La muerte de 24 personas por consumo de cocaína adulterada en Argentina es una consecuencia de la pandemia en el negocio de la droga, según dijo a la AFP la fiscal federal Mónica Cuñarro, especializada en narcotráfico.
Creadora en 2010 de la primera unidad fiscal especializada en la lucha contra el narcotráfico y delitos complejos, Cuñarro sostuvo que en medio de las limitaciones y la crisis económica que trajo el COVID-19, el mercado de la droga en Argentina se diversificó y se atomizó en pequeñas bandas como la ligada a la tragedia en Buenos Aires ocurrida, según sostuvo, por un error de mezcla.
¿Qué nos dice la intoxicación masiva de “Puerta 8″ en Loma Hermosa sobre el panorama actual de la droga en Argentina?
Lo que pasó en “Puerta 8″ no tiene ningún antecedente en Argentina por la cantidad de muertos. Hay un interés concreto y lógico en que, por ejemplo, tal banda de Argentina no pase y lleve mercancía que ingrese a EEUU. Ahora de las bandas locales no hay agenda nacional, lo que ha permitido un crecimiento muy importante en los últimos años y a la vez rusticidad (falta de sofisticación NDRL) porque los jefes de esas bandas están presos, sin embargo, desde el penal siguen manejando todo el negocio más importante que es sacar la droga de acá para llevarla a Europa.
¿Cómo afectó la pandemia la operación del narcotráfico en Argentina?
La pandemia trajo crisis económica aquí, en Chile, Uruguay, Francia, Alemania, en el mundo trajo una crisis económica, lo que hizo es que el mercado se atomice y se diversifiquen los negocios. Entonces ya no es solo narcotráfico sino extorsiones a comerciantes, cobro a cambio de protección y sicariato.
La utilización de las personas como objetos sexuales a cambio de dinero, juego ilegal, piratería del asfalto que son asaltos a camiones que transportan mercaderías, estafas y fraudes informáticos y de cuentas bancarias con utilización de datos vaciamientos de cuentas.
Se han ampliado. También es producto de la pandemia que quien tiene el rol de hacer la mezcla, es probable que sin intención porque nadie quiere matar al cliente, la haya hecho mal y eso provocó este resultado fatal sin precedentes.
¿Qué papel tiene Argentina en el mapa del narcotráfico regional?
Los proveedores son siempre los mismos: para cocaína la mayoría sigue siendo de Colombia, Perú y Bolivia. Geográficamente son los únicos que pueden tener tamaño tipo de producción, pero eso no es lo que más vale. Lo que más valor tiene es la ruta, el transporte, la logística, la frontera, la corrupción en los funcionarios policiales, estatales, judiciales.
Argentina es una plaza muy interesante por tres cuestiones: primero por sus salidas marítimas, por la calidad de sus precursores químicos y los recursos humanos propios con químicos de altísimo nivel y por la buena calidad de sus productos. Pero también por otra cuestión: el lavado de activos. Hubo periodos de mayor control y otros de menor control. Yo diría que se volvieron a relajar desde 2016 al actual gobierno.
¿Cuál es la deuda del Estado en materia de lucha contra este flagelo?
La investigación preliminar y luego la ruta del dinero son las grandes deudas por las cuales no podemos terminar desde el punto de vista penal con el tema del narcotráfico. Si se ataca el delito vinculado que era la propuesta de nuestra comisión, bueno, uno le quita todo el dinero, todos los bienes que les cueste más conseguir un financista, un prestanombres o una constructora.
¿Qué incidencia tiene la corrupción en los distintos niveles del Estado?
Hay un aumento del grado de corrupción que tampoco existía en la justicia, la justicia federal, y en aquellas justicias provinciales donde se ha dividido porque el narcotráfico era un delito que lo tenía la justicia nacional, luego se federaliza en los 90 y a partir de ahí se corrompieron las fuerzas provinciales, con casos como por ejemplo la policía de la provincia de Santa Fe, que no controla el territorio, es parte del delito y de los negocios.
¿Hacia dónde va Argentina en materia de narcotráfico?
Si no se aborda en serio y no se toma la decisión política de no dejar que las policías hagan lo que quieran territorialmente, sin conducciones políticas, si no se hace mejor inteligencia compleja, no se sigue la ruta del dinero, el destino del Argentina va a ser la conformación de oligopolios de estas bandas y lo que estamos viendo como pequeñas fotos en Rosario (Santa Fe), se va a extender en Ciudad de Buenos Aires, provincia de Buenos Aires y el resto del país.
En un barrio pobre de los suburbios de Buenos Aires, los familiares de los muertos y hospitalizados por consumir cocaína adulterada oscilan entre la rabia y la esperanza de que este incidente de intoxicación “sirva” para privilegiar la ayuda a los toxicómanos, no la sanción.
“¡Que sirva, que sirva, que hagamos algo…!”, exclama Beatriz Mercado, quien vuelve de visitar a su hijo en el hospital de San Bernardino de Siena. Con 31 años, es uno de los sobrevivientes de la intoxicación masiva que causó 24 muertes desde la madrugada del miércoles pasado.
El hospital de Hurlingham, suburbio a unos 35 kilómetros de Buenos Aires, es uno de los ocho que recibieron víctimas de la cocaína adulterada, mezclada con productos desconocidos sin que se sepa aún si se trató de un error de dosificación o una voluntad asesina.
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Mercado halló a su hijo en la cocina. “Pensé que se le había olvidado (apagar la luz) y lo encontré tirado en el piso. Mal, muy mal, no respiraba casi, con los ojos hacia atrás. Se ve que se había caído para adelante, porque tenía un raspón en la nariz”. Lo llevó al hospital, en donde lo pusieron bajo asistencia respiratoria. “Espero en Dios, espero un milagro”, dice.
En Loma Hermosa, barrio pobre de calles pavimentadas a medias, con construcciones sin terminar, la AFP pudo visitar un local donde un vasto operativo policial permitió incautar el miércoles sobres de cocaína similares a los que identificaron los deudos de las víctimas.
Diez personas fueron detenidas, pero la investigación no era lo que más preocupaba a los familiares. Aunque Beatriz debía interponer una denuncia en la comisaría. “Tenemos que cambiar las leyes, porque estamos enfocados en que ‘si delinquen, que se los lleven presos’, pero ignoran su condición (de adictos), aunque nos dé mucho dolor y mucha bronca lo que hacen”, lamenta.
“No sirve hacer cárceles, hagamos centros de rehabilitación, con profesionales, con gente que tenga amor, con madres. Entre todos podemos cambiar el futuro de los chicos”, suplica con voz cansada. Los primeros informes médicos sugieren un efecto brusco, casi inmediato, de la cocaína adulterada. Con convulsiones violentas, y a veces infartos fulminantes.
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“Al médico que lo atendió le extrañaba que los otros chicos habían fallecido con derrames, algunos en el pulmón”, cuenta Beatriz. El cuñado de María Morales, de 41 años, también “está entubado y grave”. Consumía cocaína con amigos en la madrugada del miércoles. “Se descompensó primero el amigo, que falleció, y después se descompensó él, pidió ayuda, lo trajeron acá (al hospital) a las 5 de la mañana”.
“Queremos que salga adelante y que se cure de su adicción”, declara María, una de las pocas personas cercanas a las víctimas que acepta hablar con los medios, e insiste justamente en que hay que dar a conocer el problema. “No tenemos que juzgar a nadie, detrás de un adicto hay una familia, un padre, una madre, hijos que están sufriendo”.
Fuente: AFP.