Tras un pleito al aire con Carlson en 2019 sobre la indagatoria para el juicio político a Trump y los esfuerzos por presionar a los funcionarios ucranianos, a Shepard Smith supuestamente se le advirtió que no criticara a su colega. Se fue de Fox ese octubre.
Luego de que un productor de Fox, Dan Gallo, expresó preocupación a los ejecutivos de recursos humanos sobre las grabaciones de Carlson en las que defendía el estupro y llamaba a los iraquís “monos primitivos semianalfabetos”, así como comentarios de Jeanine Pirro en los que cuestionaba la lealtad de una legisladora musulmana a la Constitución, Carlson se enteró de las quejas y le reclamó en persona, cuando estaban en Los Ángeles. Carlos le exigió a Gallo que hiciera “lo honorable” y lo llamara si tenía algún desacuerdo. Gallo se ofreció a hablar allí mismo, pero Carlson no estaba interesado. “Estoy ocupado”, dijo el anfitrión y se alejó.
Días después de un tiroteo masivo en El Paso perpetrado por un hombre blanco que protestaba lo que llamó “la invasión hispana de Texas”, Carlson declaró que el supremacismo blanco era mayormente “un bulo”. Una reportera joven de Fox, Cristina Corbin, tuiteó, sin mencionar a Carlson: “El supremacismo blanco es real, tal como lo evidencian los hechos. Las declaraciones de que es un ‘bulo’ no representan mis puntos de vista”. El presentador llamó a Corbin y le gritó “cállate la boca”, según un exejecutivo de Fox con conocimiento del incidente. Cuando la gerencia de Fox le preguntó sobre el incidente, Carlson negó haber hecho la llamada.
Su estrategia ahuyentó a los auspiciadores pero casi duplicó los ingresos por publicidad
Este es el manual de Tucker Carlson Tonight: ve directo al tema electrizante, ya sea la raza, la inmigración u otro tema candente; cosecha la reacción negativa inevitable; vuelve la siguiente noche para atacar a los críticos por cómo respondieron. Luego hazlo todo de nuevo. Este bucle aumentó los niveles de audiencia y aumentó la lealtad de Fox a Carlson.
Lo que no consiguió fue que Carlson le cayera bien a los anunciantes. A medida que huían los patrocinadores grandes, Fox llenó el espacio con anuncios de promoción interna —utilizando la popularidad de Carlson para impulsar otros programas de Fox— y marcas de negocio a consumidor como MyPillow, cuyo director ejecutivo es un importante promotor de la mentira del fraude electoral de Trump.
En mayo pasado, luego de promover la teoría supremacista de “remplazo”, Carlson tenía la mitad de los anunciantes que tenía en diciembre de 2018. Pero recaudó para la empresa casi el doble del dinero.
Nicholas Confessore es reportero político y de investigación radicado en Nueva York y miembro de la redacción de la Times Magazine; cubre la intersección de la riqueza, el poder y la influencia en Washington y más allá. Se unió al Times en 2004. @nickconfessore • Facebook