Texto: Daymira Barriga Velarde
Fotos: Cortesía de la entrevistada
El 31 de marzo de este año, la tarijeña Allison Silva recibió el Premio Impacto 2020, creado por el Programa de Liderazgo de América Latina y el Comité Asesor del Programa de Liderazgo en Competitividad Global (GLC, en inglés) de la Universidad de Georgetown, Estados Unidos. Este es el reconocimiento más alto que otorga el GLC a sus exalumnos que se han destacado en generar un efecto multiplicador en la región. OH! conversó con ella para conocer su trabajo, sus metas y sus percepciones.
–¿Quién es Allison Silva? ¿Cómo llegó a ser la primera boliviana en obtener este reconocimiento internacional?
–Soy ingeniera de sistemas y tengo una maestría en Gestión de Sistemas de Información. Colidero una empresa que se llama Eressea Solutions, que cofundé con mi socio René (Silva) que desarrolla soluciones en tecnología. Hace seis años, decidimos crear la Fundación Emprender Futuro y trabajar en tres pilares: emprendimiento, tecnología y educación, que responden a tres necesidades que se han visto en el país.
En el tema de emprendimiento hemos desarrollado el Programa Bolivia Emprende que da apoyo y fortalecimiento al emprendedor. Hemos creado diferentes metodologías y programas, por ejemplo, el Programa de Liderazgo, Emprendimiento e Innovación (PLEI) ofrece un entrenamiento gerencial de nueve semanas a los emprendedores, y les brinda herramientas, metodologías y acompañamiento para hacer crecer su empresa.
También tenemos el Taller de Emprendimiento 24E, orientado a emprendedores con el único objetivo de brindarles estas herramientas para que puedan acelerar sus negocios, puedan fortalecerlos, puedan tener las herramientas gerenciales que les permitan crecer, vender más, ser más ordenados, empresarialmente hablando.
Hemos capacitado hasta ahora a más de 8.500 personas en temas de emprendimiento en estos años y hemos preacelerado a más de 274 empresas, también hemos tenido la oportunidad de sacar becarios fuera del país. Hace una o dos semanas hubo un evento de tecnología e innovación en Miami y los acreedores de becas internacionales tuvieron la oportunidad de viajar, lo cual nos llena de orgullo porque es una oportunidad para que los emprendedores puedan ver mercados más globales y de alta tendencia.
–¿Qué se debe hacer para ingresar a este programa?
–Periódicamente, hacemos convocatorias para cursos y talleres gratuitos a través del portal boliviaemprende.com, hay algunos talleres que tienen un porcentaje de beca, pero la contraparte la pone el emprendedor. Estos programas se lanzan a nivel nacional, aprovechando la virtualidad, que ha permitido que personas de ciudades más chiquitas puedan entrar.
Boliviaemprede.com es una plataforma donde los emprendedores pueden encontrar muchos recursos gratuitos, porque la plataforma es gratuita, ahí pueden ver tips, entrevistas, full models, notas de coyuntura, herramientas propias para el emprendedor, guías sobre cómo abrir una empresa, cómo registrarla, cómo registrar la propiedad intelectual… Son herramientas e instrumentos que le hacen la vida más fácil al emprendedor porque encuentra todo en un solo lugar.
–¿En qué consiste el programa Mujeres 360?
–El segundo programa es más nuevito, tiene cuatro años y se llama Mujeres 360. Su objetivo es construir la nueva generación de talento femenino en tecnología, ¿qué significa esto? Hemos desarrollado diferentes programas que permiten a jóvenes, a partir de los 15 años, desarrollar habilidades tecnológicas y desarrollar sus habilidades personales o habilidades blandas. Son programas cien por ciento gratuitos, es decir, les damos una beca del cien por ciento gracias al apoyo de nuestros socios: la embajada de Estados Unidos, Eressea Solutions, Datec Ltda., Funda PRÓ, ICCO y la Fundación Solydes.
¿Por qué tecnología? ¿Por qué mujeres? En la pandemia se ha visto que se han creado nuevos oficios, que hay nuevas demandas de talento y esto no va a parar, se van a seguir creando nuevas posiciones, se va a seguir demandando nuevos tipos de profesiones, pero relacionadas con tecnología.
La tecnología maneja una economía del talento y al manejar una economía del talento, permite jugar con lo que todas las personas tenemos: capacidad de aprender. Por eso, nosotros generamos estas habilidades para que las jóvenes se interesen en carreras STEM (sigla de Science, Technology, Engineering, and Math), Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, para que puedan ver en la tecnología una oportunidad que les puede abrir muchas puertas no solo en Bolivia, sino a nivel internacional, para esto hemos creado el programa Mujeres 360, que tiene una duración de 10 semanas donde nosotras enseñamos a jóvenes cómo desarrollar básicamente esa tecnología. También trabajamos la parte personal, que es muy importante porque son habilidades que se necesitan en la industria de la tecnología, como el trabajo en equipo, liderazgo, resiliencia y otros.
–¿En qué consiste el tercer programa de la fundación?, ¿cuál es su relevancia?
–Hace tres años surgió la iniciativa de trabajar con cuatro instituciones, hoy somos cinco (Funda-PRÓ, Fundación Solydes, BIM, Eressea Solutions, ICCO y la Fundación Emprender Futuro), decidimos crear Mapeos del Ecosistema de Tecnología Digital en Bolivia, de distribución gratuita. Son documentos anuales sobre cómo se está comportando toda la industria de la tecnología desde el punto de vista de las startups (empresa emergente de crecimiento acelerado) de base tecnológica. ¿Por qué nos importa esta información? Antes de este reporte no había información y no puedes avanzar en una industria que viene a tanta velocidad, con tanta innovación, con tanta disrupción, si no tienes la información. Este año vamos a lanzar la cuarta versión –el año pasado se lanzó la primera versión en inglés, porque también se busca realzar los casos de éxito que hay en nuestro país– ver cuáles son las limitaciones, pero, sobre todo, las oportunidades en esta industria, y quiénes son los actores que hacen al ecosistema. El mapeo es un ejemplo de que sí se puede trabajar de manera colaborativa, somos cinco instituciones que nos hemos unido para hacer eso.
–Según el mapeo, ¿qué limitaciones hay en Bolivia para hacer emprendimientos exitosos?, ¿qué oportunidades nos ofrece el país? y ¿quiénes son los actores?
–Los actores son diferentes instituciones, que desde diferentes ángulos apoyan a la industria. Está la academia con la formación de los profesionales; el sector privado, que es el que demanda estas innovaciones y es un gran articulador; las non profict (sin fines de lucro) que son las instituciones que apoyan y dan soporte al ecosistema; las startups de base tecnológica; el gobierno que, desde diversas instancias, genera políticas públicas para poder normar todo lo que tiene que ver con esta industria, y también tenemos al startup, al emprendedor.
¿Qué oportunidades existen? Hay que leer muy bien el contexto. En la época de la pandemia crecieron mucho las iniciativas muy orientadas a temas de logística, a todo lo que tenía que ver con el ecosistema de pagos y salud. Hoy, estamos viviendo una reactivación económica, de una apertura a la nueva normalidad, no vamos a volver a lo de antes, pero se está viendo que las startups han logrado consolidarse y muchas van a seguir en temas de logística. Creo que también hay una oportunidad muy importante en encontrar mercados globales y no solamente enfocarse en Bolivia.
–Volviendo a lo personal, ¿qué ha significado para Allison Silva este reconocimiento?, porque muy pocas veces bolivianos y en particular bolivianas reciben un premio en esta área.
El premio para mí significa mucho porque representa el trabajo de un equipo y eso es muy importante decirlo, es un mensaje muy importante porque detrás de grandes instituciones hay grandes equipos. Muy honrada de que haya sido un premio orientado a Bolivia, porque significa que desde Bolivia podemos innovar y crear instrumentos, metodologías, programas que pueden lograr mucho impacto en la gente, basados en lo que realmente se necesita: tecnología, educación y emprendimiento.
Georgetown es una universidad jesuita, yo vengo de un colegio jesuita, los jesuitas tienen una filosofía de vida muy linda, que se basa en servir, que está orientada al servicio, por eso el premio significa algo importante para mí porque viene de una filosofía bastante dedicada al servicio, a hacer cosas para servir en tu sociedad. El Programa Mujeres 360 tiene cuatro años; Bolivia Emprende, siete años; el mapeo, cuatro años. Nosotros somos bastante sólidos, no es que se nos ocurra hacer algo porque está de moda, sino que realmente está planificado, porque queremos transformar y lograr un cambio sistémico.
–La pandemia ha dejado desempleados a hombres y mujeres, quienes necesitan reinventarse para seguir adelante. ¿Qué deberían hacer? ¿Qué consejos le daría?
–Es más fácil decirlo que hacerlo, pero si tuviera que decirles algo es que pierdan el miedo al fracaso, en nuestra cultura se castiga mucho el fracaso, te equivocas en algo y te dan un coscorrón. El fracaso es algo que se tiene que celebrar porque más bien deberías aprender de ese fracaso, que tengan menos aversión al riesgo, porque el momento en que lo pierdes se te abre una infinidad de posibilidades. Primero, de aprender y ser lo más curioso que puedas y de tener una mente muy adaptable, si todavía no la han desarrollado, les invitaría a que la desarrollen, ¿por qué?, porque te permite cambiarte, tienes que adaptarte muy rápido, solo las especies que se adaptan rápido sobreviven y tiene éxito.
Segundo, que realmente busquen la mayor cantidad de habilidades en tecnología, si eres empresario te va a ayudar en tu proceso de transformación digital, si eres joven y profesional, te va a ayudar porque vas a convertirte en altamente competitivo, en la carrera que te encuentres, la tecnología va a representar un acelerador, porque te ayuda a ser más eficiente y eso es clave porque, al final del día, buscamos eficiencia y resultados.
El tercer consejo que les daría es que sueñen lo más grande posible, no hay límites para soñar, pero que acompañen el sueño con un plan, porque de nada me sirve soñar en grande si no estoy haciendo nada hoy día para lograr ese sueño. Cada día hay que hacer algo para cumplir ese sueño, que de otra manera solo se va a quedar en sueño.
La gente puede empezar cualquier rato este cambio, pero es mejor empezar antes. Según un estudio del Banco Mundial, antes de los 29 años vas a aprender a tu máximo potencial, no es que después no puedas aprender, pero el proceso se dificulta un poquito.
Esos son los tres consejos que me ha tocado aprender y con los que, gracias a Dios, he tenido muchas oportunidades de visitar el mundo y de crear estas otras oportunidades para que más personas puedan alcanzar su máximo potencial y puedan tener una mejor calidad de vida. Eso es lo que en lo personal me motiva mucho y por lo que cada día trabajo incansablemente.
¿Cómo hago que más personas tengan más oportunidades?, ¿cómo hago que más profesionales sean más competitivos, que más empresas estén mejor preparadas, puedan vender más y tengan mejores ingresos?, porque esto significa contratar más gente y contratar más gente significa que estás moviendo la economía. Todo aquello que represente generación de oportunidades es algo que marca nuestro norte como fundación y, a nivel personal, es algo que se tiene que hacer y que la verdad lo disfruto mucho haciendo.