La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) aprobó la modernización de la carretera San Cristóbal-Palenque, en Chiapas, un proyecto que anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador hace más de 30 meses.
Este proyecto ha fracasado desde los sexenios del panista Felipe Calderón Hinojosa y del priista Enrique Peña Nieto, pues grupos campesinos y ambientalistas se oponen. Aseguran que no fueron tomados en cuenta y que con la obra y sus trabajos habrá destrucción y despojo de tierras, contaminación y conflictos sociales.
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Pero la dependencia del actual gobierno federal autorizó una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) promovida desde finales de 2020 por la Dirección General de Carreteras de la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para desarrollar la obra que conectará uno de los destinos más visitados del estado con el punto de partida del Tren Maya.
A principios de julio de 2019, con siete meses como presidente, López Obrador anunció desde Ocosingo, Chiapas, la realización del proyecto de infraestructura y dijo que en lugar de hacer un trazo nuevo para conectar ambos puntos, se modernizaría una vía ya existente.
“Entonces, ya para no estar pensando en el nuevo trazo, porque si no se nos va a ir el sexenio, no vamos a hacer nada, mejor vamos a ampliar la que ya se tiene, modernizarla y así resolvemos para hacer menos tiempo de Ocosingo a Palenque o de Ocosingo a San Cristóbal”, dijo entonces el mandatario.
Casi un año y medio después, en octubre de 2020, el Ejecutivo federal visitó nuevamente la entidad y se comprometió a construir la vialidad: “Si consigues resolver lo del derecho vía, nosotros nos hacemos cargo de la construcción de la autopista” le dijo al gobernador chiapaneco Rutilio Escandón Cadenas.
Se trata de una ampliación de camino de más de 200 kilómetros, que además de las obras implicará la remoción de casi 58 mil árboles y la realización de pasos de fauna para unas 48 especies.
La autorización de la Semarnat prevé una vigencia de 60 meses para llevar a cabo las actividades de preparación del sitio y la construcción del proyecto, por lo que López Obrador podría no alcanzar a inaugurar la obra.
Asimismo, se autorizaron 25 años para la operación y mantenimiento de la carretera, vigencia condicionada al término del proyecto en el tiempo establecido.
El permiso depende del cumplimiento de todas las medidas de prevención, mitigación y compensación propuestas por la autoridad, como la entrega de protocolos de seguridad, un programa de reforestación, acciones de protección y conservación de flora y fauna, y la entrega de pólizas de seguro en caso de ser requeridas.
No obstante, la Semarnat indicó que al momento de emitir la autorización ambiental del proyecto, había vencido el plazo para que los municipios de Palenque y Salto de Agua, en Chiapas, así como la Comisión Nacional Forestal (Conafor) emitieran sus opiniones en relación al mismo.
Desde que se anunció por primera vez la construcción, primero como autopista, ambientalistas de Chiapas como la organización Defensores del Medio Ambiente de San Juan Cancuc o el Movimiento en Defensa de la Vida y el Territorio (Modevite), se pronunciaron en contra del proyecto, incluso se sumaron los pobladores de las zonas involucradas.
Los inconformes han recurrido al bloqueo de carreteras, toma de edificios y marchas para exigir que se suspenda el proyecto, pues, afirman, llegarían grandes máquinas a Chiapas y destruirán los cerros, selvas, arboles, ríos y arroyos que hay en las diversas comunidades por donde pasaría la carretera.
Además, han denunciado que sólo son tomadas en cuenta las grandes empresas nacionales y transnacionales, mientras miles de indígenas se quedarían sin tierras de labranza, animales, y quizá sin sus casas.
La carretera cruzará varias comunidades como Huixtán, Oxchuc, San Juan Cancuc, Tila, Yajalón, Ocosingo y Sabanilla, donde los campesinos temen por sus tierras y la seguridad de sus familias.
Empresarios de San Cristóbal-Palenque, Ocosingo y otros municipios adheridos a la Canaco, Canirac, Asociación de Hoteles de SCLC y Ocosingo, entre otros, apoyan el proyecto, pues consideran que traerá beneficios a ciudadanos y transportistas, y atraerá a un mayor número de turistas a Palenque y a San Cristóbal de las Casas.
Los defensores del medio ambiente de San Juan Cancuc y el Modevite advierten que no permitirán jamás la construcción de la autopista San Cristóbal-Palenque y menos la ampliación de la carretera que actualmente comunica a ambos puntos, a pesar de que se ofrece generar empleos para los indígenas.
Con información de Gilberto Morales