El WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) retiró de forma discreta una serie de obras de arte NFT (tokens no fungibles) que planeaba vender para recaudar fondos para su trabajo de conservación ambiental, después de que recibió críticas por los impactos ambientales de esta tecnología.
La organización hizo un anuncio en Twitter el 2 de febrero donde dijo que lanzaría obras de arte de 13 especies en peligro de extinción en forma de NFT, que incluía a gorilas, rinocerontes y orangutanes.
Esperaba que al vender las obra de arte digitales en una cadena de bloques “ecológica”, podrían crear conciencia sobre el empeoramiento de la crisis de la biodiversidad y recaudar fondos para los trabajos de conversación.
Pero la medida provocó indignación inmediata. Los NFT son tokens que, al ser comprados, otorgan la propiedad de un activo digital, en este caso, imágenes.
La propiedad es rastreada a través de la tecnología de cadena de bloques, un sistema que registra información de una manera que hace que sea difícil o imposible de ser cambiada, hackearla o piratearla, de forma similar a como operan las criptomonedas.
El impacto ambiental de las criptomonedas ha sido bien documentado: su creación en general depende de niveles muy altos de poder de procesamiento, los cuales tienen demandas de energía muy altas.
Pero el WWF afirmó que usaron una tecnología de NFT llamada Polygon, la cual hizo que la venta de sus obras de arte tuviera un menor impacto el medio ambiente.
“Al lanzar nuestros NFT en la cadena de bloques ecológica @0xPolygon, cada transacción producirá las mismas emisiones de carbono que llenar un vaso de agua del grifo”, tuiteó la organización.
Polygon utiliza una tecnología de cadena de bloques diferente a otros procesos que consumen más energía.
Sin embargo, todavía depende de una tecnología de cadena de bloques de criptomonedas llamada Ethereum, que consume mucha energía. En estos momentos Ethereum tiene mayores emisiones de carbono que Suecia.
La investigación llevada por el sitio web de tecnología Digiconomist la semana pasada descubrió que “las emisiones de carbono de una transacción en Polygon son cercanas a los 430 gramos de CO2. Esto es casi 2100 veces más que la optimista estimación proporcionada por WWF, lo que ilustra que Polygon no es tan sustentable como se afirma”.
El anuncio por parte de WWF desató una ola de críticas por parte de los activistas, no solo por el impacto directo que la tecnología de cadena de bloques tiende a tener en el medio ambiente, sino también por los aparentes movimientos de la organización por explorar nuevos mercados no regulados para recaudar fondos.
Si bien la mayoría de las organizaciones ambientales tienden a señalar a los mercados sin restricciones como un contribuyente clave a las prácticas ambientales deficientes, y rechazan el concepto de usar “capital natural”: la mercantilización del medio ambiente natural, como una forma de reducir las emisiones, el WWF parece dispuesto a explorar esta área, ya que parece que tiene más planes en preparación.
Un portavoz de WWF dijo a The Independent: “Esta labor con NFT fue planeado como una prueba para probar una nueva fuente de recaudación de fondos.
“Acordamos con nuestros socios terminar con esto el viernes pasado. Reconocemos que los NFT son un tema muy debatido y todos tenemos mucho que aprender acerca de este nuevo mercado, por lo que ahora evaluaremos por completo el impacto de esta prueba y reflexionar sobre cómo podemos innovar aún mejor para involucrar a nuestros seguidores”.
Como ha señalado el sitio web ClimateChangeNews, la decisión de WWF también enfureció a los entusiastas de los NFT, y uno de los involucrados en la creación de las obras escribió en Twitter: “Todavía estoy sorprendido de cómo lograron hacer enojar a los ambientalistas y los entusiastas de los NFT al mismo tiempo”.