La “gran renuncia” en Estados Unidos y la mayor posibilidad de trabajar a distancia, al menos para ciertos grupos, incrementaron el nomadismo digital a nivel global y nuestro país ha registrado uno de los mayor impactos de migración laboral por esta realidad. “Existe un mercado inmenso de trabajadores digitales de alto poder adquisitivo, con capacidad de gasto e inversión, que están en búsqueda de lugares en el mundo donde residir”, señala un reporte de México ¿Cómo Vamos? (MCV).
Es un efecto relativamente reciente de la covid-19, dijo Pedro Casas, uno de los autores del estudio, al presentar el documento. “Los trabajadores nómadas han estado en el país desde hace mucho tiempo, pero la pandemia incentivó la llegada de personas de Estados Unidos y de Europa que venían buscando un espacio de trabajo más económico, con mejor clima, acceso a la naturaleza, cultura”.
Y el coronavirus también aumentó el teletrabajo, la combinación perfecta. “Millones de trabajadores y empleadores en el mundo corporativo comprendieron que el trabajo a distancia es posible y deseable para muchas industrias”. De esa manera, la crisis sanitaria generó “un nuevo mercado detrabajadores remotos”, señala el tercer reporte de la serie Inmigración en México: Más apertura, menos barreras.
“Aquellos que gozan del privilegio de seguir realizando sus actividades laborales de manera no presencial, debe ser aprovechado por México. Actualizar las políticas migratorias para tener un mercado laboral más robusto permitiría también atender las necesidades de la era pospandemia”, señala el informe.
“No hablemos de temas negativos, sino de cómo podemos aprovechar eso. El sector de servicios podría obtener mayores recursos”, apuntó Alex Cabrera, otro de los autores de la investigación, al referirse al tema de la gentrificación de diversas zonas en el país a la llegada de personas extranjeras con ingresos más altos.
Las personas trabajadoras identificadas como nómadas digitales “buscan lugares asequibles para habitar por periodos de entre tres y seis meses, para posteriormente mudarse de nuevo”, indica el estudio. Ese grupo representa “un nicho creciente de trabajadores independientes”, que el país no puede aprovechar debido a limitaciones legales, apunta MCV.
¿Qué tiene que ver la gran renuncia en EU con México?
Es difícil saber cuántas trabajadoras y trabajadores nómadas han llegado a México porque entran con visa de turista, explicó Pedro Casas, de la U.S-México Foundation. “Es imposible diferenciar” quiénes viajan para conocer el país y quiénes para trabajar un tiempo aquí.
Sin embargo, los investigadores encontraron que el gasto promedio de los y las turistas “rebasó los niveles previos a la crisis sanitaria”. En 2018, una persona que llegaba al país por vía aérea gastaba en promedio 925 dólares, pero en 2021 sus consumos llegaron a 1,110 dólares, un incremento de 20 por ciento.
Esos montos pueden “reflejar un cambio en la composición interna de este grupo. Una posible explicación a este fenómeno puede ser que estas personas están permaneciendo más tiempo en territorio nacional y, por ende, incrementando su gasto promedio”. Pero esto es todavía una hipótesis, advierten.
Otra pista es la gran renuncia, un fenómeno que “ha generado vacíos laborales en múltiples industrias” en Estados Unidos. Durante la pandemia, más y más personas en ese país revaloraron “su relación vida-trabajo”. Las últimas cifras de la Oficina del Censo estadounidense “reportan que 4.5 millones de trabajadores decidieron renunciar a su empleo”.
Y el Buró de Estadísticas Laborales de Estados Unidos indica que el número de personas que renuncian a su trabajo de manera voluntaria cada mes “incrementó de 1.6% en abril de 2020 a 6.4% en agosto de 2021, el número más alto desde que se tiene registro”.
Cómo aprovechar el “gran reajuste”
Al parecer, esa situación está dando paso al “gran reajuste”. Es decir, la búsqueda de condiciones laborales distintas, como trabajar en lugares “que les den los beneficios profesionales y personales adecuados para su estilo de vida”. Esto abre “la oportunidad de incentivar la atracción de talentos foráneos”.
En realidad, como lo señaló Pedro Casas, la llegada de nómadas digitales a México ya está sucediendo y cada vez más. El reporte de México ¿Cómo Vamos? cita los resultados de una encuesta realizada por la plataforma de hospedaje Airbnb a sus clientes que llegan a México, los cuales indican que el 60% tiene interés en trabajar acá mientras viaja.
Los hospedajes en los Pueblos Mágicos de este país se incrementaron 170% desde 2018. Aunque los sitios más populares para las personas estadounidenses son la Ciudad de México y las playas de Tulúm, Cancún y Playa del Carmen, en Quintana Roo.
Sin embargo, el primer reto para aprovechar a estos grupos son los permisos de trabajo. MCV recomienda ampliar el marco jurídico para que las personas extranjeras puedan obtener un empleo.
Pero para hacer esas adecuaciones o crear una política pública ad hoc, se necesitan datos, y “el carente o limitado registro de nómadas digitales y trabajadores remotos, impide capitalizar una potencial fuente de ingresos en capital económico y social para el país”.
Una de las debilidades del país para la recepción y fomento de este capital humano es la falta de infraestructura digital y de inversión en capital semilla para emprendedores en pequeñas ciudades y playas, señala el reporte.
Por lo que convendría también “la creación de visados –o permisos laborales expeditos– para emprendedores y empresarios que busquen invertir en la economía mexicana”, pues generan empleos. Según el reporte, en la pandemia más de 40 países en el mundo hicieron adecuaciones migratorias, “logrando atraer distintas fuentes de capital humano a su país”.
Es necesario también “promocionar al país como un destino económico para los trabajadores de la era digital”, mediante campañas, recomienda el organismo.
“Los flujos migratorios han dejado de ser silenciosos o invisibles, al centro de este fenómeno se encuentran hombres, mujeres, niños y niñas que tienen en México un nuevo hogar, y cuyas necesidades deben ser cubiertas, y sus habilidades, aprovechadas. La diversidad de pensamiento genera innovación y sinergias deseables –necesarias– para la economía mexicana”, se concluye en el estudio.