Square Enix ha vendido a Embracer Group tres de sus estudios más significativos: Eidos, Crystal Dynamics y Square Enix Montreal. Con ello, la compañía noruega, dueña también de Dark Horse, Asmodee, Koch Media o THQ Nordic se hace con franquicias de la importancia de ‘Tomb Raider’, ‘Hitman’ o incluso otras que duermen en el fondo de un cajón y que esperamos que se recuperen más pronto que tarde, como ‘Timesplitters’, ‘Legacy of Khain’, ‘Deus Ex’ o ‘Thief’.
El otro lado del trato: qué va a hacer Square Enix con 300 millones de dólares. Según cuenta la propia compañía en el comunicado de la transacción, blockchain, avances en IA y experimentar con la nube: “la transacción ayudará a la empresa a adaptarse a los cambios que se están produciendo en el entorno empresarial global, estableciendo una asignación más eficiente de los recursos, lo que aumentará el valor corporativo al acelerar el crecimiento de los principales negocios de la empresa en el ámbito del entretenimiento digital”.
Y añade: “Además, la transacción permite el lanzamiento de nuevos negocios al avanzar en las inversiones en campos que incluyen blockchain, IA y la nube. El movimiento se basa en la política de optimización de la estructura empresarial que la compañía estableció bajo la estrategia empresarial a medio plazo, desvelada el 13 de mayo de 2021”. Hace unos meses, el presidente de Square Enix, Yosuke Matsuda, manifestó su interés en los NFTs y los juegos play-to-win a través de blockchain.
Los NFTs, de capa caída. Llama la atención que Matsuda hable del tema justo ahora, cuando la sensación de que los NFTs son una burbuja que podría estallar de un momento a otro es mayor que nunca. Desde hace meses hay expertos apuntando a que la mayoría de estos tokens no valen nada, y en mercados y plataformas como OpenSea, las ventas se han desplomado un 67%.
Hay excepciones, como Cryptopunk o los sempiternos Bored Ape, pero la mayoría de los 19,3 millones de NFTs analizados por Nansen en el mencionado estudio ya no valen nada. Analistas como Gauthier Zuppinger hablan de una estabilización más que de una explosión de la burbuja, y de hecho, apuntan a los videojuegos como un sector donde todavía hay demanda de productos de este tipo. Pero… ¿lo hay?
Ubi tiene algo que decir sobre eso último. En diciembre de 2021, Ubisoft anunciaba un plan semiexperimental para introducir NFTs en sus videojuegos después de cinco años de investigación. Lanzó la plataforma Quartz, que permitía adquirir NFTs de su ‘Tom Clancy’s Ghost Recon Breakpoint’, donde estos items, denominados Digits, se lanzaron en modo beta. Tenían una finalidad meramente cosmética y venían en ediciones limitadas: una evolución de las skins de toda la vida, pero con número de serie y con un historial de dueños de ese NFT.
Después de una reacción negativa a este anuncio tanto dentro de la propia Ubisoft como entre los jugadores, Ubi no tuvo más remedio, en principio, que intentar justificar este lanzamiento de NFTs con un tibio “ya nos lo esperábamos, pero es que esto no es fácil de entender“. Pocas semanas después, a principios de abril, anunciaba que ‘Ghost Recon Breakpoint’ no recibiría más actualizaciones ni NFTs y que, aunque no cerraría Quartz, el proyecto de NFTs dentro de la compañía quedaba en suspenso.
Un contenido polémico. La noticias de rechazo frontal de la industria a este tipo de materiales se va alternando con los anuncios de distintas compañías de que van a apostar por él. Por cada noticia de desarrolladoras criticando a compañías como Team17 hasta el punto de hacerles abandonar la idea de los NFTs de ‘Worms’, hay otra de un estudio que decide preservar sus iconos con NFTs.
Mientras, las noticias de robos de NFTs a juegos como ‘WonderHero‘ o ‘Axie Infinity‘ se suceden y ponen en duda la seguridad blindada del concepto blockchain (estos robos tienen a menudo más de declaración de intenciones que de genuino atraco tradicional). En un momento tan turbulento, llaman la atención las declaraciones de Square Enix, con un propósito que suele enardecer a los jugadores: en vez de apostar por recuperar franquicias queridas y añoradas por el público, como ‘Deus Ex’, opta por anunciar a los cuatro vientos más pay-to-win, que arrastran una mala fama comparable a las infaustas cajas de botín. Una estrategia que habrá que ver si, como le ha sucedido a otras compañías, le lleva a acabar reculando de sus prop´ósitos.