Vergonzoso ver a Glas salir orondo de la cárcel y su recorrido triunfante. Vergonzoso por todo lo que deja (o ratifica) sobre el funcionamiento institucional del país.
Hagamos memoria. Glas, vicepresidente, manejó los sectores estratégicos (los que más dinero mueven). ¿Por qué fue escogido? Quizás por sus capacidades administrativas (¿las tenía?) y su lealtad a la causa (eso sí lo demostró, durante y después). Artífice de grandes obras sobrepagadas y negativas. Refinería de El Aromo, $ 1.500 millones, y quedó un terreno aplanado (¿o se lo aplanó con segundas intenciones?). Refinería de Esmeraldas, más de $ 2.000 millones, y ningún cambio. Coca Codo Sinclair, casi $ 3.000 millones con todos los gravísimos problemas que expertos hace décadas anticiparon. Y además era el encargado de las relaciones tan dudosas con China. ¿Solo fueron errores administrativos? No, fue condenado (y poco) por hechos de corrupción reales.
¿Por qué sale Glas? Por un habeas corpus basado en 3 factores. Uno, problemas de salud y mentales: evidentemente no los tiene, salió rejuvenecido (con arete) y listo para las mismas acciones anteriores (“de nada me arrepiento”). Dos, inseguridad que sin duda existe en Latacunga, pero lo mismo se aplica a cientos de prisioneros, todos deberían ser liberados. Tres, los riesgos aparentes por el desconocimiento de su paradero… pero ¿quién no sabía que estaba en Latacunga?
¿Quién lo libera? Un juez de Manglaralto, en medio de un proceso de serios cuestionamientos. Seguramente pensó (y cobró): muerto por 10, muerto por 10.000, pero además usurpando competencias. Y todo se movió a una velocidad nunca vista en Ecuador, ni por los abogados ni los ciudadanos cuando acudimos a la justicia (por eso la evitamos).
¿Por qué los correístas no aplicaron este mecanismo para liberar a Glas hace tiempo ya? Quizás porque de repente hay la prisión de Pólit, y sus declaraciones podrían alcanzar a Glas. Quizás porque sienten la debilidad política del Gobierno, y no les cae mal ponerle una zancadilla (sin duda, casi todo el país mira ahora con mala cara al Gobierno).
¿Puede volver Glas a prisión? Según los expertos, sí, pero ojo, hay el riesgo de que antes escape (dicen que lo cuidan… pero a Alvarado también, y un día anunció, desde Venezuela, dónde había dejado el grillete).
¿El Gobierno respeta la independencia de la justicia? Está muy bien… pero la duda es otra: ¿defenderse en la justicia es violar su independencia? ¿Que el SNAI, el Ministerio, la Policía no hayan planteado argumentos ante el juez, solo “no tengo objeción”, era interferir en la justicia? ¿Como presidente obligar a que cada uno asuma sus responsabilidades, en el Ejecutivo (Gobierno, SNAI, Salud), en la Justicia o que se investigue a este juez, es interferir? O el Gobierno cree realmente en su extraña interpretación de la independencia, lo cual es grave, o ha demostrado una enorme desorganización para enfrentar este tema de manera decidida, o sí negoció esta salida (lo cual sinceramente no creo).
¿Lección? Muy penosa. La nefasta y vergonzosa alianza política-justicia nos hace un daño profundo, es la doble vía “politización de la justicia” y/o “judicialización de la política”. Esto mismo aplicado a mil otros casos (narcos, corruptos) nos destruiría como colectividad. (O)