Hechos clave:
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“Cambien el código” reza la nueva campaña ambientalista en contra de Bitcoin.
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El director de Ripple, que emite la criptomoneda XRP, donó 5 millones a la campaña.
Una campaña publicitaria para cambiar el código de Bitcoin se lanzará en los medios de comunicación, alegando que el consumo energético de este protocolo es dañino para el ambiente.
Un ejecutivo de la empresa Ripple, que emite la criptomoneda XRP, se unió con la organización ambientalista Greenpeace para impulsar un pretendido cambio de algoritmo de minería de Bitcoin, por su presunto impacto ambiental.
Chris Larsen, jefe de la junta directiva de Ripple, donó 5 millones de dólares (USD) a la campaña, que ya ha pautado espacios en los principales medios para el mes de abril.
El directivo y cofundador de Ripple, quien figura en la lista de billonarios de Forbes con un patrimonio de USD 3,4 mil millones, dijo a Bloomberg que el impacto ambiental de Bitcoin podría solucionarse cambiando su código mediante una bifurcación suave (conservando su blockchain o historial de transacciones) o una bifurcación fuerte (partiendo de un nuevo registro).
Larsen aseguró recientemente haber donado más de USD 90 millones a la causa ambientalista, y afirma hacerlo por su cuenta, sin involucrar a la empresa Ripple.
Según explican en el manifiesto de la campaña «Cleanup Bitcoin» (Limpiemos a Bitcoin), Bitcoin consume tanta energía como Suecia y podría hacer subir la temperatura global en 2 grados celsius.
Los promotores de la campaña argumentan que la Prueba de Trabajo (Proof of Work, PoW) es un gran contaminante climático. Además, afirman que a medida de que el precio de Bitcoin aumenta, también su consumo de energía.
Ante esto, proponen hacer un cambio en el código de Bitcoin para adoptar otro método conocido como Prueba de Participación (Proof of Stake, PoS). Para promover este cambio, la campaña apunta a convencer a los principales actores de la industria de Bitcoin y sus desarrolladores.
Sabemos que un cambio básico en el código puede reducir el uso de la energía de Bitcoin en 99,9%. Si solo 30 personas -los principales mineros, exchanges y desarrolladores que contribuyen al código de Bitcoin- accedieran a reinventar la PoW o migrar a un protocolo que consuma poca energía, Bitcoin podría dejar de contaminar el planeta. ¿Por qué no cambiar el código de Bitcoin?
Cleanup Bitcoin
Asimismo, la campaña busca que Elon Musk, Jack Dorsey y otros ejecutivos con intereses en Bitcoin cambien de opinión y apoyen la campaña, como también convocan a otras corporaciones como BlackRock, Goldman Sachs y PayPal a prestar su apoyo.
Reacciones no se hacen esperar en la comunidad bitcoiner
Un argumento frecuente sobre la rivalidad que existe entre la Prueba de Trabajo (PoW) y la Prueba de Participación (PoS) es que la primera hace a los protocolos más resistentes a la censura que la segunda, ya que, de manera general, en PoS solo unos pocos nodos validadores llevan el registro o historial de transacciones y también son los encargados de confirmar dichos movimientos.
En cambio, en la Prueba de Trabajo (PoW), los mineros ejercen la labor de confirmar las transacciones, mientras que cualquier usuario puede correr un nodo y hacer que se cumplan las reglas del consenso, preservando la integridad de la red y su historial.
En este sentido, Alex Gladstein, Director de la Fundación de Derechos Humanos (HRF), afirmó que en el pasado Greenpeace había sido objeto del congelamiento de sus cuentas bancarias, por lo que podrían necesitar utilizar un tipo de dinero incensurable como es bitcoin (BTC).
No obstante, Greenpeace ya ha rechazado esta posibilidad, cuando el año pasado dejaron de recibir donaciones en BTC en base a los mismos argumentos que hoy le llevan a lanzar esta campaña. Greenpeace recibía donaciones desde 2015, información que CriptoNoticias reportó ese mismo año.
Por otra parte, el escritor e ingeniero de software conocido como Gigi, defendió la PoW como un método que evita delegar la confianza en otros para resolver conflictos, basándose en su lugar en la matemática, la física y lo certera que puede ser la computación.
«Sin PoW, cualquier sistema se vuelve político, pasando la resolución de conflictos a un sistema de quórum», asegura.
La amenaza ambiental de Bitcoin ¿Es real?
Bitcoin no amenaza al medio ambiente, y si bien como dice el director de Ripple en sus comentarios, Bitcoin utiliza más energía que algunos países, lo cierto es que hoy en día la mayor parte de esta energía sería desperdiciada.
Vale la pena traer a la mesa algunos de los argumentos de la analista Lyn Alden sobre este tema, donde dice que Bitcoin consume menos del 0,1% de la energía a nivel mundial.
Alden añade también que muchas industrias usan más energía que países enteros, como es el caso de «Google, Youtube, Netflix, Facebook, Amazon, la industria de cruceros, las luces navideñas, las máquinas secadoras de ropa, los jets privados…» y otras.
Por otra parte, es sabido que la mayoría de mineros de Bitcoin utilizan energías renovables como la hidroeléctrica en lugares como Canadá y Paraguay, mientras que en El Salvador utilizan la energía generada por volcanes (geotérmica) y que incluso México podría sumarse a este método.
Además, son famosos otros casos como en Texas, donde se usa el excedente de gases derivados del petróleo para minar Bitcoin, en lugar de liberarlo al ambiente en su estado puro, contaminando la atmósfera.
Incluso Exxon, una de las grandes compañías petroleras del mundo, en el ojo de la opinión pública y organizaciones como Greenpeace, ya tiene un proyecto similar para suplir de gas a mineros de Bitcoin en Nigeria, Alemania, Argentina y Guyana, reportó CriptoNoticias.
Seguir el debido proceso para actualizar Bitcoin
Asimismo, Jameson Lopp hizo una importante consideración respecto a la campaña ambientalista de Greenpeace, en tanto ya hay procesos establecidos para proponer cambios en el código de Bitcoin.
Las Propuestas de Mejoras de Bitcoin o Bitcoin Improvement Proposal (BIP) son el método bajo el cual, quienquiera realizar cambios en el código de Bitcoin puede introducir sus propuestas a la comunidad.
De un modo un tanto irónico, Lopp afirmó en Twitter que no lograba conseguir la BIP de Greenpeace, como tampoco una discusión en la lista de correos de los desarrolladores. «Por favor sigan el proceso si quieren ser tomados en serio», dijo.
De hecho, ya existe una BIP que busca reducir el impacto ambiental de la minería de Bitcoin. La BIP 52 fue introducida al repositorio de código de Bitcoin en diciembre de 2021, y plantea una forma «Durable y de bajo consumo» de la prueba de trabajo.
Sin embargo, esta propuesta no ha sido implementada ni seriamente considerada. En su momento, el desarrollador de Bitcoin Core Andrew Chow comentó a Luis Esparragoza de CriptoNoticias que la inclusión de una BIP en el repositorio del código no significaba su implementación definitiva.
«Las BIP no tienen que ser inteligentes o proponer algo que todos los demás queramos hacer. La barra es bastante baja. Solo porque una propuesta tenga un número de BIP asignado no implica que está siendo seriamente considerada. Hay muchas BIP que nadie quiere implementar», dijo.
De modo que los canales regulares existen, pero entidades como Greenpeace y empresarios que han lanzado sus propias criptomonedas insisten en tomar caminos alternos, como las campañas de propaganda para influenciar la opinión pública respecto a temas que son más amplios de lo que parecen.