Tan polémicas como coloridas, las porras en el futbol mexicano están en el ojo del huracán debido a los lamentables hechos que tuvieron lugar este fin de semana en el Estadio de La Corregidora.
Después de que la violencia se hiciera presente durante el juego entre Querétaro y Atlas, el debate sobre erradicar a estos grupos de animación ha tomado fuerza en la Liga MX, sin embargo las porras no son algo nuevo en nuestro país.
Aunque en México ya existían grupos como la “Tito Tepito” para apoyar a clubes como el Atlante, no fue hasta mediados de los años 90 cuando el modelo de las barras sudamericanas llegó a México gracias a Andrés Fassi.
Este directivo del Pachuca quedó maravillado por el ambiente que se vivía en las gradas del Saprissa de Costa Rica, y fue por eso que impulsó la creación de la “Ultra Tuza” para alentar al equipo hidalguense.
Según lo han revelado artículos como “Globalización y origen de las barras ‘La Adicción’ y ‘Libres y Locos’”, de Teresa Celestino, para crear la barra de Pachuca se contrataron a cuatro miembros de barras sudamericanas, y de esta forma se valieron de 500 jóvenes para iniciar con la “Ultra Tuza”.
El primer juego de Pachuca en donde su barra se hizo presente fue un partido de Copa entre los Tuzos y las Águilas del América, y esto valió para que surgieran grupos como la “Barra 51” de Atlas, misma que tuvo sus inicios en 1998.
“La Rebel” de Pumas, la “Perra Brava” de Toluca y “La Adicción” de Rayados fueron algunas otras de las barras que pusieron los cimientos de este fenómeno que llegó al futbol mexicano sin intenciones de marcharse.
JL