Los clásicos en el fútbol, por lo general, nacen de rivalidades territoriales, de duelos de barrio, de pugnas deportivas. Pero hay uno que es único en el mundo porque los dos participantes, aparte de que juegan en la misma ciudad, tienen un enfrentamiento con tintes religiosos e, incluso, con algo de política. Bienvenidos al clásico de Glasgow (Escocia), entre el Celtic y el Rangers.
Este duelo es uno de los más antiguos del mundo, con más de 125 años de historia, y solo quien lo ha vivido sabe lo difícil que es el ambiente de este enfrentamiento.
“Hay gente que insiste en que otras rivalidades futbolísticas pueden generar tanta intensidad como los choques entre Rangers y Celtic… Créanme, no hay nada comparable”. El que habla es sir Alex Ferguson, que supo llevar a la gloria al Manchester United y que, como entrenador, vivió otros duelos muy duros en el fútbol inglés, contra Manchester City, Liverpool, Chelsea, Arsenal…
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Ferguson nació en Glasgow y jugó en el Rangers, donde vivió una situación que afectó su carrera como jugador. En la final de la Copa de Escocia, en 1969, enfrentaron al Celtic. Ferguson, que jugaba como delantero, perdió en un tiro de esquina la marca del capitán del Celtic, Billy McNeill, quien anotó de cabeza. Perdieron 4-0 y sir Alex fue condenado a jugar en el equipo filial del Rangers. Al final de la temporada fue transferido al Falkirk.
Duelo de católicos contra protestantes
¿Qué es lo que hace tan especial este clásico? Cada equipo lleva las banderas de una corriente religiosa. El Celtic, la de los católicos, y el Rangers, la de los protestantes. A Ferguson lo señalaron algunos en aquella final porque su esposa era católica. En su autobiografía explicó que en el Rangers sabían eso cuando lo contrataron y que eso no tuvo nada que ver con su error.
“Hay gente que insiste en que otras rivalidades futbolísticas pueden generar tanta intensidad como los choques entre Rangers y Celtic… Créanme, no hay nada comparable”.
La rivalidad empezó casi con el nacimiento del Celtic, el 6 de noviembre de 1887. El club fue fundado por Andrew Kerins, mejor conocido como el hermano Walfrid, un marista que tenía la intención de recaudar fondos para ayudar a los inmigrantes católicos irlandeses que habían llegado a Escocia. Por eso, el escudo del club tiene un trébol de cuatro hojas, algo que también tiene la selección irlandesa. Sus hinchas, incluso, se identifican con la bandera de Irlanda. De esta manera, el Celtic fue el símbolo no solo de los católicos, sino de la izquierda.
El otro club de la ciudad, el Glasgow Rangers, había sido fundado mucho antes, el 1.º de marzo de 1872, por Peter y Moisés McNeil, William McBeath y Peter Campbell. Inicialmente, este equipo no tenía tintes políticos.
Sin embargo, la derrota en el primer partido que jugaron contra el Celtic (5-2, el 28 de mayo de 1888), cambió las cosas. Rangers tomó la bandera de los protestantes, de la élite de la ciudad y de los partidarios del imperio británico. Y sus hinchas se sentían identificados por la bandera británica y, de hecho, ese es el origen de su uniforme, con camiseta azul y pantaloneta blanca. Nacía una rivalidad histórica.
Este clásico es de los pocos que tienen nombre propio. Lo llaman The Old Firm (la vieja empresa). El origen más aceptado de esa denominación data de 1909, cuando Celtic y Rangers se enfrentaron en la final de la Copa de Escocia. El partido terminó empatado 2-2 y como en esa época no se había creado una forma de desempate inmediato, se programó un segundo duelo, ocho días después.
El nuevo encuentro estaba también empatado, esta vez 1-1, y en los jugadores de ambos equipos se vio una mezcla de resignación y pasividad, algo que no les gustó a los aficionados, que terminaron invadiendo el campo de juego. No hubo campeón.
Al día siguiente, el periódico The Scottish Referee publicó un titular lleno de ironía por lo sucedido: ‘The old firm of Rangers-Celtic Ltd’ (‘La vieja empresa de Rangers y Celtic Limitada). En el texto se dio a entender que el partido estaba arreglado para forzar a un tercer encuentro y volver a tener una recaudación grande por taquillas.
A partir de ese momento, la rivalidad se hizo mucho más profunda. Primero, por motivos religiosos: en 1912, un astillero llamado Harland and Wolff decidió no volver a contratar trabajadores católicos. La razón, muchos de los hinchas del Rangers trabajaban en el puerto.
En 1921, con la independencia de Irlanda, se acentuó la rivalidad, en la que los del Celtic respaldaron la separación y los del Rangers mantuvieron su política unionista. El tema llegó a tomar tintes muy violentos, con alguna tregua con motivo de la Segunda Guerra Mundial. Durante esos años, ningún jugador católico firmó con el Rangers.
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Sin embargo, los directivos de ambos clubes trataron de llevar sus relaciones por las buenas. Se dice que durante muchos años negociaron conjuntamente los derechos de televisión, y que hubo marcas que prefirieron aparecer en las camisetas de los dos equipos para evitar que la otra mitad se ofendiera y dejara de comprar sus productos.
Las hinchadas de ambos clubes tienen relaciones amistosas con las de otros equipos. Los del Celtic, por ejemplo, simpatizan con otros equipos con aficiones de izquierda, entre ellos, el St. Pauli de Alemania y el Livorno de Italia. Pero, sobre todo, son muy cercanos al Liverpool, del que, incluso, entonan su canción insignia, You’ll never walk alone. Los del Rangers, por su parte, son muy cercanos con las barras del Chelsea.
Una de las tragedias más grandes de la historia
También en un clásico entre Rangers y Celtic, en cancha del primero, Ibrox Park, se presentó una de las mayores tragedias en la historia del fútbol mundial. El 2 de enero de 1971, el Celtic ganaba 0-1. Ya muchos seguidores del local abandonaban el estadio cuando llegó el empate del Rangers, anotado por Colin Stein.
En ese momento se produjo una avalancha en la escalera 13 del estadio, al parecer, generada por un aficionado que llevaba un niño en sus hombros. Murieron 66 personas, entre ellas 21 menores de edad, y hubo más de 200 heridos.
La tragedia hizo que el Rangers remodelara su estadio, tomando como modelo el del Borussia Dortmund. En 2001 se inauguró un monumento en homenaje a las víctimas de la tragedia, con placas azules con los nombres de todas las personas que murieron y una estatua de John Greig, el capitán del equipo en esa época.
Pero no fue el peor incidente entre estas hinchadas. El 2 de mayo de 1980, en una nueva final de la Copa de Escocia, ganada por el Celtic en tiempo extra, se presentó una batalla campal entre las dos hinchadas, mientras la policía estaba afuera del Hampden Park, previendo que las vallas iban a evitar que los hinchas se metieran al campo. Hubo más de 200 detenidos.
Como consecuencia de los incidentes, se prohibió la venta de bebidas alcohólicas en los certámenes deportivos en ese país y el Old Firm siempre se programó en horario del mediodía, para evitar incidentes.
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“Quiero a Johnston para que meta un pase de 40 metros, no para que hable del dogma de la Santísima Trinidad”.
El tema religioso volvió a tener un triste capítulo en 1989. Rangers contrató a un antiguo jugador del Celtic, Maurice Johnston, católico. “Quiero a Johnston para que meta un pase de 40 metros, no para que hable del dogma de la Santísima Trinidad”, dijo el entonces técnico del Rangers, Graeme Souness. Johnston se ganó el odio de ambas hinchadas: los del Celtic lo consideraban un traidor y los del Rangers tampoco lo querían. Duró dos temporadas y terminó yéndose al Everton, de Inglaterra.
El clásico dejó de jugarse durante varios años. El Rangers se declaró en bancarrota en 2012 y fue enviado a jugar a la cuarta división de Escocia. Tardó cuatro años en volver, hasta que, en la temporada 2016-17, de nuevo estaba en la primera división. Y en 2021, con el colombiano Alfredo Morelos en sus filas, volvió a ganar la Premiership.
Morelos, quien tiene un gran balance de goles con su club, ya sabe que no puede fallar cuando enfrenta al Celtic, al que le ha convertido dos tantos. En marzo de 2019, salió expulsado a los 31 minutos y tuvo que salir a presentar excusas.
Son más de 130 años de historia, más de 600 enfrentamientos oficiales, disputas, peleas, broncas y goles. El clásico entre Celtic y Rangers, uno de los más antiguos del mundo, sigue paralizando a Escocia. Es un duelo en el que esta en juego la religión, pero en el que pocas veces hay paz.
José Orlando Ascencio
Subeditor de Deportes
@josasc