POR ANIBAL CORCINO M.
Desde el inicio de su gobierno, el Presidente Luis Abinader trazó metas muy definidas sobre lo que sería el legado de su paso por el Estado, tomando para sí temas como: La Inmigración ilegal, el narcotráfico, el Poder Judicial, la reforma de las Fuerzas Armadas y demás cuerpos de orden, la administración honesta de los fondos públicos, la corrupción Política y gubernamental, entre otros.
Todo lo anterior, se demuestra con el interés firme de construir una verja inteligente en la frontera con Haití. Esto no solo implica poner fin o al menos poner control a la inseguridad que afecta nuestra frontera con el vecino país sino, que también evita la inmigración ilegal y sin control de ciudadanos haitianos, venezolanos y hasta chinos, el contrabando de todo tipo y crea una definición concreta y responsable de nuestros límites fronterizos.
La construcción de esta verja, también representa un pie de amigo a la moral de los dominicanos en la frontera haitiana, donde parece que no existía control, donde los límites de la nación estaban sujetos a la casualidad y donde ya existen espacios llamados tierras de nadie, lugares donde la población es netamente haitiana, pero el terreno es dominicano y ninguna de las dos naciones parece tener dominio allí.
Asesinatos, violaciones, esclavitud moderna y el cultivo de una nueva generación de seres humanos exentos de la ley, son el fruto de estos espacios apátridas generados por nacionales haitianos en nuestro país, pero que no solo se limitan a la frontera, sino también a otras provincias y Municipios, algo tangible donde quiera que existe una comunidad haitiana, ellos parecen vivir en otro mundo y no en el nuestro, se apegan a su cultura y forma de pensar, muy poco hace con ellos la transculturación local.
Es este un esfuerzo digno de admirar, porque establece un marco definitivo de nuestra soberanía en término territorial y legal y es una expresión concreta del pensamiento patriótico del presidente, pero sobre todo un paso a detener lo que parecía indetenible de no ser Abinader el Presidente de la república (La Unificación de la Isla La Hispaniola) no por guerra sino por necesidad, pues no existe modo alguno en que un vecino que lo tiene todo viva en paz rodeado de personas carente de toda necesidad, hasta por justicia su vida corre peligro.
Otro de los grandes retos asumidos por el Presidente Luis Abinader es la decisión firme de dejar como legado una justicia independiente, un Ministerio Público que no camines al paso del presidente de Turno, sino que puede tocar y bailar su propio son, sin desafinos provocados por la politiquería gubernamental; cerrando así el círculo de la impunidad frente a temas tan viscerales como la corrupción gubernamental y política de nuestro país y que tanto daño le hacen al desarrollo de la nación.
La Reforma de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas es un tema de mucho valor. Recuerdo como hoy, una noticia presentada en primera plana (2004), la cual llevaba como título; (Gobierno de Leonel Fernández pone en retiro 99 generales de 210 que tenían las Fuerzas Armadas dominicanas). Luego años más tarde vimos el siguiente título (Los militares habrían amenazado a Leonel). Razón está que al parecer logró detener todo intento del Presidente Leonel para llevar a cabo su reforma.
¿Es acaso Luis Abinader más valiente que Leonel? Realmente no lo sé, pero esto es lo que he visto en los últimos meces y que me eduquen al respecto lo que ven lo contrario. “Luis Abinader pone en retiro a 10 generales de la Policía Nacional PN”, Presidente Luis Abinader pone en retiro treinta coroneles de las instituciones castrenses, Luis Abinader pone en retiro a 350 oficiales; hay 62 coroneles, y más”. Todo esto acompañado, solo de la decisión firme de lograr su tan anhelado cambio.
La meta de crear un legado en la administración honesta de los fondos públicos, ha sido quizás una de las metas más atrevidas y que supongo más lágrimas ha provocado el presidente Luis Abinader, ya que en el afán de adecentar la administración pública no solo ha llevado a la justicia a los más altos mandos políticos y militares de la nación, sino que también, su propio equipo de gobierno se ha visto como parte del ejemplo o mensaje que parece no tener vacas sagradas cuando se trata de los bienes del Estado.
Por último, el tema del narcotráfico o tráfico ilegal de drogas narcóticas, sobre este tema vale la pena coleccionar los récords establecidos cada mes en términos de arrestos e incautación de drogas. Las cantidades son enormes, diariamente vemos en la prensa un nuevo arresto y como si fuera poco, los capos que por mucho tiempo fueron protegidos hoy parecen no tener padrinos. Este sin duda es un legado que pocos podrían igualar, ¿por qué?
La guerra contra el narcotráfico, no solamente necesita voluntad sino valor, coraje y una decisión clara sobre los propósitos de un presidente que en ocasiones parece hasta desconocer la magnitud y efectos trascendentales de sus acciones contra este y otros flagelos que antes de Luis Abinader se movían a todas sus anchas por las vías del gobierno y las avenidas del país, pero que hoy tienen un freno y saben que ya nada será igual, porque el que venga alguna vez, tendrá que montarse en este mismo caballo.
No creo que exista ser humano con sentido común que sea incapaz de negar la entereza y valentía con la que el presidente Luis Abinader ha decidido enfrentar los problemas coyunturales de la Nación Dominicana. No solamente Luis se comprometió con un cambio, por tanto, si el que barre lo hace bien, el que limpia lo hace bien y el que gobierna sigue gobernando bien, entonces solo así habrá PRM para mucho rato.
jpm-am