Jean Boudeguer, ingeniero civil industrial, tuvo muchas experiencias en primera persona con empresas que estaban intentando crecer. Fue el primer director ejecutivo de Start-Up Chile y por lo mismo logró hacer un análisis importante en el rubro. “Nos dimos cuenta de que estaba muy separado el tema financiero de las empresas. Era muy abstracto y para analizar el riesgo se tenían que fiar de contadores”, comenta.
Con todo el avance tecnológico existente, hasta ese entonces -comienzos de la década de 2010- nadie se estaba haciendo cargo de implementarlo para hacer fluir bien el capital. Fue allí donde nació Clay.
Los primeros años los pasó programando prototipos junto a un equipo. Su idea era construir una plataforma tecnológica que permitiera que los dueños de negocios se involucraran conscientemente en las finanzas -una parte esencial de cualquier compañía- y que lograran empoderarse en el tema para tener mejores condiciones.
Hace siete años concretaron la primera versión de su producto. “Pudimos resolver un problema muy básico, que era la conciliación bancaria. Básicamente, cuadrar los números de la empresa con el banco, asociarlo a facturas, a gastos y a ingresos, todo de manera automática”, explica el fundador. A partir de eso crearon una aplicación en línea, y la idea fue tan bien recibida que hoy ya tiene más de 1.200 empresas usuarias.
El fundador, junto a su socia fundadora, María Ignacia Jofré -quien además fue la primera mujer en ser vicepresidenta en FinteChile– siguieron trabajando en la herramienta hasta transformarla en lo que es hoy. Su funcionamiento es simple de entender: a partir de motores de automatización, simulan lo que haría una persona, pero mediante un proceso comandado por un robot (RPA). Este saca los datos de la empresa de distintas partes, como bancos, el Servicio de Impuestos Internos y Previred, entre otros, y los junta en un panel de control donde es muy fácil visualizar todo para poder cuadrar la caja del negocio.
El producto en sí es también muy simple de usar. La forma de entrar es por página web, www.clay.cl, y no es necesario descargar una aplicación. Las empresas que contratan el servicio deben crear una cuenta y entrar iniciando sesión con nombre de usuario y clave. Se puede acceder a esta a través del computador, tablet o celular, y en ella se puede ver la cartola bancaria mientras permite hacer todo de forma remota.
“Esto te permite tener un control que ninguna otra plataforma puede ofrecer en la actualidad. Está muy optimizado para ser lo más simple posible” explica Jofré. Además, hay una etapa de inicio donde prestan ayuda a las empresas. “Todas pasan por un proceso donde hay un equipo que ayuda a dejar configuradas las sesiones, conectadas con sus bancos y sus datos para cuadrar todo después en el panel de control”, agrega la cofundadora. El precio, en este caso, varía según cantidad de datos, pero no cobran por usuario, sino que por compañía.
Lo que más llama la atención de Clay en el mundo empresarial es el panel de control. “El dueño quiere ver su facturación, cuánto está vendiendo y cobrando, cuáles son los deadlines para pagar a través del panel de control de Clay, y eso es lo que más les gusta de la plataforma”, comenta Jean Boudeguer.
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Pero, además de eso, Clay ofrece otras herramientas que pueden ayudar con las finanzas y, sobre todo, a automatizar procesos que antes eran muy engorrosos. Por ejemplo, productos de motores de cobranza automática, que emiten facturas y se las mandan al cliente. También tiene un sistema propio de contabilidad, para permitir que las decisiones que toma el contador de la empresa estén justamente alineadas con las del dueño.
Además, Clay ofrece un motor de generación de asientos contables; es decir, automatiza el proceso de los asientos, que normalmente se hacen cuando llega una factura y que funciona generalmente de forma manual: alguien ve la factura y dice qué hacer, dónde está el debe y el haber. “Todos estos procesos los hace este robot, al que nosotros llamamos ‘Cassius de Clay’. Este hace mucho trabajo y facilita la vida a los usuarios”, dice el fundador.
La propuesta de valor de ordenar las finanzas ha llamado mucho la atención de las compañías y startups. “Pasa porque funciona como lugar de encuentro entre dos mundos. En general los dueños nunca se meten al sistema contable, pero gracias a esta plataforma puede ser parte del proceso”, dice María Ignacia Jofré. Como ellos explican, hay cosas importantes pasando en las empresas que no pueden caer en la responsabilidad solo del contador. Se necesita una conversación que acerque a las gerencias a este espacio.
El esfuerzo, entonces, es poder hacer esta plataforma online lo más fácil posible. “Es como cuando te enseñan a usar Gmail o Facebook. Es autoexplicativo. Nuestro sueño, además de hacer que la plataforma sea didáctica y fácil, es que el dueño, que sabe mucho de su negocio, pero no tanto de finanzas, pueda encontrarse con términos contables de una manera entendible y amigable”, afirma la cofundadora. Este trabajo de alfabetizar en el mundo contable es un rol que asumen como desafiante, pero estrictamente necesario hoy en día.
Por lo mismo, muchas empresas se han animado a contar con sus servicios. “Hoy tenemos empresas de tecnología, por ejemplo, a las que les encanta esta iniciativa. Broota, Fintual, Punto Pago, empresas que piensan que efectivamente esto es el futuro; ellos nos han traído más clientes”, cuenta Boudeguer. Como tienen una interfaz que conecta todos los datos de diferentes plataformas (algo que hoy el banco no puede hacer y que es un trabajo demoroso para los contadores), las empresas nuevas los prefieren.
Actualmente trabajan con 1.200 empresas de todos los rubros, entre recursos humanos y empresas agrícolas. Y su crecimiento ha sido exponencial desde 2015, año en el que no fueron financiados con capital de riesgo, sino que a través de inversionistas ángeles. “Eso es bueno, porque nos hace muy independientes; es un aporte de gente que conoce el mundo de los negocios. Aquí todo lo reinvertimos en el negocio”.
Para el futuro, esperan tener un crecimiento más rápido. “Esto es algo que todos necesitan, así que nos hace sentido tener metas altas. A principio de año subimos de 1.000 empresas a 1.200, por lo tanto, esperamos llegar a las 10.000 empresas en poco tiempo”, dice Boudeguer. Al mismo tiempo, esperan poder crear más herramientas, ojalá tributarias, hacer paneles de riesgo y así incorporar otros elementos más predictivos a la plataforma.
Finalmente, lo que buscan lograr este año es poder crecer internamente, tener más gente en el equipo de trabajo y hacer una declaración de principios del mundo financiero con un fuerte empoderamiento de las mujeres en el área de la contabilidad. “Nos hace sentido también pensar en esa cuota de género para que todos nos podamos seguir desarrollando”, finaliza María Ignacia Jofré.