Pedro Sánchez ha evitado aclarar, durante su visita a Ceuta, si su acuerdo con Rabat garantiza la españolidad de Ceuta y Melilla. En declaraciones a los medios de comunicación que han seguido su visita por la ciudad autónoma, acompañado del presidente regional, Juan Jesús Vivas, Sánchez ha asegurado que ha seguido la posición de otros países europeos sobre el apoyo del plan marroquí para el Sáhara, como Francia y Alemania. Según él, el pacto garantiza la soberanía territorial de ambos países y sienta la bases para una relación «mucho más sólida» en seguridad e inmigración. Aunque no hay garantías escritas de ello.
«Nunca es tarde si la dicha es buena», ha asegurado el jefe del Ejecutivo antes de desplazarse a Melilla. Además de no aclarar qué garantías tiene por parte de Rabat sobre la defensa de la integridad del Estado español, Sánchez tampoco ha respondido a la pregunta de si había informado a Argelia del cambio de posición de su Gobierno. Es la primera ocasión que se refiere al tema después de conocerse el pasado viernes la carta que mandó al Rey de Marruecos apoyando la postura del reino alauí sobre crear una autonomía en el Sáhara Occidental.
Pedro Sánchez ha justificado su giro histórico respecto al Sáhara en que la situación con Marruecos era insostenible y había que resolverla ya. Ha argumentado que en la nueva postura sobre el Sáhara «el Gobierno ha seguido la posición que también han manifestado otras naciones muy potentes de la Unión Europea como Francia y Alemania». Ha alegado, en este sentido, que la propia Comisión ha respaldado la nueva posición de España con la ex colonia. «No deja de ser una de las propuestas recogida en las resoluciones de ONU», ha remachado. En cualquier caso, Sánchez considera que «al fin y a la postre» se reconoce que tienen que ser las partes afectadas en este conflicto las que acuerden la solución.
Desacuerdo con Podemos
La decisión adoptada de forma unilateral por Sánchez ha provocado una nueva crisis interna dentro del Gobierno de coalición entre el PSOE y Podemos que les acerca más a un escenario de ruptura. El hecho de respaldar el plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sáhara Occidental no figuraba entre los acuerdos de la coalición cuando PSOE y Podemos decidieron gobernar juntos. Ese apoyo a las tesis de Rabat choca frontalmente con las posiciones de Podemos, que apoya abiertamente al Frente Polisario. La vicepresidenta Yolanda Díaz y la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ya han mostrado su malestar con la decisión de Sánchez.