WASHINGTON. Estados Unidos y Europa están estudiando la posibilidad de prohibir las importaciones de petróleo ruso, declaró el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pero subrayó la importancia de mantener un suministro estable de crudo a nivel mundial.
“Ahora estamos en conversaciones muy activas con nuestros socios europeos sobre la prohibición de la importación de petróleo ruso a nuestros países, mientras que, por supuesto, al mismo tiempo, se mantiene un suministro global estable de crudo”, dijo Blinken.
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Blinken, que está en Europa para coordinarse con los aliados contra la invasión rusa, dijo que habló de las importaciones de petróleo con el presidente Joe Biden
Los comentarios de Blinken se produjeron mientras el precio del barril de Brent del Mar del Norte, una de las dos variedades de crudo de referencia en el mercado, rozó ayer los 140 dólares, cerca de su récord, impulsado por el conflicto en Ucrania y la parálisis casi completa de las exportaciones de petróleo ruso.
Poco después de la apertura de las transacciones electrónicas, el Brent para mayo, el contrato de referencia, subió a 139.13 dólares, cerca del récord de 147.50 dólares alcanzado en julio de 2008.
La Casa Blanca no había apuntado hasta ahora contra las exportaciones de petróleo y gas de Rusia, ya que el gobierno de Biden evalúa las repercusiones en los mercados mundiales y en los precios de la energía en Estados Unidos.
Los estadounidenses son, con diferencia, los mayores consumidores de gasolina del mundo, y en los últimos días los precios de la gasolina se han incrementado considerablemente en el páis.
La cuestión es más compleja para Europa, pues Rusia aporta 40 por ciento del gas consumido, mientras que a EU sólo provee 8 por ciento de importaciones de productos petroleros crudos o refinados.
En este sentido, los ministros alemanes de Relaciones Exteriores y de Finanzas se pronunciaron contra la prohibición de importar gas, petróleo y carbón ruso.