Comenzó produciendo pasto rollo, luego continuó con la instalación de sistemas de riego automático, ahora se inclinó por la agricultura. El emprendedor detrás de todo esto es Alejandro Sánchez quien ha logrado levantar un fructífero negocio gracias a la lechuga hidropónica.
Sánchez se considera una persona ecológica y en este sentido, comenta que “esto nació de la idea de crear algo más sustentable tanto en sistemas de alimentación como en sistemas de economía de agua, porque al trabajar en el tema de áreas verdes he visto que gastamos mucha agua. En este sentido quería devolverle la mano al sistema y tratar de cambiar el rumbo implementando algo ecológico y beneficioso para todos”.
El sistema al que alude el agricultor es a la técnica de cultivo denominada raíz flotante. “Esto consiste en mesas, generalmente fabricadas de madera, que contienen agua donde la lechuga colocada en trozos de plumavit flota. Esta agua es continuamente estudiada, puesto que, es a través de esta donde llegan los nutrientes a la planta”, expresa.
Asimismo, da cuenta de que el sistema puede ser modificado para mayor comodidad de quien lo necesite. “Las mesas se sitúan a una altura conveniente para el agricultor. En mi caso la altura máxima es un metro con veinte centímetros. Pero las mesas se pueden hacer más bajas en caso de que se necesite, por ejemplo, cuando el agricultor es minusválido y debe utilizar una silla de ruedas, el invernadero se diseña acorde a las necesidades de la persona”, enfatiza.
LENTO PERO SEGURO
El cultivo de lechugas en la vida de Alejandro Sánchez está cerca de cumplir los tres años, y en este sentido, comenta lo que ha sido crecer en este negocio. “Por temas de tiempo en el principio no podía dedicarme al 100 %, pero, actualmente, pasamos de cosechar 100 lechugas semanales a 800, y aspiramos en el futuro llegar a un tope de producción estimado de 1200”, expresa.
“Vamos a partir con un invernadero más grande y esperamos que venga de la mano con un aumento en la producción. Seguiremos con lechugas, pero igual estamos haciendo algunos ensayos con cilantro para ver cómo se comporta. A futuro igual se podría producir rúcula, en general todo lo que sea hoja”, agrega.
A pesar de las grandes aspiraciones de seguir aumentando el número de cosecha, Sánchez es tajante al afirmar que: “Nos centramos en producir un buen producto, una lechuga con un peso entre los 220 a 280 gramos (…) Priorizamos la calidad por sobre la cantidad”.
NUEVOS AGRICULTORES
Alejandro Sánchez a su vez incentiva a otros emprendedores a que se atrevan en el mundo de la hidroponía. Eso sí, con mucha preparación y paciencia.
“La gente ve un video en YouTube y piensa que es llegar y hacerlo, pero no es así. Hay que capacitarse, hay que entender el sistema de los fertilizantes, el retorno del agua, la oxigenación y sin dejar de lado todo lo que es el área de fitosanitarios (…) Esto tiene que ver con todo el control de plagas, enfermedades de las lechugas, la ventilación, la humedad”, comenta.
OTRAS ALTERNATIVAS
La técnica de cultivo de raíz flotante no es el único sistema que permite la producción de lechuga fuera de la tierra. Sánchez habla también del sistema NFT, el cual “trabaja con tubos (…) Por un lado, un tubo comercial utilizado para un proceso más profesional y, por otro lado, un tubo de 70 milímetros, el cual es un tubo sanitario al que se le hacen orificios de acuerdo a las necesidades de plantación del agricultor”.
En base a esto se puede deducir que las alternativas para el autocultivo existen, lo importante es investigar y aprender del tema.
Por último, el entrevistado dejó un mensaje para los lectores. “Elijan la lechuga hidropónica como un medio sustentable, pero también elijan con seguridad. Si bien se le aplican productos fitosanitarios, dos semanas antes de la cosecha no se le aplica más producto a las lechugas (…) Esto demuestra la calidad de un buen producto”.