Ciudad de México /
El más ganador de todos los tiempos -junto a Michael Schumacher- con siete Campeonatos Mundiales de Fórmula 1… ¡Y practicante de la lucha libre! Así como lo lees, esta historia pocos la recuerdan sobre el día que Lewis Hamilton se metió a luchar contra Místico en la Arena México, ganándose la ovación de los presentes al “traicionar” a su amigo enmascarado.
Para recordar aquel momento en el inmueble de la Colonia Doctores es necesario remontarse a mediados de la década pasada. En aquel momento Tricampeón Mundial de la F1, ganando su tercera corona un fin de semana antes en Austin, Estados Unidos, Hamilton llegó a México para el regreso de la categoría reina a nuestro país tras una ausencia prolongada, pues el 2015 marcó el primer Gran Premio en nuestro país en 23 años.
Como se ha hecho costumbre desde ese entonces, los pilotos del Gran Circo del Automovilismo toman parte de actividades relacionadas a la cultura y estilo de vida de los mexicanos. Alguna vez Max Verstappen preparó algodones de azúcar, Checo Pérez por supuesto que hace de todo y en aquel 2015, Lewis Hamilton luchó contra Místico en un ring oficial.
Hamilton luchó en la Arena México en 2015
La lucha libre es sinónimo del folclore mexicano, las máscaras de nuestros superhéroes, las evoluciones aéreas y a ras de lona atraen a miles de turistas anualmente. Aprovechando que ya estaba aquí para el GP, invitaron a Lewis Hamilton a la Arena México como parte de una activación de la marca Puma, patrocinadora del inglés.
Por la tarde convivió con Místico, el que anduvo en WWE como Sin Cara, volvió como Carístico y se ha cambiado el nombre solo Dios sabe cuántas veces. Incluso, el esteta le enseñó cómo rebotar en las cuerdas y un par de movimientos esenciales.
Esa misma noche, en la Arena México estaba agendado un mano a mano entre Místico y Mephisto. Previo al combate se dio la bienvenida a Sir Lewis, quien en el esquinero vivió las acciones más cerca que nadie. Lo increíble fue que Hamilton recibió el relevo de Mephisto, se metió al ring y atacó al Príncipe de Plata y Oro con un par de patadas y hasta una plancha para conteo de dos, ganándose el aplauso del respetable.