Mientras hemos estado en pandemia, los libros en español se distribuyen cada vez más en los Estados Unidos. Uno de ellos, publicado el año pasado, es Gótico, de la prolífica autora mexicano-canadiense Silvia Moreno-García. Es una novela de romance y de terror. En inglés se llama Mexican Ghotic porque está ubicada en el centro de México a mediados del siglo XX.
Moreno García nació en Baja California en 1981, creció en varias ciudades de México y se fue a estudiar una maestría a Canadá en 2004. No ha regresado a México desde entonces.
Gótico cuenta la aventura de Noemí Taboada, quien va a visitar a su prima a la casa a la que se ha mudado con su nuevo esposo a las afueras de Pachuca, cerca de las minas. Noemí es de clase acomodada y muy independiente. Los residentes de la casa donde vive su prima cada día son más extraños. Tienen costumbres estrictas, como no hablar en la cena, pero poco a poco la protagonista se da cuenta de que la familia no es solo excéntrica, hay algo siniestro que los rodea; y entre más empieza ella a investigar, más nublado se vuelve el ambiente, a veces, literalmente.
La novela va llevando al lector a un ritmo pausado por los entresijos de la residencia denominada High House donde la familia Doyle ha vivido por décadas. Su historia y sus misterios van surgiendo poco a poco hasta que en el último tercio de la novela se vuelve difícil soltar el libro porque la acción empieza a desarrollarse cada vez con más velocidad y misterio.
Varios temas sociales son tocados en la obra de Moreno-García, lo cual le da cierta profundidad a la novela y la ayuda a salir de la categoría de mera lectura de entretenimiento. Se habla de clases sociales, de racismo, de los derechos de las mujeres. También toca temas escabrosos que pueden alejar a ciertos lectores como un intento de violación, incesto y otros temas… de terror.
La lectura de esta obra es fácil, tanto, que el giro hacia el terror puede sorprender al lector que toma el libro sin saber de qué género de trata. Queda aquí esta advertencia para la posteridad.
Otro libro que llegó a mi escritorio recientemente es Aristóteles y Dante se sumergen en las aguas del mundo, título que en sí pudiera partirse en capítulos, por cierto.
El autor es Benjamín Alire Sáenz y resulta que la obra es una secuela del previo Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo. Es un libro para jóvenes que cuenta la historia de amor de Aristóteles y Dante, dos chicos de 17 años que exploran cómo vivir con lo que son. A lo largo de la historia los dos personajes van aprendiendo a conocerse y a enfrentar la realidad.
Alire Sáenz es él mismo gay y esto le da a su obra una autenticidad que se nota en sus personajes, en sus dudas, y en sus descubrimientos. También en el amor y respeto con el que trata a sus personajes. La novela se ubica en el último año de preparatoria de los personajes en los años ochenta. Los jóvenes tienen que lidiar con los retos escolares, con asuntos familiares y con decidir su futuro al terminar la preparatoria.
La obra está ubicada en los años en que el sida era una epidemia mortal y Alire Sáenz también habla del tema en la trama.
El veterano autor, poeta y pintor ofrece una obra que domina de manera magistral los diálogos y va llevando al lector por los días de estos dos adolescentes con destreza y con buena voluntad.
Algo notable en la obra es que es una novela bondadosa, bondadosa como herramienta e incluso como guía para los jóvenes adolescentes que no siempre encuentran apoyo cuando ellos descubren que son gay. Hay personajes ejemplares y también se describe cómo hacer amigos y el papel que la amistad juega en la vida.
Es una maravilla que Alire Sáenz pueda escribir una novela sobre adolescentes gay, y que los personajes no sean maltratados sino que sean un digno ejemplo de cómo superar el rito de paso de aprender a ser hombres íntegros y valiosos en la sociedad.
Nota al calce. También ya circula en las librerías la obra La Bestia, que obtuvo el premio Planeta 2021 y que fue firmado con el nombre de pluma Carmen Mola.