PUEBLA. Los artesanos de Puebla sufren pérdidas en la comercialización de sus productos debido a intermediarios que se llevan hasta 70 por ciento de las ventas, denunció Tomás Juárez Fuentes, presidente de la Unión de Artesanos de la entidad.
“Es gente que llega a acaparar al verdadero productor, pues compran los productos a un precio bajo y lo venden al doble o al triple, cuando es el artesano quien invirtió tiempo y dinero (…) Eso viene pasando desde años atrás, lo que significa pérdidas para ellos, y por lo tanto, una desigualdad económica”, dijo.
Explicó que los revendedores les compran a los artesanos un atrapasueños por 70 pesos, y ellos los comercializan hasta en 500 pesos. Otro caso, es el de las esclavas de plata, las cuales se adquieren en 100 pesos y se venden en 600 pesos.
El representante del sector, da a conocer que el resultado de malbaratar las artesanías, genera que los productores no logren subsanar los gastos de operación, y mucho menos, obtener una ganancia justa para satisfacer sus necesidades básicas.
Esta problemática se presenta en todas las ramas artesanales, entre las que destacan la miniatura de palma, textiles en lana, bordados en hilo, alfarería, papel picado y joyería.
Otro factor que también afecta el ingreso de los artesanos poblanos, es el regateo por parte de los compradores directos, quienes buscan adquirir los productos a un precio más bajo.
Esta situación, provoca que los productores que buscan vender sus propios artículos, pierdan hasta 20 por ciento del valor real de cada artesanía, lo que sería su ganancia por la mano de obra.
“Es nuestra propia gente, tanto poblanos y mexicanos, los que no valoran el trabajo y siempre piden descuentos. Cuando un artesano accede al regateo, está perdiendo 20 por ciento de sus ingresos (…) Lamentablemente, es la gente de otros países los únicos que valoran nuestro trabajo y pagan lo que es”, explicó.
Para los artesanos los intermediarios son un problema tan grande que en algunas comunidades ya se organizaron para evitar que se lleven sus productos. Tal es el caso de la comunidad de Papatlatla, ubicada en el municipio de Huauchinango, donde 12 mujeres formaron el grupo autodenominado “defensoras del textil” para evitar ser víctimas de acaparadores y revendedores de artesanías.
Todas ellas, se dedican principalmente a elaborar bordados en telar de cintura, textiles artesanales de la zona (blusas) y “quexquemetl”, que es un tipo de chal que se ocupa para cubrir el torso.
Una de sus representantes, Cirila Florentino, dio a conocer que entre las artesanas se avisan si hay un posible revendedor o una situación extraña en la compra de sus productos, con el objetivo de no vender sus artículos a esas personas.
MALBARATAN PRODUCTOS
El regateo de compradores y la necesidad de vender hace que los artesanos tengan que bajar el precio de sus productos. Tal es el caso del señor Alejandro Morales Navarro, quien desde hace 35 años elabora productos artesanales como joyería de oro, plata y talavera, retratos grabados a mano, artículos de piel, vidrio y hueso.
El artesano declaró que en varias ocasiones se ha visto en la necesidad de vender sus productos a un precio más bajo, con tal de ganar un poco de dinero para comprar comida. Esto, aun estando consciente que no logró recuperar la inversión destinada a la materia prima y los traslados, así como el dinero que debía obtener por la mano de obra.
“Seguido me pasa que debo malbaratar mis productos para poder comprar algo de comida o incluso para conseguir el dinero del pasaje. No se me hace justo porque yo gasto en transporte y en la materia prima que utilizo, pero pocos compran, y los que se interesan por algún producto lo quieren barato (…) Debido a esta situación me ha costado mucho trabajo levantar mi economía”, comentó.
Maritza Rojas Rosano, coordinadora de la zona centro de la Unión de Artesanos del Estado de Puebla, dio a conocer que todos los productores han sumado esfuerzos para encontrar una serie de soluciones que ayuden a erradicar los problemas más comunes en el sector.
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El primer proyecto, es reactivar la Casa del Artesano, la cual funcionaría como un museo, y a su vez, un espacio para que los productores de artesanías puedan vender sus productos.
Con esto, los turistas locales, nacionales y extranjeros podrán conocer la gastronomía de las diferentes regiones del estado, así como sus dialectos y música.
Adicionalmente, se buscan ofrecer talleres y clases artesanales.