El futuro de los videojuegos, y el mundo tecnológico en general, está lleno de nuevas palabras, conceptos y promesas de grandes revoluciones. Desde Facebook (ahora Meta) insisten en los metaversos y la realidad virtual, mientras que desarrolladoras de juegos como Ubisoft o Take-Two se fijan en los NFT y el blockchain para construir el futuro de la industria.
NFT son las siglas en inglés de Token No Fungible (non-fungible token) y hacen referencia a certificados de propiedad de activos virtuales. Los defensores de esta tecnología la ven como un buen sistema para garantizar la propiedad de ítems digitales como fotografías, ilustraciones, vídeos o audios. A efectos prácticos, un NFT garantiza que una obra es original y establece quién es el propietario.
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En comparación con el mundo del arte, un NFT sería como un certificado que asegura que un cuadro es un Goya auténtico y que reconoce a su propietario actual. En el mundo digital todo se puede replicar y copiar. Falsificar un Goya es extremadamente difícil, pero todo el mundo se puede descargar una fotografía de Twitter e imprimirla o usarla tantas veces como quiera. Los NFT aspiran a crear escasez en el mundo digital con el objetivo de que los activos y las obras tengan más valor.
Los NFT se basan en la tecnología de cadena de bloques (blockchain) para garantizar su autenticidad. Cada transacción que se hace con un Token No Fungible queda registrada en la cadena de bloques, que a su vez está almacenada en miles de ordenadores -nodos- distribuidos por todo el mundo. Mientras los nodos sigan operativos, se garantiza la trazabilidad y la autenticidad de los NFT.
NFT, desconfianza y especulación
La industria de los videojuegos tiene un largo historial de afrentas contra los jugadores en forma de abusivos sistemas de monetización. En 2005, Bethesda publicó una serie de armaduras para los caballos del videojuego The Elder Scrolls IV: Oblivion, muy pocos imaginaban en ese momento que estas armaduras iniciarían la moda de los DLC (contenidos descargables) y que acabarían por convertirse en una gran vía de ingresos para las desarrolladoras.
De lo adicional y complementario se pasó al recorte de contenido propio del juego o al bloqueo previo pago de ítems, zonas y misiones incluidas. Mientras que muchos DLC se vendían como expansiones creadas después del lanzamiento del juego con el objetivo de alargar su vida útil, en realidad estaban planificados y desarrollados desde el principio. En muchos casos, hasta se incluían en el mismo disco en el que venía el juego base.
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De estos primeros micropagos se pasó a la compra de complementos para subir de nivel, ganar más experiencia y la inclusión de monedas premium que costaban dinero real. “¿Quieres este taje tan chulo en Assassin’s Creed? Por 10 euros puede ser tuyo”. Con la popularización de los free-to-play llegaron otros sistemas como las cajas de botín (loot boxes), diseñadas como máquinas tragaperras y especialmente populares en juegos como FIFA o NBA 2K.
También de los juegos gratuitos salió la moda de los Pases de batalla, pensados para enganchar a los jugadores obligándoles a jugar centenares de horas en un intervalo de tiempo limitado con el objetivo de conseguir recompensas especiales. Cabe señalar que estos Pases de batalla también suelen costar dinero real.
Y ahora parece ser el turno de los NFT. La nueva gran revolución en el mundo de los videojuegos, una tecnología que, además de permitir coleccionar ítems únicos, también ofrecerá la posibilidad de ganar dinero mientras se juega gracias al play-to-earn.
¿Qué significa ‘play-to-earn’?
Play-to-earn o jugar para ganar hace referencia a la posibilidad de ganar dinero gracias a los videojuegos y la integración de los NFT. En principio, según este concepto, los usuarios podrían conseguir Tokens jugando y luego podrían venderlos a cambio de criptomonedas o dinero real.
Como apunta el CEO de Xbox Phil Spencer, actualmente los NFT sirven principalmente para especular y su implementación en la industria de los videojuegos es bastante dudosa. Viendo la tradición que han seguido las grandes desarrolladoras con los sistemas de monetización, es normal que muchos jugadores desconfíen de una tecnología que, ahora mismo, se usa casi exclusivamente para especular con activos digitales como ilustraciones, fotografías, audios y vídeos.
Algunos ejemplos de NFT y videojuegos
Los casos de Ubisoft Digits, ‘MetaWorms’, ‘Stalker 2’ y Troy Baker
Con esta escasez artificial en el mundo virtual en mente, muchas empresas de videojuegos han empezado a ver en la tecnología NFT el futuro de la industria. La empresa francesa Ubisoft, por ejemplo, lanzó a finales de 2021 sus primeros Tokens No Fungibles para el videojuego Ghost Recon Breakpoint: los Digit. Básicamente se trata de elementos cosméticos especiales con un número de serie único producidos en tiradas muy limitadas.
Pese a las grandes expectativas de la compañía francesa, sus Digit han sido todo un fracaso. En su primer mes y medio, Ubisoft solo vendió 42 NFT por un valor aproximado de 697,59 dólares americanos, 611,57 euros al cambio. Pero los usuarios no son los únicos escépticos ante estos nuevos productos, muchos desarrolladores de la compañía tampoco entienden qué uso se les puede dar a los NFT más allá de ofrecer cosas que ya se podían hace antes.
Desde el nacimiento de los videojuegos multijugador, y más con su posterior consolidación, siempre se ha podido garantizar la propiedad de los ítems digitales gracias a las cuentas de usuario. Cada jugador dispone de un perfil propio en el que se registran sus estadísticas, su nivel y sus objetos sin necesidad de tecnologías como el blockchain.
Al carro de esta nueva tecnología también han subido otras empresas de videojuegos como Team17, la desarrolladora británica responsable de la franquicia Worms. A principios de 2022, esta empresa anunció una colaboración con Reality Gaming Group con el objetivo de crear MetaWorms, una plataforma para vender NFT inspirados en los gusanos protagonistas de sus juegos.
Pocos días después del anuncio, el 1 de febrero de 2022, Team17 confirmó el cierre del proyecto MetaWorms a raíz de las críticas y las dudas que había suscitado en las redes sociales. “Hemos escuchado a nuestros Teamsters, a nuestros socios desarrolladores, a nuestras comunidades de jugadores y las preocupaciones que han expresado, y por esto hemos tomado la decisión de dar un paso atrás en el espacio NFT”, aseguraron en un comunicado.
En esta misma línea, la compañía ucraniana GSC Game World anunció el 16 de diciembre de 2021 su intención de añadir NFT a su nuevo videojuego Stalker 2: Heart of Chernobyl. La intención de este estudio independiente era ayudar a financiar su proyecto vendiendo Tokens exclusivos como caras para algunos personajes “no relacionados con la historia” del juego. Menos de 24 horas después del anuncio, el 17 de diciembre, el estudio se retractó y confirmó que cancelaba cualquier cosa relacionada con los NFT en Stalker 2.
Otro buen ejemplo es el del actor de doblaje Troy Baker, uno de los más populares del sector, conocido por haber interpretado a Joel en The Last of Us, a Samuel Drake en Uncharted 4 y a Pagan Min en Far Cry 4. A mediados de enero, Baker anunció su colaboración con Voiceverse Origins, una empresa dedicada a la compraventa de “VoiceNFT”. Su trabajo consiste en crear bibliotecas de voces y venderlas para su uso en entornos virtuales y futuros metaversos.
Dos semanas después del anuncio, a finales de enero, el actor de doblaje recogió cable y confirmó que cesaba su colaboración con Voiceverse Origins. Además, se disculpó en Twitter por haber tildado de haters a aquellos que le criticaron por haber entrado en el mundo de los NFT.
Los NFT no son una prioridad para Electronic Arts
Uno de los mayores defensores de la tecnología NFT en la industria del videojuego era el CEO de Electronic Arts, Adrew Wilson, que en noviembre aseguraba que este era el futuro del sector. Además, Wilson apuntaba a un nuevo concepto para entender el funcionamiento de los Tokens No Fungibles en los juegos: el play-to-earn.
Tres meses después de sus declaraciones a favor de los NFT, Andrew Wilson se mostró un poco ambiguo sobre el tema durante su última reunión con los accionistas de Electronic Arts. Según el CEO, EA seguirá “evaluando” la implementación de los NFT en sus juegos, aunque ahora esta no es una prioridad de la compañía.
El futuro de los NFT en la industria del videojuego
Del mismo modo que el metaverso genera grandes expectativas y, a la vez, mucha desconfianza, los NFT son una tecnología que se vende como revolucionaria, pero cuya implementación en la industria de los videojuegos es muy dudosa. De momento, ninguna desarrolladora -grande o pequeña- ha conseguido explicar qué uso nuevo y único se le puede dar a los Tokens.
Garantizar la propiedad de ítems digitales o cosméticos únicos no es una novedad, hay miles de videojuegos en línea que ofrecen exactamente esto sin tener que recurrir a la tecnología blockchain, muy criticada por ser altamente contaminante. En Fortnite, por ejemplo, se pueden comprar personajes, armas y aspectos en la tienda del juego y todo queda registrado en la cuenta de usuario.
Es muy pronto para hacer grandes afirmaciones y la historia de los videojuegos ha demostrado la capacidad que tiene la industria para implementar sistemas de monetización a pesar de las quejas de los jugadores (expansiones, contenido descargable, cajas de botín, micropagos, gachas y un largo etcétera). De momento, como dice el CEO de Xbox Phil Spencer, los NFT sirven principalmente para especular y experimentar y “se sienten más como algo que explota que como un entretenimiento”.
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