El politólogo Manuel Orozco, investigador del Diálogo Interamericano, es el autor de un estudio sobre “Los migrantes nicaragüenses en Costa Rica: vulnerabilidad e implicaciones de su integración”, realizado en febrero de 2021, bajo el auspicio de CONFIDENCIAL, para promover el debate público en Costa Rica y Nicaragua.
Estas son algunos de los hallazgos y las conclusiones de este estudio que plantea diversos desafíos al Gobierno costarricense, en la víspera de las elecciones del 3 de abril, y a la sociedad civil de Costa Rica y Nicaragua sobre la integración de los migrantes nicaragüenses, que el autor define como un proceso que continuará en ascenso en 2022.
El estudio sobre los migrantes nicaraguenses en Costa Rica hace una distinción entre quienes tienen menos de cuatro años de vivir en Costa Rica, que llegaron después de 2018, de aquellos que residen en el país desde hace más de diez años. ¿Cuál es el peso de cada uno de estos flujos migratorios?
Es un peso importante. Hay tres grupos que aparecen dentro del estudio, y que reflejan las estadísticas que tiene el Gobierno de Costa Rica. Los que salieron durante el período de los últimos cuatro años, poscrisis, del 2018 para acá, y representan prácticamente un 24% de todos los encuestados; un grupo que lleva entre cuatro y diez años, que son alrededor de un 24%; y después los que llevan más de diez años en el país, que representan un universo bastante más amplio, representativo, que son un 52% de los nicaragüenses en Costa Rica.
Trabajo y papeles
¿Qué elementos comunes, y diferencias, se pueden identificar sobre las razones de la emigración histórica y la más reciente de la emergencia, que salió después de la represión en 2018?
Por lo general, la decisión de emigrar resulta de la combinación de factores: consideraciones familiares; aspiracionales, el deseo de una mejor vida; condiciones económicas, es el tercero, y el cuarto es uno más institucional, en relación con el Estado, lo que llamamos lo político.
Cuando vemos la distinción entre los que salen antes y después de 2018, lo que tienen en común, el número uno es lo económico. Sin embargo, hay diferencias de grado de magnitud entre los dos. Por ejemplo: para los que salieron en los últimos cuatro años, el porcentaje que dice salió por razones económicas es de un 41%, contra un 31% de los que salieron antes de 2018. Sin embargo, la razón número dos para los que salen después de la crisis es política, y es un porcentaje bastante fuerte, es un 29% de los que dicen que salieron por razones políticas, contra los que salieron antes de 2018, solamente es un 13%. La cuestión aspiracional pasa a tercer plano a esta generación del 2018, contra los anteriores; y el tema familiar cambia significativamente también, la razón familiar no es primordial entre los que acaban de salir.
¿Qué dicen los nicaragüenses sobre su proceso de integración en la sociedad costarricense? ¿Qué es lo más difícil para integrarse a Costa Rica y cuál es el estatus migratorio legal predominante entre estos centenares de miles de personas?
En general, para cualquier grupo, independientemente si son de la generación de 2018 o de los anteriores, para la mayoría la inserción en Costa Rica no ha sido difícil. Es decir, ellos sienten que han sido bien recibidos en Costa Rica, un 80% dice que para ellos ha sido una recepción buena o muy buena; y hay un 20% que dice, cosas bien y cosas mal.
En términos del estatus legal hay grandes diferencias. Los que llevan más de diez años en su mayoría están legalizados con residencia permanente, más de un 54%, mientras que los recién llegados, son personas que están en un proceso de ajuste migratorio, con sus papeles pendientes de aplicación de refugiado; entonces hay una gran diferencia, más de un 30% de los que vinieron después de la crisis tienen estatus de refugiado o sus papeles están en ese procedimiento.
Los nicaragüenses en esta encuesta dicen que han sido bien recibidos en Costa Rica, pero el clamor general de todos los migrantes es el acceso al trabajo. ¿Cuál es el grado de acceso al trabajo, y qué calidad de trabajos logran obtener los nicaragüenses en la economía costarricense?
Cuando les preguntamos qué es lo que ha sido más difícil para adaptarse, la mitad dice encontrar trabajo; los que llevan más de diez años, para ellos el gran problema es tramitar papeles, porque entre más compleja se vuelve tu vida, más cosas tenés que organizar. Además de encontrar trabajo, para los recién llegados, otro problema es encontrar vivienda. Entonces, trabajo, casa y papeles.
Y un tema que se relaciona un poco con el proceso de integración en una sociedad, es la percepción de cómo lo miran a uno. Y aquí la respuesta de los que llevan más tiempo fue mayor, 10% de los que llevan más de diez años sienten que una de las dificultades de estar en Costa Rica, es que lo miran a uno mal, contra un 5% de los recién llegados, y eso refleja de alguna manera el contraste, por un lado, de valorizaciones de prioridades de los recién llegados contra los que llevan más tiempo. Los que llevan más tiempo, su preocupación no es el trabajo, es integrarse, es asimilarse en un proceso de identidad nacional costarricense.
Estatus legal y acceso a servicios
¿Tienen acceso los nicaragüenses a los servicios sociales, a los servicios sus públicos en Costa Rica?
Costa Rica es una sociedad estrictamente legalista, entonces mientras no tengás un estatus legal, no vas a tener ciertos derechos. Entre los que llevan más de diez años, por ejemplo, el 70% tiene acceso a la Caja del Seguro Social, contra menos de un 30% de los recién llegados, y eso básicamente está relacionado con el estatus legal, porque los que están recién llegados, aunque tengan sus papeles en proceso, todavía no tienen todos los derechos otorgados en el estatus costarricense.
La integración de los niños en la escuela también afecta a los recién llegados. Entonces hay diferencias ahí, pero sus derechos son (mixtos) porque tienen mucho que ver con el estatus legal.
Esta encuesta se hizo principalmente entorno a las agencias donde los migrantes nicaragüenses acuden a enviar remesas a sus familiares en Nicaragua. ¿Cuál es la tendencia sobre el envío de remesas?
Debido a la recesión económica que Costa Rica (experimentó) durante la pandemia, creó una tasa de desempleo fuerte entre los inmigrantes, y como resultado hubo una caída en el envío de dinero. De hecho, en la encuesta el 75% de los adultos dice que envía remesas, es un 5% menos del número de nicaragüenses que estaban enviando dinero en 2017. Y están enviando alrededor de mil cuatrocientos dólares anuales, unos ciento diez dólares mensuales, y es el equivalente, más o menos, a un 20% de su ingreso mensual, y eso va a las familias nicaragüenses, y estamos hablando de alrededor de 200 000 transacciones mensuales, de hogar a hogar, de remesas.
¿Cuáles son las perspectivas de futuro de los nicaragüenses en relación a esta migración hacia Costa Rica, después del 7 de noviembre de 2021? ¿Se va estabilizar la situación o aumentará la migración a lo largo de este año?
Para la mayoría de los nicaragüenses, independientemente del tiempo que llevan aquí, la perspectiva es que la situación en Nicaragua es muy negativa; prácticamente el 80% de los nicaragüenses considera que después de las elecciones en Nicaragua la situación se ha complicado, y va a ir de mal en peor. Entonces hay una perspectiva muy pesimista; también creen que va a haber más migración este año que el año pasado; y realmente refleja el pesimismo, así como las condiciones económicas en las que se encuentra el país.
Integración y el dilema de regresar
Si va a aumentar la migración, ¿cuáles son los desafíos que enfrentan el Gobierno Costa Rica, y por otra, la sociedad civil costarricense y nicaragüense, para apoyar la integración y la absorción de un mayor flujo migratorio?
Son muchos. En primer lugar, sí va a haber una continuidad migratoria, cuando se establecen lazos transnacionales, especialmente dentro de las familias, los vínculos transnacionales generan estas cadenas migratorias. Un tercio de los recién llegados dice que va a traer a sus familiares; y los que llevan más de diez años, la mitad dice que van a traer a sus familiares; y los que llevan más tiempo son una masa crítica mayor en todo el país. Entonces, uno de tres nicaragüenses dice que traerá sus familiares en el corto plazo. Esto te dice que hay una tendencia migratoria.
Y aquí en Costa Rica hay muchos retos, no solamente está el reto del trabajo durante el proceso de incorporación, sino, un trabajo que te ofrezca oportunidades de movilización hacia arriba.
El otro tema importante es político. El factor principal que hace la integración, es decir la capacidad de sentirse a gusto en el país, de tener condiciones materiales para una buena vida en Costa Rica, está negativamente correlacionadas con las razones políticas de haber llegado al país. Aquellos nicaragüenses que entraron al país por razones políticas son los que han logrado integrarse en menor proporción.
Entonces, el tema cívico, crear un clima de integración, de inclusión social a la comunidad nicaragüense, es fundamental porque generaría oportunidades para todos los nicaragüenses y por ende mejoraría las relaciones y el crecimiento económico y social de Costa Rica.
En ese balance de tensiones y oportunidades, ¿qué pesa más? Hay gente que se queja de xenofobia; otros dicen: la economía no tiene capacidad de absorber a los migrantes nicaragüenses para que puedan ocupar trabajos más calificados y mejor remunerados.
Aquellos que están recién llegados, lo importante es lograr integrarles, mejorarles sus circunstancias materiales, es lo urgente. A los que llevan más tiempo, el tema no es solamente el trabajo, sino es crear condiciones para que ellos se sientan incluidos en la sociedad costarricense. Ahí es donde el tema de la xenofobia viene a ser muy importante, porque los estereotipos hacia el nicaragüense se reflejan, por ejemplo, cuando uno habla del “nica con machete”, y esto, pues, crea tendencias muy negativas, y la oportunidad de trabajo a veces puede ser reducida frente a esas percepciones. Esto se refleja más entre los que llevan más tiempo en el país.
La prioridad del trabajo es importante y aquí es donde se hace una calificación de trabajos decentes. ¿Qué significa esto? Que la solidaridad del costarricense no está solamente en que se le dé un trabajo, pero que también tengan derechos laborales: que la trabajadora doméstica, por ejemplo, se le respete su privacidad y también sus derechos laborales, que no se diga, como comúnmente se dice en Costa Rica: tené cuidado con una nica si la contratás como trabajadora doméstica porque te pueden robar algo. Entonces, realmente el trabajo decente es una condicionalidad importante para su incorporación.
¿Cómo se compara este flujo migratorio con el que está ocurriendo hacia el norte, hacia los Estados Unidos, que el año pasado tuvo un incremento exponencial?
La migración hacia Costa Rica ha mantenido una tendencia bastante normalizada, crece en 2020, especialmente en 2021, y va a continuar. Por ejemplo, en febrero el número de solicitudes de refugio llegó a 7000, que son 2000 solicitudes más que en enero, y en 2021 fueron 56 000 solicitudes de refugio.
Históricamente, había mucha migración circular, de nicaragüenses a Costa Rica, venían 40 000, 50 000, y se devolvían 30 000, entonces se quedaba un número neto menor a los 20 000.
En el caso de Estados Unidos, lo que estamos viendo es un fenómeno incomparable. En 2019 había, en el punto álgido después de la crisis de 2018, 13 000 nicaragüenses fueron detenidos en la fronteras; el año anterior habían sido solamente 3000; en 2017, 2000; el año pasado fueron 90 000. Este año, solamente enero y febrero, son 24 000 los nicaragüense que han salido a Estados Unidos y han sido detenidos en la frontera. Es decir, que la tendencia hacia Estados Unidos sigue de manera incrementada, y está directamente correlacionada con las condiciones políticas que ocurren en Nicaragua.
¿Qué expectativas tienen los nicaragüenses migrantes en Costa Rica sobre si hay un cambio o no en Nicaragua? Si hay un cambio democrático en Nicaragua, si se acaba la dictadura, ¿regresarían al país o se quedarían en Costa Rica?
Los que llevan cuatro años en el país, dicen que ellos se devolverían en su mayoría, 53% volvería; 35% se quedaría, el resto no sabe aún. Los que llevan más de cinco años, en la mayoría se quedarían en Costa Rica, y esto es consistente con el trabajo que hemos hecho con otras nacionalidades, en otros grupos migratorios. El inmigrante siempre vive la ilusión de (impermanencia), especialmente entre los recién llegados. Uno llega y dice: “Me devuelvo”. Pasan los años y eventualmente se quedan en el país.
La cuestión política sí constituye un factor determinante en la decisión de volver, es decir, si las cosas mejoran se devuelve; y esto lo vimos en 2019 cuando un retorno de nicaragüenses que se vinieron en 2018 a Costa Rica y gradualmente se fueron devolviendo. Cuando se complica la situación en Nicaragua en 2020, vuelve otra vez una ola migratoria en 2021.