Nuestro encuentro con Britt Daniel, el guitarrista y vocalista de la banda Spoon se lleva a cabo durante una típica tarde nublada y fría del engañoso invierno de la CDMX. Previo a la entrevista, la gente de su disquera -supongo que a solicitud de Britt- me pide mi certificado de vacunación, y es que la nueva variante del Covid-19 (Ómicron) está pegando fuerte en todo el mundo. Así que llegado mi turno Britt y su servidor -con el cubrebocas bien colocado- tomamos nuestros lugares en una sala muy ventilada de un moderno hotel de la Colonia Condesa.
Britt está en México para promocionar el disco de estudio número 10 de Spoon, Lucifer On The Sofa, un álbum que mantiene el increíble trabajo de composición, grabación y producción que ha caracterizado a esta banda desde su debut a principios de los años noventa.
Y es que Spoon es una banda de la que la crítica musical siempre ha tratado bien, gracias a su carrera constante e impecable, que con este álbum no hace más que reafirmar su lugar en el competido mundo de la música independiente global.
Britt, platícanos un poco del proceso de grabación de este álbum.
Bueno, es un álbum que hicimos en Austin, un poco porque los últimos discos que habíamos grabado se habían hecho en un aislamiento total, en estudios situados en bosques y lugares alejados de las grandes ciudades, así que para este disco la idea fue trabajar y grabar en un lugar donde pudiéramos salir a ver conciertos, tomar algunos tragos, incluso salir a comer o cenar a algún sitio y regresar al estudio para tratar de llevar esa energía social de las calles a la grabación, y la verdad es que creo que esta forma de trabajo funcionó muy bien… La experiencia de ir juntos a ver shows de otras bandas y de tomar un poco de su espíritu creo que fue algo que al final nos motivó y nos ayudó mucho a la hora de hacer el disco.
¿De alguna forma crees que este disco está marcado por la pandemia y por el encierro que nos tocó vivir?
Es que una parte del disco fue hecha antes del encierro y otra parte sí se hizo durante el encierro, de hecho la última canción y la que le da nombre al disco (“Lucifer on the Sofa”) habla acerca de los sentimientos y de lo duro y complicado de la vida en Austin durante la pandemia, pero también hubieron muchas canciones hechas después del encierro como “The Devil & Mister Jones” o “Wild”, así que no lo llamaría un disco “pandémico” por el simple hecho de que muchos artistas -dadas las condiciones en esos momentos- les dieron ese adjetivo a sus discos, aunque al final creo que sí hay algo de ese sentimiento, sobre todo en la canción “Lucifer from the Sofa”.
Parece que este es un álbum más duro, más rockero, donde las guitarras tienen un papel primordial en el sonido de las canciones.
Sí, tienes razón, y creo que este sonido viene de que al momento de estar haciendo las sesiones de grabación del disco somos la banda completa tocando en un cuarto del estudio, y es que veníamos de un disco armado de otra forma (Hot Thoughts), que fue un disco donde los arreglos meticulosos de la canciones tenían un lugar primordial, y no es que eso ya no nos guste, simplemente queríamos hacer algo con otra energía. Parte del proceso de la preproducción de este disco fue primero aprendernos a la perfección las canciones y después intentar grabarlas en una sola toma. En resumen, quisimos hacer un disco más humano, creo que así lo podría definir. Somos muy fans del rock & roll puro y de los discos clásicos de rock, así que también nos guiamos mucho por cómo se hacían esos discos.
De hecho hicieron por encargo un cover de David Bowie.
Sí, nos pidieron hacer una canción suya y escogimos “I Can’t Give Everything Away” (del álbum Black Star), porque es una canción que a Alex (Fischel, el tecladista) y a mí nos gusta tocar… De hecho la primera vez que la tocamos fue aquí en la Ciudad de México, en 2016… Somos muy fans de Bowie y de todo su legado musical y artístico, así que quisimos hacerle el mejor homenaje posible y creo que el resultado con este cover fue muy bueno.
Para este disco trabajaron en mancuerna con el productor Mark Rankin, pero también hay una colaboración como productor con el legendario Dave Friedman.
En realidad sólo fue en la canción “Lucifer On The Sofa” y nunca estuvimos con él, todo fue a través de comunicación en línea, donde él nos decía “prueben hacer esto, exploren por aquí con la canción” y le mandábamos lo que grababamos. Él procesaba los sonidos y nos regresaba la grabación, es su forma de trabajar y quedamos muy contentos, porque es una persona increíble y volveríamos a trabajar con él, además de que somos muy fans de todo lo que hace como productor.
¿Cómo les gusta más que se distribuya su música, en streaming o en formatos físicos?
La verdad es que el streaming apesta…Y apesta porque no recibimos dinero, no nos pagan más que cacahuates por los plays de nuestras canciones; obteníamos mucho más dinero antes. Con nuestros primeros dos o tres discos quizá no vendíamos tantos discos, pero para 2005 con la salida del disco Gimme Fiction empezamos a vender mucho más y a recibir lo justo por la venta de esos discos… Además, yo personalmente amo los discos físicos y las tiendas de discos, amo abrir y poner un disco en mi equipo de sonido, leer las notas, las letras, en fin, toda esa experiencia que conlleva comprar un disco.
Leí que las ventas de CD´s se han incrementado un 25 por ciento en todo el mundo, tal vez aquí en México tiene que ver el éxito que tienen los grupos de K Pop.
Claro, y en Estados Unidos supongo que tiene que ver más con Adele, pero la verdad no entiendo mucho ese fenómeno. Te podría decir que es una cuestión de la edad de la gente que compra los CDs, pero no lo sé, porque mi padre también utiliza las plataformas de streaming. No lo sé, ahora que lo mencionas, creo que es un fenómeno interesante. ¡Espero que ese dato se vea reflejado en las ventas de este nuevo álbum!
En el otoño del 2019 Britt Daniel regresó a vivir a Austin, después de pasar un tiempo en Los Ángeles. Un mes después, Alex Fischel, le siguió con un coche lleno de equipo. La mudanza a Texas tenía sentido por muchas razones.
Háblanos de su regreso a Austin, Texas.
Tiene mucho que ver con que decidimos grabar el álbum completamente ahí. Nuestro baterista Jim tiene su propio estudio en Austin, así que Alex y yo decidimos regresar a vivir a Austin por muchas razones, como que los impuestos son más baratos en Texas, hay muchos más bares y lugares donde tocan bandas, además de que en Austin todo el negocio de la música tiene más una vibra de pasarla bien, al contrario de Los Ángeles, donde es mucho más importante el “triunfar y tener éxito”. ¡Ah… y también se come mejor y es mucho más fácil caminar por las calles en Austin que en Los Ángeles! (risas).
¿Qué sigue para Spoon en 2022?
Pues tenemos una gira por Estados Unidos que está planeada para abril y mayo; esperamos que se pueda hacer y la verdad es que también nos gustaría regresar muy pronto a México, siempre lo pasamos muy bien por aquí porque ustedes tienen una vibra increíble como público. Estuve en abril del 2021 acá y me impresionó la forma tan respetuosa en que todos usaban cubrebocas, cosa que en Estados Unidos en esos tiempos difíciles de la pandemia era muy difícil que sucediera, los respeto mucho por eso, además de que me encanta el tequila y su comida.
Y así nos despedimos del líder de esta banda, que recientemente también se presentó en el festival Sky Blue Sky, en un lujoso complejo hotelero de la Riviera Maya, alternando con Wilco, Kurt Vile & The Violators y Stephen Malkmus, entre otros.
Bienvenido este nuevo disco, del que seguramente se dirán muchas cosas buenas y que probablemente estará en las listas de lo mejor del 2022.