La Coalición Centro Esperanza se ha acostumbrado a navegar en medio de la tormenta. Aunque en su acuerdo original los precandidatos se proponían hacer campaña de manera “fraterna y leal”, la alianza se ha caracterizado por la agitación y los desencuentros. Con esos antecedentes, los cinco aspirantes del bloque zanjaron sus diferencias este miércoles en el debate organizado por Caracol Radio y EL PAÍS, y cerraron filas en la defensa de Sergio Fajardo frente a los procesos que enfrenta, que todos coincidieron en tildar de persecución política.
Fajardo, seguido por Juan Manuel Galán y Alejandro Gaviria, parten como favoritos para llevarse la candidatura única en la consulta del 13 de marzo, con bastante distancia sobre Jorge Enrique Robledo y Carlos Amaya. La coalición se mantiene como una opción competitiva en la campaña electoral, pero los choques públicos entre precandidatos –el más reciente entre Galán y Amaya– han dejado en el aire una sensación de fragilidad que intentaron dar por superada.
El debate, moderado por la periodista Diana Calderón, comenzó con la exaltación del trabajo en equipo. “Colombia tiene miedo, y se merece un cambio con esperanza”, declaró Fajardo, que ha sido alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia, al recordar el movimiento ciudadano que lo llevó al poder para liderar la transformación de la segunda ciudad de Colombia. “Tenemos una gran responsabilidad de gobernar con un liderazgo colectivo y con los mejores”, dijo por su parte Galán, al destacar que, gane quien gane, se proponen un Gobierno de coalición. “Tengo el conocimiento sobre los principales temas del país”, reivindicó Gaviria al destacar sus credenciales como académico y su reconocida visión liberal, mientras Robledo enfatizó la necesidad de hacer cambios en el modelo económico.
La Coalición Centro Esperanza agrupa a los políticos que se oponen a los extremos representados por el izquierdista Gustavo Petro, de un lado, y la continuidad de la derecha en el poder, por el otro. A pesar de los evidentes matices, las coincidencias no tardaron en aparecer cuando se debatió sobre el cambio climático y la política ambiental.
“Nuestra gran responsabilidad global tiene que ver con la deforestación, tenemos que parar la deforestación”, y mantener intacto el Amazonas, manifestó Gaviria, una apreciación en la que todos coincidieron. La militarización del problema, enfocada en atacar a los eslabones más débiles, no funciona, diagnosticó en una crítica al actual Gobierno. El exministro de Salud ha impulsado el tema en el debate público desde que sobrevoló la Amazonia colombiana en octubre, y otros miembros de la coalición también visitaron la zona, azotada en este nuevo año por las quemas de bosque, la semana pasada. Robledo enfatizó que la deforestación rompe con el ciclo del agua, y Fajardo la necesidad de trabajar con las comunidades. Todos rechazaron el fracking, a excepción de Gaviria, quien matizó que esperaría por la evidencia antes de tomar la decisión.
En la peor de las numerosas turbulencias que han atravesado, Ingrid Betancourt abandonó ruidosamente la alianza el mes pasado, después de haber puesto contra las cuerdas tanto a Alejandro Gaviria, con quien se enfrentó en un debate, como a los demás precandidatos con los que competía. Su salida dejó al bloque huérfano de candidatas mujeres, un déficit que han reconocido.
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Interrogados sobre sus políticas de género, Galán invocó la lista al Senado de su partido, el Nuevo Liberalismo, que incluye a figuras destacadas como la periodista Mabel Lara y la académica Sandra Borda y es lo que se conoce como una lista “cremallera”, que intercala mujeres y hombres. Gaviria subrayó la prevención del embarazo adolescente y recordó que, entre sus posturas liberales, ha apoyado decididamente la interrupción voluntaria del embarazo. A su turno, Fajardo recordó el papel protagonista que han tenido las funcionarias en sus administraciones, y se plantea como presidente crear un ministerio de las mujeres.
Al solventar la crisis por la salida de Betancourt, la coalición optó por enfatizar su carácter de oposición frente al Gobierno de Iván Duque. Ese carácter también se evidenció en el debate cuando Javier Lafuente, subdirector de EL PAÍS América, les preguntó si restablecerían las relaciones con la vecina Venezuela, rotas por completo en la actual Administración.
“La normalización de las relaciones con Venezuela no da más espera”, afirmó Galán, quien señaló la necesidad de convocar la solidaridad del mundo frente a la crisis migratoria que ha llevado a que 1,7 millones de venezolanos se asienten del otro lado de la frontera. “Colombia tiene que ser un protagonista de primera línea en la transición democrática que se viene en Venezuela”, lo secundó Gaviria, al tiempo que criticó la ideologización de la política exterior en el Gobierno Duque. “Estamos tan mal que el presidente va más a Europa que a Cúcuta”, le fustigó Amaya en referencia a la principal ciudad fronteriza. Los cinco consideraron un fracaso la actual política exterior.
Hubo espacio para ventilar las recientes diferencias entre Galán y Amaya. El precandidato del Nuevo Liberalismo le pidió explicaciones al exgobernador de Boyacá sobre nombramientos de personas cercanas en la Alcaldía de Bogotá, y este le preguntó por los méritos de sus parientes para ocupar diversos cargos públicos. “Nosotros como coalición queremos ser diferentes (…) diferenciándonos de esas otras dos coaliciones donde hay pactos de silencio frente a cuestionamientos tan graves como compra de votos”, dijo Galán, en referencia a las graves acusaciones que enfrenta el exalcalde de Barranquilla Alex Char. “Una cosa es vivir del Estado y otra es trabajar para el Estado”, se defendió en tono amable. “La gente que trabaja en el distrito lo hace por méritos”, le contestó Amaya. “Le doy la mano y le digo: confío en sumercé”, zanjó con esa expresión campesina muy usada en Boyacá.
Todos cerraron filas en defensa de Sergio Fajardo cuando le preguntaron por los dos procesos en su contra por sus actuaciones como gobernador de Antioquia, uno por no haber anticipado la volatilidad del dólar al adquirir un préstamo y otro por el megaproyecto energético Hidroituango. “Yo respondo por todas mis actuaciones”, sostuvo Fajardo, que ha denunciado una persecución política que busca mancillar su nombre por parte de los órganos de control en manos de personas cercanas al presidente Duque. “No me voy a dejar sacar por los corruptos”, añadió. El respaldo fue unánime. “La presencia de Sergio en el debate democrático colombiano es fundamental”, lo apoyó Gaviria.
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