Largas filas de camiones se han ido acumulando en las carreteras de los estados mexicanos que usan los puestos fronterizos de Texas para traer mercancías a Estados Unidos, desde que el gobernador de Texas implantó una inspección más minuciosa de cada uno de los vehículos comerciales que llegue a Texas desde México.
En respuesta a la posible rescisión de la aplicación del Título 42 por parte del presidente Joe Biden, el gobernador Greg Abbott ordenó que todos los camiones comerciales que ingresaran a Texas desde México fueran inspeccionados por policías estatales.
Los retrasos de horas provocaron que el comercio se detuviera.
El miércoles, Abbott facilitó relajar las inspecciones solamente en un puente fronterizo en Laredo.
La nueva política, anunciada la semana pasada, ha provocado que algunos camioneros permanezcan atrapados en el tráfico durante más de 30 horas, lo que provocó súplicas desesperadas de los importadores de frutas y verduras, la industria automotriz y otros ejecutivos que dijeron que sus productos están atrapados en un enfrentamiento político, según The Washington Post.
El único alivio a esta nueva crisis fronteriza creada por la orden del gobernador de Texas Greg Abbott de inspeccionar cada uno de los vehículos comerciales que arriben a la frontera de Texas con México, es el anuncio de un acuerdo entre Greg Abbott y el gobernador de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda, según Texas Tribune.
El acuerdo anunciado el miércoles ayudará a aliviar el tráfico comercial en el puente Laredo-Colombia, uno de al menos cuatro puertos de entrada internacionales donde el comercio internacional se ha enredado desde que Abbott ordenó que policías estatales hagan inspecciones adicionales en la carga.
Nueva crisis en la frontera, ahora comercial
Los retrasos han generado preocupaciones de que la economía de EE.UU. que ya experimenta inflación y escasez de suministro podría enfrentar una serie de problemas completamente nuevos, lo que podría aumentar los precios de ciertos productos y hacer que otros artículos sean aún más escasos.
Los funcionarios de la Casa Blanca criticaron las tácticas de Abbott y varias agencias federales se vieron arrastradas por el atasco de tráfico que se está desarrollando rápidamente.
Abbott dijo anteriormente que el objetivo del nuevo programa de inspección es incautar narcóticos y evitar que los inmigrantes indocumentados crucen a Texas.
Pero ni Abbott ni el DPS de Texas pudieron señalar incautaciones de drogas o encuentros con inmigrantes indocumentados cuando se les preguntó el miércoles sobre el éxito de la iniciativa. En cambio, sólo señalaron cientos de violaciones de seguridad de vehículos.
Los dos puentes comerciales de El Paso reportaron esperas de cuatro a cinco horas hasta el miércoles por la tarde. El tiempo de espera promedio suele ser de 10 a 30 minutos.
Abbott defendió sus acciones durante una conferencia de prensa del miércoles y dijo que a veces se necesitan acciones drásticas para hacer las cosas.
Alrededor de 3,000 camiones pasan por el punto de cruce de Pharr en un día típico, pero desde que Texas comenzó sus inspecciones intensificadas, eso se redujo a entre 500 y 700 camiones, según la Cámara Nacional de Transporte de Carga de México.
El gobierno mexicano se comunicó con el Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional sobre el tema, y los ejecutivos de negocios en ambos lados de la frontera expresaron su exasperación por lo que creen que es una crisis inducida políticamente con implicaciones económicas reales.
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