- Angus Crawford y Tony Smith
- BBC News
Algunas aplicaciones del llamado metaverso son de “diseño inherentemente peligroso” advirtió la Asociación Británica para la Prevención de la Crueldad contra la Niñez (NSPCC, por sus siglas en inglés), en respuesta a una investigación de la BBC.
Una reportera de la BBC que se hizo pasar por una niña de 13 años fue testigo de acoso sexual, exposición a material sexual y amenaza de violación en un mundo de realidad virtual.
La asociación defensora de la niñez manifestó estar “conmocionada e indignada” ante los hallazgos de la investigación.
El director de políticas de protección infantil online de la NSPCC, Angy Burrows, añadió que la investigación había descubierto “una combinación tóxica de riesgos”.
La investigadora de BBC News -utilizando una app clasificada para uso de mayores de 13 años- visitó espacios de realidad virtual donde encontró avatares simulando tener sexo. Le mostraron juguetes sexuales, condones y se le acercaron varios hombres adultos.
El metaverso es el nombre con el que se denominan los juegos y las experiencias a las que tienen acceso las personas que se ponen cascos audiovisuales de realidad virtual. La tecnología, anteriormente limitada a juegos, podría ser adaptada para usos en varias otras áreas -desde el trabajo hasta la diversión, o conciertos y viajes cinematográficos.
Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, cree que podría representar el futuro de internet -hasta tal punto que recientemente rebautizó su red social Meta y la compañía ha invertido miles de millones en el desarrollo de su casco de realidad virtual Oculus Quest.
Se estima que ese casco -llamado ahora Meta Quest- posee más del 75% del mercado. Fue con uno de estos cascos que la investigadora de BBC news entró a explorar la app y parte del metaverso. La app, llamada VRChat, es una plataforma virtual online que los usuarios pueden explorar con avatares en 3D.
Aunque no está creada por Facebook, se puede descargar de una tienda de apps en el casco Meta Quest de Facebook sin verificación de la edad del usuario. El único requisito es tener una cuenta de Facebook.
Espacios sexualizados
La investigadora de la BBC creó un perfil falso para crear su cuenta y su identidad verdadera no fue verificada.
Una vez adentro de VRChat, hay cuartos en los que los usuarios se pueden reunir: algunos son inocentes y comunes y corrientes -como un restaurante de McDonald´s, por ejemplo- pero también hay bailes eróticos y striptease.
Los menores se mezclan libremente con los adultos.
Un hombre le comentó a nuestra investigadora que los avatares se pueden “desnudar y hacer cosas innombrables”. Otros hablaban sobre “jugar roles eróticos”.
Como resultado de la investigación de BBC News, la NSPCC afirmó que las mejoras a la seguridad online son un tema urgente.
Andy Burrows de la NSPCC nos dijo que lo que habíamos encontrado era “extraordinario”.
“Son niños siendo expuestos a experiencias realmente dañinas y completamente inapropiadas”, expresó.
Sostiene que es poco lo que las compañías de tecnología han aprendido de los errores cometidos con la primera generación de redes sociales.
“Este es un producto cuyo diseño es inherentemente peligroso, debido al descuido y negligencia. Estamos viendo productos que se lanzan sin ninguna señal de que la seguridad ha sido tenida en cuenta”, reclamó.
Meta responde que tiene herramientas que le permiten a los jugadores bloquear a otros usuarios, y está examinando cómo hacer mejoras “a medida que aprende cómo las personas interactúan en estos espacios”.
BBC News también conversó con un activista de seguridad online que ha pasado varios meses investigando a VRChat y que ahora publica sus videos en YouTube.
Habló de menores que fueron acosados en la plataforma y forzados a participar en sexo virtual. Quiere mantener el anonimato por temor a represalias contra su familia.
Debido a que la realidad virtual implica tanta sumersión, explicó el activista, los niños en esas situaciones realmente tienen que replicar los movimientos sexuales.
Mi experiencia dentro de VRChat
Jess Sherwood, investigadora de la BBC
Me sorprendió la casi total sumersión en la que puedes esta en estos espacios. Empecé a sentirme como una niña otra vez. Así que cuando los hombres adultos empezaron a preguntarme por qué no estaba en la escuela y exhortándome a que participara en actos sexuales virtuales, me sentí mucho más perturbada.
VRChat definitivamente se sentía más como un parque para adultos que para niños. Muchos de los cuartos estaban abiertamente sexualizados con luces de neón rosadas, parecidas a las que encontrarías en el distrito de luz roja de Ámsterdam o en los lugares más sórdidos de Soho en Londres (zona de vida nocturna). Adentro se exhibían juguetes sexuales.
La música que amenizaba los cuartos y que puede ser controlada por los usuarios, añade a la impresión que ese no es un espacio apropiado para niños.
Todo en los cuartos produce una sensación inquietante. Hay personajes simulando actos sexuales en grupo en el piso, hablando entre ellos como niños que juegan a ser parejas adultas.
Es muy incómodo, y tus opciones son quedarte y mirar, pasar a otro cuarto donde podrías ver algo similar, o participar, lo que en muchas ocasiones me ordenaron hacer.
“Muy poca moderación”
Las personas cuya labor es observar los desarrollos de la realidad virtual también están preocupadas.
Catherine Allen dirige la empresa de consultoría Limina Immersive y actualmente está escribiendo un informe sobre la realidad virtual para el Instituto de Ingeniería y Tecnología en Reino Unido.
Señala que su equipo investigativo ha encontrado que muchas de las experiencia que han tenido en la realidad virtual son “divertidas y surrealistas”, pero que otras han sido “bastante traumatizantes e inquietantes”.
Describió un incidente en una app de Meta en la que se topó con una niña de 7 años.
Un grupo de hombres las rodearon a las dos y bromearon que las iban a violar. Catherine Allen dijo que tuvo que interponerse entre los hombres y la niña para protegerla.
“Es algo que no tenía por qué hacer, pero lo hice porque no hay moderación alguna, o aparentemente muy poca moderación”.
Por su parte, VRChat dijo a la BBC que estaban “trabajando arduamente para convertirse en un lugar seguro y ameno para todos”. Añadió que “el comportamiento depredador y tóxico no tiene cabida en la plataforma”.
Organizaciones de protección aconsejan a los padres verificar las apps que sus hijos están usando en los cascos de realidad virtual y, en lo posible, utilizarlos ellos mismos para evaluar si son apropiadas.
Muchas apps permiten a los usuarios a “lanzar” simultáneamente sus experiencias a un teléfono o laptop, para que los padres puedan observar lo que está sucediendo al mismo tiempo en que el menor juega.
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