Los organizadores del Coachella pretenden revolucionar el mercado de los festivales y han creado unas entradas que, en realidad, son tokens no fungibles (lo que se conoce comúnmente como NFT). La idea es que las entradas de este tipo sean bonos de por vida, accesos a áreas especiales o atracciones exclusivas. ¿Cómo os quedáis?
¿Qué es un NFT?
Hay que recordar que las siglas NFT corresponden a Non Fungible Token (token no fungible), una nueva manera de coleccionar arte digital. Los NFT se almacenan en blockchain, ¿pero qué quiere decir eso, exactamente? Pues que están encriptados bajo estrictos protocolos de seguridad. Por ejemplo, las criptomonedas también se alojan en blockchain.
Hasta ahora los NFT se estaban utilizando, sobre todo, para registrar la propiedad de coleccionables digitales. No obstante, el objetivo de los gestores del Coachella es la de conectar los NFT del festival con beneficios que puedan ser tangibles en el mundo real.
El valor de dichos pases también va a acorde con lo que ofrece. Es decir, un pase de por vida al Coachella no podría ser barato. Hablamos de cifras muy altas y es que la entrada sería de unos 500.000 dólares. Sí, ya sabemos, es de por vida, permite acceder a zonas exclusivas, localizaciones exclusivas y un largo etcétera, pero ¿vale la pena?
En resumen, el Coachella ofrece pases de por vida (solo hay 10 a la venta), contenido exclusivo, con imágenes únicas del festival y, hasta, un libro con imágenes que rememora los 20 años ya de la celebración del Coachella.
Durante los últimos meses muchos artistas y empresas se han mostrado muy a favor de esta nueva apuesta y gigantes como Nike, Taco Bell y Coca-Cola ya han emitido sus propios NFT.