezó un poco lo que es Malatesta con el nombre actual”.
¿Cuando os juntasteis hace diez años la línea musical ya era esta o era algo completamente distinto?
GUILLERMO “Era menos rockero, algo más tranquilo tirando al más pop, pero con guitarras. Digamos que, en esta nueva etapa, los temas tienen más potencia. Al final como que nos quedamos un poco entre medio. Igual nos habíamos ido demasiado para un lado, y ahora lo hemos equilibrado (risas). Estamos todos contentos con la línea de ahora”.
¿Os fuiste a trabajar fuera de Asturias o fuera de España?
MARCO “Yo fuera de Asturias y Guillermo fuera de España”.
GUILLERMO “Sí, estuve cinco años en Francia, y él cinco años en Madrid. Somos profes los dos. Yo de la universidad y él de instituto, así que está bien para tener compatibilidad para poder tocar”.
¿Y Marco qué hace?
GUILLERMO “Es relojero”.
¿Relojero?
GUILLERMO “Sí, tiene un negocio familiar y lleva toda la vida allí. También tiene flexibilidad, porque lleva toda la vida tocando, yendo a hacer giras también por Latinoamérica incluso. Así que en ese sentido si se nos presentase una ocasión guapa, pues se podría siempre abordar”.
¿Es un reloj tocando? ¿Se nota el oficio?
MARCOS “Sí (risas). La verdad que todo lo hace con las manos”.
GUILLERMO “En el estudio se quedaron un poco flipados, la verdad. Nosotros estamos acostumbrados a tocar con él y al final lo vemos normal”.
MARCOS “Sí, pero la gente cuando ver tocar de cerca se sorprende mucho porque es muy bueno, es muy sólido y tiene un estilo yo muy peculiar. En el estudio, si Carlos y Alberto que habrán visto muchos baterías, te dicen que tiene un nivel muy, muy bueno, pues es que realmente lo tiene”.
GUILLERMO “Pierdes un poco la perspectiva, porque como siempre ha tocado bien… (risas)”.
Con algún batería malo habréis tocado alguna vez ¿no? 8.20
GUILLERMO “(Risas) La verdad es que cuando teníamos el otro grupo [Biotech], toda la gente que pasó por ahí tocaba muy bien. A ver alguno era en algunos aspectos mejor que en otros”.
MARCOS “Es más al principio, cuando empieces a tocar, yo toqué con baterías muy malos. Son muy peculiares los baterías, además. Siempre hay un poco de broma con las baterías en los grupos (risas)”.
«Cuando empiezas a componer canciones, y las tocas y se te ponen los pelos de punta a ti mismo… Eso es lo que buscamos” MARCOS MUNGUÍA
Siendo tres supongo que todo es más fácil, pero al final hay uno que está al frente que es el que canta. ¿ Ese tipo de liderazgo surgió de una manera natural o fue algo que hablasteis? ¿Cómo fue el proceso de repartir los roles en ese aspecto?
MARCOS “Bueno, la verdad es que estamos ahora empezando con ello. Tampoco hay ningún problema entre nosotros. Somos un grupo bastante democrático. Mucha gente dice que eso no suele funcionar, y que funcionan mejor las dictaduras en el rollo musical. Asumimos que al final el cantante siempre tiene un poco más de visibilidad y se le suele suele colgar esa etiqueta de líder, pero yo me siento cómodo hablando de nuestro trabajo y lo asumo. Pero al final podemos estar Guillermo y yo aquí haciendo esta entrevista, como mañana puede estar Marco con Guillermo. En ese sentido no hay ningún problema. Ya tenemos una edad y sabemos un poco el papel que jugamos cada uno. Creo que al final de cara a medios es lo menos importante; nos importa más sobre todo cómo funciona el grupo a nivel interno para componer y tal”.
GUILLERMO “Al final siendo tres es más fácil. Generalmente él y yo solemos estar un poco enfrentados y el cabrón de Marco al final decide siempre (risas)”.
MARCOS “Tensión compositiva siempre la hay pero es pensando en la canciones, no en si uno hizo tres y el otro cuatro. Yo creo que eso nos queda un poco atrás. Esa tensión es buena porque significa que uno cree en lo que está haciendo”.
¿Cuál fue la primera canción que terminasteis que os marcó un poco el camino hacia dónde ir?
MARCOS “Yo creo que sería ‘Elegimos Mal’”.
GUILLERMO “Habíamos trabajado muchos temas anteriores que quedaron fuera. Teníamos como otros ocho, diez temas, incluso algunos grabados también en estudio. Pero era en una línea ligeramente diferente que no acababa de encajar sí. El disco tampoco es que sea muy monolítico, pero bueno él tiene un estilo un poco más homogéneo. Quizá en esa evolución el primero que nos moló mucho fue ‘Elegimos Mal’ y también ‘El Instante Perfecto’”.
MARCOS “Son las dos que abarcan los extremos del grupo. Al final es una cuestión más emocional que racional eso de tirar hacia un estilo. Cuando las empiezas a componer y las tocas y se te ponen los pelos de punta a ti mismo… eso es lo que buscamos más que racionalizar”.
Aunque el disco sea coherente, la instrumental ‘A 441’ ves que la banda podría haber ido por un rollo mu distinto.
GUILLERMO “Ese tema es muy antiguo, es de hace diez años. Estaba buscando grabaciones de temas antiguos que todavía tocábamos para ver los arreglos, y apareció esta grabación en directo, y te juro que yo no sabía cómo se tocaba eso. No nos acordábamos de nada (risas). Le puse un mensaje en plan ‘Tío, qué buenos somos y no lo sabemos’ (risas). La rescatamos, la cambiamos un poquitín para que encajara, y al final la metimos. Le da un toque un poco diferente”.
Al principio decíamos que ahora existe la posibilidad de grabar en casa, pero vosotros optasteis por ir a un estudio como Cube con Alberto Seara y Carlos Escobedo. ¿Cómo llegasteis a esa decisión?
GUILLERMO “Fue un poco por casualidad. Marco, el batería, toca el piano, y quien le da clases de piano es Javier Blanco, que es quien les hace los arreglos orquestales a Sôber. Habíamos grabado demos en casa y también una especie de EP en un estudio aquí en Asturias, y se lo enseñó a Carlos de Sôber, sin nosotros saberlo, y nos escribió diciendo que le había gustado mucho. Podríamos haberlo hecho de otra manera, pero ya que queríamos moverlo un poco, nos podía dar algo más de posibilidades. Tampoco es que tengamos mucho que ver con Sôber, pero quieras que no te puede dar un poco más de visibilidad. Y que nos echara una mano en la producción también mejoró bastante algunas cosas. Nos pareció interesante porque en el pasado con los otros grupos habíamos tenido alguna interacción con ellos. Y nos pareció curioso que después de 20 años de haber compartido escenario volviéramos a tener algún tipo de relación”.
MARCOS “A Carlos le vi muy entusiasmado con el EP que habíamos grabado aquí. Estuvo desde el principio muy insistente en que tuviéramos una reunión, que habláramos porque le veía posibilidades de hacer un larga duración. Le veíamos tan convencido que nos convenció. Pero lo de ir a un estudio lo teníamos claro independientemente que fuéramos a Cube o no, porque nosotros como somos unos músicos que llevábamos tanto tiempo sin meternos en un estudio a grabar teníamos ganas de volver a pasar por esa experiencia”.
GUILLERMO “Además siendo tres, las opiniones son limitades, y siempre te viene bien una opinión de fuera”.
A mí más que a Sôber, me suena un rollo más americano tipo Foo Fighters Breaking Benjamin o Jimmy Eat World. ¿Buscabais ese tipo de sonido?
GUILLERMO “Sí, por ahí va un poco la movida. Escuchamos sobre todo grupos americanos, alguna banda inglesa y española también, que las hay muy buenas, pero quizá lo que más escuchamos son americanas. Aparte de los que dices igual cosas más bestias o más tranquis, pero igual donde convergemos es en eso”.
De hecho, no hay muchos grupos en España que vayan en esta línea. O tiran más hacia el metal o hacia el indie, pero ese rock melódico no es habitual.
GUILLERMO “Es lo que nos mola. Otra cosa es que no sé muy bien si será algo positivo o será una mierda porque no hay escena”.
Igual tenéis que empezar vosotros la escena.
GUILLERMO “(Risas) Nosotros donde nos dejen tocar… El otro día tocamos con Ànteros que no tiene mucho que ver, pero tampoco quedó mal”.
MARCOS “Yo creo que tenemos mucho que aprender de los yanquis. Ahí sí que se permean mucho los estilos. Un oyente medio puede escuchar a Breaking Benjamin y luego algo más pop. Pero en directo tocas con bandas que a priori no encajan tanto contigo y la respuesta del público es buena, y eso mola. Dentro del rock no nos encuadramos dentro de ningún estilo concreto. Yo tengo una raíz un poco más pop que se plasma también en mi forma de cantar y tampoco quiero renunciar a ella, porque es lo que me sale. Y creo que eso acompañado de guitarras contundentes crea una mezcla chula”.
La última pregunta va relacionada con la portada, en la que se va las siluetas de una pareja con las manos cogidas en una playa, con una explosión nuclear en el horizonte. Tengo la duda si queréis decir que el mundo es una mierda, pero que el amor o las relaciones humanas te pueden ayudar a superarlo, o si está tan mal que da igual que tú estés bien porque al final todo se irá a la mierda igualmente.
MARCOS “Entre esas dos disyuntivas diríamos que la primera. Al final tanto el proceso de composición de gran parte del disco, como las letras y todo lo que preparamos previamente, estuvo marcado un poco por el tema de la pandemia. Al final uno aprende a adaptarse, a sobrevivir y a buscar esos instantes perfectos que explica el título, pero siempre con el optimismo de fondo. A veces, en esos momentos de oscuridad y de drama y de problemas que nos rodean, pues siempre hay alguien que que saca un poco de luz y que y que hace que el mundo no sea tan terrible”.
JORDI MEYA