CIUDAD DE MÉXICO, febrero 21 (EL UNIVERSAL).- Una vida discreta y alejada del ojo público es el camino que Angélica Rivera decidió seguir desde que dejara de ser la primera dama de México hace tres años, lo que le ha permitido llevar un día a día más relajado y sin poses para ser ella misma, algo que ha demostrado a través de las redes sociales de sus hijas, Sofía, Fernanda y Regina.
Hace un par de días Angélica causó sorpresa cuando hizo su debut en TikTok, acompañada de sus hijas Fernanda y Sofía, con quienes montó un sencillo baile a ritmo de “Don”, una canción del grupo argentino Miranda, donde la actriz lució ropa casual y gorra, y demostrando que es una mujer coordinada, con ritmo y divertida.
Pero ésta no es la primera vez que Angélica Rivera deja ver su lado relajado, aunque han sido pocas las apariciones en estas plataformas desde diciembre de 2018, cuando dejó de ser primera dama, sí ha compartido algunos momento familiares con sus fans; como las navidades de 2019, 2020 y 2021 acompañada de sus tres retoños y de su exesposo, el productor Alberto “El Güero” Castro, en las dos primeras muy formales y en la última en una feliz celebración en pijamas.
Fernanda, quien se encuentra en Boston estudiando música, ha compartido en sus historias de Instagram que los viajes en auto con su mamá son muy divertidos, porque preparan una sesión de karaoke móvil que lo mismo inician con Abba y pueden terminar con Flans, la cuestión es pasarla bien mientras están en el tráfico.
Rivera también ha demostrado que tiene muy buena genética o ha sabido cuidar muy bien su físico, porque, a pesar de estar cerca de los 50 años, luce muy joven y bella, algo que durante la entrega de los Latin Billoards 2020 no pasó inadvertido, ya que parecía hermana de su hija Sofía Castro.
Angélica Rivera tiene su propia cuenta de Instagram, pero es privada, así que las redes sociales de sus jóvenes hijas es la única forma que se tiene de saber de ella, y de descubrir lo bien que se lleva con ellas y que su trato más de madre e hijas es de amigas.
