Esta semana he conocido a un emprendedor que ha basado su negocio en poner en rentabilidad los proyectos desechados en un cajón por una universidad. Un día les tengo que contar la historia de este ejemplo de transferencia del conocimiento que pondrá en evidencia a más de uno.
Y hace un par de semanas contemplé por contra a uno de esos tipos grises que lleva años llenado esos cajones. Viviendo de proyectos europeos a largo plazo, sin preocuparse por su utilidad, por el despilfarro que supone su trabajo. Con la llegada de la ola digital, ahora pide que se pare el mundo a su alrededor, que no vaya tan deprisa. Un ceteris paribus a lo innovador, que todo permanezca constante. La comodidad de lo imposible.
Si tuviese que entregar los premios “abrazos” y “uñas” a la tecnología del año, sin duda que el primero sería un claro candidato a un futuro prometedor y el segundo, al jetismo que va a estar muy denostado en esta nueva era. Es el debate sobre la transferencia del conocimiento, de la predisposición o resistencia a los cambios.
Los niveles
Todas las semanas vemos ejemplos de personas, sectores y entidades muy receptivas a los cambios. Son lecciones que inspiran. Al hilar este resumen de lo mejor de la semana en Disruptores e Innovadores (D+I), nos salen unos cuantos casos de brazos abiertos.
En Navarra han puesto en marcha una especie de intraemprendimiento social para residencias de mayores. Una gran reflexión de los profesionales del sector sobre qué problemas puede solucionar la tecnología. Y ya han detectado 75. Ese autochequeo va a ser una constante en todas las áreas de la vida que conocemos. Y será una condena permanente revisable, a medida que avancen estas herramientas que han venido para cambiarnos. Los problemas de los asuntos sociales están en el lado de los acogedores de la tecnología, básicamente porque es una política inabordable con el actual sistema.
Receptivo es también Elche, que ha reconvertido un edificio de correos en un learning factory. Los macroedificios de la empresa pública para recibir y enviar cartas en papel están siendo transferidos en muchas ciudades. Su ubicación generalmente céntrica, es un buen lugar para adaptarlos a usos de la nueva era digital. En este caso se destinará a acercar a esta población, tan pegada al calzado, la formación en fabricación avanzada. La mano de obra poco cualificada también va a tener un punto de exigencia digital. La impresión 3D en el calzado lleva años avanzando e integrando procesos.
De integración vertical de la producción, pero en versión digital, a la antigua usanza del crecimiento más clásico de la economía, iba el tema con el que Pablo Ortega se estrenaba esta semana en D+I. Pablo es el nuevo corresponsal en la Costa Oeste de EEUU. Desde Los Ángeles nos contaba la experiencia de Mobi, la startup colombiana de movilidad que abarca seguros y baterías.
Hubo un tiempo en que las empresas rascaban márgenes empresariales integrando su producción, produciendo toda la parte de su cadena de valor para competir en precios. Después llegaría la disrupción nipona del just in time que daría entrada a la hiperespecialización. En el caso el Mobi, se trata de una integración en medio de las rondas de capital, los inversores minimizan riesgos si sus apuestas les aportan además servicios al negocio.
Valorada en 5 millones de dólares, los dos principales inversores de esta empresa de alquiler de motos son una petrolera y una aseguradora.
Un millón más ha logrado Vest, la startup fintech de la que daba cuenta esta semana Rosa Jiménez, la corresponsal de D+I en la otra costa americana, la Este, capital Miami. Su modelo de negocio es acercar la inversión bursátil y financiera a través de una app con formación incluida. Ha logrado la confianza de Founders Fund, junto a algunos de los fondos más respetados (Nazca, Class 5 Global, FJ Labs o Tamarack Global). Y su objetivo es expandirse a toda la Latam. No deja de ser otro ejemplo de integración vertical vía inversión. Porque como decía mi buen amigo el analista bursátil Fernández Hódar, cuando bajan de las montañas a invertir, es hora de deshacer posiciones… Aquí están llevando la montaña a Mahoma.
Las velocidades
La predisposición para ponerse de uñas o abrazar la llegada de lo digital está también muy condicionada por las políticas de cada país. Esta semana se ha publicado el informe DESI que refleja una Europa a dos velocidades. El estudio no deja de ser una gran encuesta (credibilidad limitada), pero sus conclusiones parecen lógicas.
Más que una Europa Norte-Sur, lo que tenemos es un continente Norte-Este, si hablamos de velocidades de integración en las empresas de ERPs, internet de las cosas o inteligencia artificial. Los países del Este, salvo Estonia en IoT, son el farolillo rojo, acompañados en ocasiones por alguno de los PIGS, aunque en nuestra aportación, Spain no sale mal parada. Tenemos una oportunidad real de subirnos al vagón de cabeza.
En el caso anterior, estamos hablando de capacidad y predisposición de las empresas en el libre mercado. Pero donde influye la regulación, los efectos-país son más sonoros. Es lo que ocurre en la aplicación de tecnologías en la salud, sobre todo en la atención primaria en monitorización de pacientes, el gran campo de desarrollo, ahorro y comodidad de los servicios sanitarios. El jueves, D+I les contaba cómo Alemania y Francia lideran esta transformación, mientras en España no tenemos el marco jurídico que garantice su despegue.
“Estamos ante una tormenta perfecta, de desarrollo tecnológico y acceso a fondos europeos para impulsar estas aplicaciones digitales de salud. Pero falta un marco regulatorio que allane el camino de la innovación y permita realizar acciones como éstas, de bajo riesgo pero de alto impacto en atención primaria”, según explicaba a D+I Cristina Bescós, directora general del instituto europeo EIT Health en España.
Su opinión fue compartida por varios profesionales en un interesante debate. Sin regulación, no se puede implantar. Y la sanidad, como los servicios sociales que comentábamos más arriba, son imanes natos de la tecnología para poder abordar sus ingentes costes.
Otro debate paralelo es el tiempo para implantarlos y lo difícil que puede resultar para las personas mayores. Ocurrirá con la salud monitorizada en domicilios, como lo está siendo con la desbancarización. ¿Pero no fue un problema en su momento el cajero automático y se superó? Es cuestión de tiempo y paciencia.
En el aspecto más friki pero no menos importante en materia de mercados interesantes, conocíamos esta semana la batalla que se está librando por el silicio ante la gran demanda que va a necesitarse por las nuevas redes Wifi 6 y el 5G. Ahí Cisco lleva dando pasos importantes en competencia con Broadcom.
Pero más allá de lo muy especializado, les traigo a colación el caso de Cisco por otro fenómeno que se está produciendo en las grandes compañías. A medida que van creciendo en áreas con diferentes ritmos de rentabilidad e inversión se están produciendo escisiones, compañías bajo la misma matriz pero que operan con absoluta independencia en el mercado. Se atisba esto para Cisco en este ámbito como ya ha pasado con HP y su HPe y, más recientemente con IBM y su escisión Kyndryl.
La verdad es que tenemos todo un reto para aprender las claves de este nuevo mundo en el que nos adentramos. Con ese fin, el de hacer un esfuerzo constante para ser receptivos, para abrir los brazos en lugar de ponernos de uñas inútiles ante lo que viene, se lanza esta semana la nueva newsletter de D+I. Les recomiendo subscribirse, tienen los detalles aquí. Como editor de la criatura sólo he pedido una condición: que sea una newsletter que aporte y no moleste. Una vez a la semana, aconsejando realmente lo imprescindible, que aporte de verdad.
Porque como está ocurriendo en muchos aspectos de los nuevos canales de comunicación y márketing, los abusos se están cargando los buenos vehículos que nos ha traído la era digital. Los oportunistas están al acecho, es muy complejo abrirse paso con seriedad y rigor cuando quien más grita y el más gracioso parece que es el mejor. Es como elegir una canción para un festival y creer que la votación popular, fácilmente alterable, puede estar a la altura del criterio profesional.
Les garantizo que en D+I seguiremos en nuestra nube de la seriedad, el rigor y la profesionalidad y que la newsletter la pensaremos cada semana para ser útil, poco invisiva y, sobre todo, que aporte. Más que información, va a ser una formación en tiempo real. Si a eso le unen este resumen semanal de D+I que trata de dar forma y conectar el conocimiento, tendrán dos jurados profesionales para su selección de información. Deberían suscribirse la newsletter…. ¿Y por qué no?
** Rafa Navarro es editor de D+I y CEO de Inndux Digital Group.