La multinacional Philip Morris International (PMI) se propone en unos 10 a 15 años dejar de vender cigarrillos y concentrarse en ofrecer alternativas a quienes no dejen de fumar.
Esta transformación empresarial le exige trabajar en los países para que las regulaciones se ajusten a la nueva realidad. Y Colombia no es la excepción.
(Lea: ‘Tuvimos uno de los mejores primeros trimestre en este siglo’: Duque).
Con esa intención, Gregoire Verdeaux, vicepresidente Global de Asuntos Externos de la multinacional, estuvo de visita en Colombia y en diálogo con Portafolio explicó los cambios que se requieren en el mercado nacional.
¿Qué motivó su visita a Colombia?
Vengo a Colombia porque es un momento muy especial. Obviamente, hay elecciones presidenciales y la pregunta que he hecho es qué tan lista está Colombia para el proyecto que tenemos ahora y que es el centro de la visión de nuestra empresa: el final de los cigarrillos.
¿Llegará el final de los cigarrillos?
Es posible. Nosotros somos la empresa de cigarrillos más grande del mundo. Entonces sabemos y conocemos de cigarrillos. Comenzamos este camino hace unos 6 a 7 años. La empresa ha invertido alrededor de US$9.000 millones para que esto sea posible. La visión está articulada alrededor de la idea de que queremos radicalmente cambiar nuestro negocio para que podamos tener una contribución más positiva a la sociedad.
La manera de hacer eso es primero llegar a acuerdos con el Gobierno para establecer que estamos de acuerdo en que las personas tienen que dejar de fumar cigarrillos y también que si empezaron a fumar es mejor tratar de frenarlo. Los datos indican que muchas personas tratan de dejar el cigarrillo pero muy pocas lo logran. Y ahí es donde entramos nosotros.
¿De qué manera?
Estamos listos para proponer a los fumadores adultos productos menos dañinos y optar por algo saludable para ellos. Pero esto no va a ser posible solamente porque nuestra empresa lo diga.
¿Cuál es la experiencia en otros países?
Con algunos gobiernos estamos adelantados. Nueva Zelanda tiene la meta de ser el primer país en el mundo en tener menos del 5% de población fumadora para 2025.
En Reino Unido la prevalencia ha bajado de 30% a 12% en menos de 10 años y también tenemos países como Suecia en donde la prevalencia de cigarrillo es del 6% y para los jóvenes entre 18 a 25 años es un 3%. Es decir, los cigarrillos, prácticamente, se están desapareciendo. También gracias a otra alternativas.
¿Cuál es hoy la producción de cigarrillos?
Nuestros productos sin combustión al día de hoy representan cerca del 30% de nuestras ganancias netas. La participación del cigarrillo tradicional es cerca del 70%.
¿Y en Colombia?
Los números no son muy grandes. Con los consumidores de productos de tabaco calentado estamos alrededor de 80.000 usuarios, cerca del 2% del mercado de productos de nicotina. Hay una enorme oportunidad para hacer la transición a estos productos que son menos perjudiciales.
¿Cuáles son los caminos para regular?
Están las campañas de prevención o los productos farmacéuticos que ayudan a dejar el cigarrillo. Pero para ser honestos, esto no está funcionando. Luego están los impuestos que desestimulan la compra porque el precio sube, pero la gente sigue fumando porque va al mercado negro. Entonces lo importante es demostrar que las otras alternativas son menos nocivas como lo ha dicho la FDA.
¿Qué dijo la FDA?
Autorizó la comercialización de Iqos como un producto de riesgo modificado. Esto significa que “el sistema Iqos calienta el tabaco, pero no lo quema”, “esto reduce significativamente la producción de químicos nocivos y potencialmente nocivos”. En América Latina Iqos está en Guatemala, Costa Rica, Curazao, República Dominicana, Aruba, México y Colombia.
¿Qué hay que reglamentar en Colombia?
Tenemos que manejar la oferta y la demanda, de tal manera que puedas hacer que los consumidores pasen por ese camino. Debe haber un enfoque que aborde tres aspectos.
¿Cuáles?
El primero es la accesibilidad, si un producto vale igual o más que el cigarrillo va a ser difícil que los fumadores lo dejen por algo que no conocen y que es más costoso. También tenemos que hacer que los consumidores conozcan que existen mejores productos y entiendan que son menos nocivos. Otro aspecto es la aceptabilidad del producto. Para ser claros aún tiene que tener nicotina porque hemos tratado de hacer cigarrillos sin nicotina pero las personas no los consumen.
(Además: Ecopetrol obtuvo el mejor resultado trimestral en toda su historia).
¿Por qué es clave la diferenciación?
Uno no puede regular los cigarrillos de la misma manera que los productos de riesgo reducido. Son diferentes desde sus presentaciones hasta su perfil de riesgo. Esto, sobre una base que no tiene discusión en PMI y es que estos productos no son para menores de edad, son para fumadores adultos porque no tienen como propósito iniciar a las personas en el hábito del consumo del tabaco sino llevar a los fumadores a esta alternativa.
¿Aspira que el nuevo Gobierno aborde el tema en Colombia en una reforma tributaria?
No se trata de impuestos únicamente. El punto de inicio es que el Gobierno pueda plantear una estrategia de salud pública contra el cigarrillo acompañada de la oferta de alternativas mejores que deben ser diferenciadas en impuestos y en todo lo demás, incluso en comunicación hacia los consumidores.
CONSTANZA GÓMEZ