Funcionarios del gabinete del pasado presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, piden al gobernador de Texas, Greg Abbott, asumir una postura más drástica en cuanto a la sitación fronteriza en México, calificando el flujo migratorio de “invasión”.
Esto implicaría darles poderes a la Guardia Nacional y a la policía estatal para detener a los migrantes, labor que compete directamente al gobierno federal. Greg Abbott, del partido republicano, indicó que, en las próximas horas, anunciará “medidas sin precedentes” respecto a los migrantes. Abbott, que en su mandato ha recrudecido la vigilancia en la frontera, también ha permitido que la policía estatal detenga a migrantes, y apoya la declaración de “invasión” propuesta por los exfuncionarios.
Abbott no ha dado más detalles al respecto. La Patrulla Fronteriza calcula que unos 18 mil migrantes tratarán de cruzar la frontera cada día una vez sea levantada la medida sanitaria, conocida como Título 42, en mayo. La semana pasada el promedio era de unos 7 mil 100 migrantes por día. Pero desde el punto de vista de los exfuncionarios de Trump, Texas y Arizona podrían hacer lo que el gobierno federal no puede.
Su plan se basa en una interpretación inédita de la Constitución de Estados Unidos según la cual la Guardia Nacional o la policía estatal podría devolver los migrantes a México a la fuerza, independientemente de lo que digan las leyes de inmigración o los procedimientos establecidos. En Estados Unidos la protección fronteriza siempre ha sido responsabilidad federal, y el gobierno estatal de Texas no ha estado presionando por un cambio.
Tom Homan, quien fue director interino del Servicio de Inmigración y Aduanas bajo Trump, reveló que habló con Abbott sobre el tema, pero no dijo si el gobernador estaba de acuerdo. “Hemos tenido consultas con sus abogados sobre el tema de si hay alguna manera de usar esta cláusula, dentro del marco de la constitución, para declarar una invasión”, declaró Homan en la conferencia en San Antonio.
El martes Homan afirmó que durante las consultas en el despacho de Abbott, hace unos tres meses, el gobernador de Texas “no llegó a comprometerse, pero estuvo dispuesto a escuchar“. También en Arizona, el gobernador republicano Doug Ducey ha recibido presiones partidistas para declarar una invasión en la frontera y usar poderes extraordinarios usualmente reservados para el caso de guerra.
FS