¡Ojo! Fesfut, Primera División, PNC… Hace unos días rozamos algo similar, con la violencia en los estadios. No esperemos una desgracia para reaccionar.
Este sábado fue un día de terror para México y negro para el fútbol mundial. Lo que sucedió en el estadio La Corregidora de Querétaro, durante el partido de la Liga MX entre Querétaro y Atlas, debe tocar a todo amante de este deporte, sin importar equipo o nacionalidad, e indignar a cualquier ser humano.
Espero que esas BESTIAS, porque no se les puede llamar de otra manera sean duramente castigados, por haber golpeado y hasta matado a otro, solo por vestir una camiseta de fútbol indiferente. Además mi sentido pésame a las familias. Un abrazo a la distancia.
Pero esto que pasó, no tiene que ser indiferente a las autoridades deportivas de El Salvador. El deporte es el mismo y las pasiones son iguales, así como también los motivos que ciegan para olvidarse que esto es solo fútbol y que sin importar el resultado la vida continua.
Recordemos que hace unos días rozamos algo similar, con los aficionados de Firpo y Águila, que también golpearon sin piedad. Hay que comparar algunas imágenes y se verán situaciones similares, que gracias a Dios no pasaron a más aquella noche en Usulután.
Suspenden el torneo en México tras el horror en Querétaro
Las sanciones a los equipos no es suficiente. Fesfut, Primera División y PNC se tienen que reunir de inmediato para comenzar a tomar decisiones y tratar de erradicar la violencia en el fútbol salvadoreño.
No hay que esperar una desgracia, para comenzar a actuar, como casi siempre pasa entre los salvadoreños.
No dudo en que haya buenas ideas, pero deben concretarlas y ponerlas en práctica lo más pronto posible con logísticas mejor ideadas y castigo muy severos para quienes no cumpla las leyes.
Lo que sucedió en México tiene que dejar enseñanzas y en los mismos aficionados crear una conciencia, que este es un deporte, que el rival es también una persona. Que la batalla solo se libra en el terreno de juego y que este deporte no merece ser empañado.
No se vale el discurso de lo que pasa en un estadio es el reflejo de la sociedad en la que vivimos. Hay que marcar diferencia, “la pelota no se mancha”.