El Taller de Teatro de Plaza de la Cruz salió del armario por la puerta grande estrenando el sábado la obra Pride, una historia basada en hechos reales sobre la alianza entre una comunidad LGTB de Londres y un pueblo minero de Gales afectado por las políticas de Margaret Tatcher en el año 1984.
Tras un año de parón pandémico, el Taller volvió con esta nueva apuesta por difundir el mensaje del respeto y del amor desde los escenarios, en este caso representando un texto que adaptaron de la película de 2014 que trata el mismo tema. En la obra participaron 23 intérpretes, alumnos y alumnas de 4º de ESO y Bachillerato, trabajando de forma cooperativa y asumiendo responsabilidades, tales como participar en el equipo artístico, en el equipo técnico, como responsables de vestuario y maquillaje, diseño, prensa, redes sociales, ayudantes a dirección… Ese trabajo en equipo podría ser la tendencia a partir de este año, como explicó el director, Kico Alba: “Es un proyecto que les tiene que ilusionar, y si quieren que salga tienen que poner de su parte”, explicó.
Alba, profesor de Matemáticas, se encarga voluntariamente del Taller desde hace diez años. Fue él quien, tras ver la película Pride, pensó que podría ser un buen proyecto para hacer con los alumnos “Es bonita, transmite un mensaje importante que tenemos que contar a la sociedad, cuenta algo histórico que les permite aprender a los chavales, es emocionante y transmite valores de respeto y diversidad”, explicó. Es él quien prepara un montaje cada año, para el que escoge una temática diferente y variada. Alba contó que, a pesar de ser un año muy complicado debido al parón, se sentía muy satisfecho y los chicos tenían mucha ilusión por retomar el taller. “Estaban encantados, y eso también te anima”, añadió.
Mencionó que, a pesar de que los alumnos no tuvieron ningún problema con la temática (se presentaron 60, de los cuales tuvo que hacer una selección) ni con interpretar personajes que podrían ser más comprometidos, “sí que ha habido alguna familia que vio más problema, y algún chaval no se pudo apuntar por culpa de que no les parecía bien la temática”. Pero “a ellos sí les parecía bien, y me alegra saber que las nuevas generaciones traen opiniones diferentes a las de sus padres”, expresó.
“Las propuestas como esta son necesarias para difundir el mensaje del respeto y del amor”.
A raíz de eso, Alba opinó que las propuestas como esta son necesarias para “luchar contra eso y difundir el mensaje del respeto y del amor”. Y no se trata solamente de un mensaje para los actores, sino para todo el público, al que parece haber cautivado esta pieza. Como contó el profesor, “ya hemos hecho cuatro funciones y en todas se han puesto de pie al final. Eso no es lo habitual”. Tal vez por la emoción que transmite la obra, ha tenido una acogida muy buena, con salas casi llenas.
“Lo que más destacaría de este año es lo necesario de la temática: vemos continuamente opiniones, en algunos casos, más retrógradas de lo que se encontraba en años anteriores, y te preguntas qué está pasando en la sociedad para que se de esta antievolución”, explicó Alba.
El Taller de Teatro, que suele comenzar en septiembre, funciona como “una rama para llegar a los chavales”, ya que gracias a la cercanía con ellos tratan de apoyarles en sus estudios y ayudar a quienes lo necesiten. Además, “conocen gente, se lo pasan bien y después de la función se van a tomar algo”, contó el profesor. Destacó que hicieron muy buen grupo y “se llevaron muy bien”. Además, los ensayos se hacen los viernes por la tarde, un momento “para descansar, no para estudiar”, lo que les permite conciliar el teatro con los estudios. “En vez de estar por la calle hacen esto”, explicó.
Tras las dos funciones que les quedan el miércoles 23 en la Escuela Navarra de Teatro y el viernes 25 en el centro con entrada libre, en marzo comenzarán a ofrecerlas para los alumnos y la idea que tienen es intentar llevar la obra a otras ciudades como San Sebastián, Bilbao o Madrid con ayuda de asociaciones LGTB.